La etiqueta del frasco dice que un par de gotas bastan para
seducir miles de mujeres. No doy mucho
crédito a esta publicidad sobre todo porque
he comprado la colonia en una siniestra tienda que parecía la de los
Gremlins. Me doy una friega en el pecho como aconseja la etiqueta, me guardo la
colonia en un bolsillo de la chaqueta y
salgo a la calle envuelto en un intenso aroma de almizcle y cardamomo.
Es de noche y mientras espero en un cruce a que el semáforo
se ponga verde un coche largo y negro se detiene a mi lado. Una puerta se abre
y sale por este orden: una pelirroja, una pierna enfundada en seda gris y luego
otra pierna idéntica. La pelirroja me invita a subir. El interior del coche
parece más largo y negro que el exterior. Mientras un chofer –también largo y
negro- conduce por calles desiertas llega el momento en que las uñas se clavan
y las bocas se convierten en muecas manchadas de carmín.
Fantástico. Nos vestimos en silencio porque no hace falta
hablar. El chofer abre la puerta y bajamos frente a la marquesina de un hotel.
La pelirroja me dice que la espere en el vestíbulo y que “Eres un hombre que
deja huella”. Me suena a anuncio.
Me pongo más colonia. Arriba se oye ruido de fiesta y decido
subir en ascensor. Cuando se abre la puerta me encuentro frente a una camarera
pelirroja con una bandeja cargada de copas. Por la forma en que frunce la nariz
sé lo que va a pasar. Suelta la bandeja y se me echa encima como una pantera.
Lo hacemos allí mismo de pie, rápido. Salgo satisfecho mientras ella me dice
“En las distancias cortas un hombre se la juega”.
En el pasillo me encuentro con otra pelirroja (¿pero cuántas
hay en la ciudad?) con un vestido que empieza tarde y acaba pronto. Tira de mi
brazo y me arrastra a una habitación. Me
desabrocha la bragueta mientras dice que mi perfume le recuerda a Cerruti,
Cassini, Gucci, Fetuccini, Linguini y no
sé qué más.
Pero la camarera me ha dejado agotado y no consigo estar a
la altura. Bajo las escaleras avergonzado perseguido por la pelirroja que me
grita “Pichafría” “Media nena” y “Busco a Jacqs” (Eso no sé porque) Salgo del
hotel en busca de un taxi pero veo un coche largo y negro que gira, frena y
salen tres pelirrojas. Si me pillan me dejan seco.
Giro a la carrera por una calle lateral, abro la tapa de un
contenedor y me escondo dentro. Oigo tacones que se alejan y me sobresalto
cuando alguien enciende un mechero frente a mi cara.
-Vaya, no esperaba visitas –me dice un hombre joven, no muy
mal vestido-. Vivo en este contenedor.
Para hacer tiempo le cuento la historia de la colonia y las
pelirrojas. Se ríe de buena gana pero noto que no me cree. Abre la tapa y el
contenedor ha quedado como una casa sin techo. Al notar el olor del joven a mondas
de naranja y verduras podridas se me ocurre una idea: “¿Quieres probar la
colonia?”.
Siguiendo mis instrucciones se perfuma el pecho. Salimos del
contenedor y nos despedimos con un apretón de manos.
Al doblar la esquina me vuelvo y observo al hombre del
contenedor. Pasan los minutos. Empiezo a pensar que quizá esa colonia solo
provoca ese efecto en mi persona, pero entonces un coche largo y negro frena
delante de él.
Se abre una puerta y por este orden han salido: una rubia,
otra rubia y una tercera.
FIN
CONEJO A LA CAZADORA
Si no se es partidario de la carne de conejo este plato se puede hacer con pollo.
Los italianos conocen con el nombre Alla cacciatora a los platos de conejo o pollo guisados en una salsa de tomate y verduras.
Pasar los trozos de conejo por harina y freírlos en una sartén.
Cuando estén dorados retirarlos, sazonar con sal y pimienta y sofreír en el mismo aceite 4 dientes de ajo, zanahorias, apio y cebolla todo bien picado.
Cuando las verduras se vean blandas añadir el tomate. Yo suelo usar para este plato latas de tomates enteros en su jugo que se encuentran en tiendas de productos italianos.
Verter 1 vaso de vino blanco, dejar reducir un poco el jugo y añadir los trozos de conejo a la salsa.
Tapar la sartén, reducir el fuego al mínimo y dejar cocer media hora. Queda muy bien acompañado de patatas fritas o al horno.
Y ahora, el broche de uno de los microrrelatos del amigo Melmoth:
MÁS COCHES QUE SERES HUMANOS
Un viandante se introduce por un paso subterráneo porque no
hay manera de cruzar la carretera por el exceso de circulación. Incluso los
coches no se detienen con el semáforo en rojo. Se ha dado la extraña
estadística oficial de que hay más coches que seres humanos. Entonces, ¿quién
coño los conduce? El viandante, sin darse cuenta, se ha introducido en un
enorme parking repleto de coches aparcados que la vista no alcanza a ver su
final. No es capaz de encontrar la salida en aquel inmenso laberinto.
Han pasado unos años y el caso de su desaparición sigue
estando abierto.
FIN
Buenos días muy divertido el relato ..ya sabes cuidado a veces las indicaciones son reales jajajjaja.
ResponderEliminarEl plato suculento para chuparse los dedos ...
Un abrazo y feliz Semana .
No sé por qué cuando veo la palabra "friegas" mi mente se traslada a la enfermería de un campamento militar de la Primera Guerra Mundial.
ResponderEliminarHay muchas cosas que me gustaría comprar en una tienda misteriosa tipo Gremlins, como amuletos, libros o incluso algún llavero de recuerdo. Pero perfumes no, porque o está maldito o lo han conseguido tras dar un palo en una perfumería. Piensa que las casas de cosméticos no tratarían con tiendas así, no les conviene.
No me gusta el conejo, pero si lo haces con pollo habría que cambiarle el nombre, no? O sea, no vas a salir al campo a cazar un pollo :P
Besos ;)
Hola, Campirela! Sí, a veces suceden cosas increibles y es que la publicidad sea verdadera al cien por cien.
ResponderEliminarEste plato lo probé por primera vez en Florencia. Dicen que lo solían hacer los cazadores. A veces añaden higadillos de pollo y vinagre de vino blanco que le da un toque ácido.
Abrazos y muy feliz semana!
Borgo.
Hola, Doctora! "Friegas de linimento", eso me suena a gimnasio de principios del siglo pasado, con hombres con mostacho levantando pesas.
ResponderEliminarA mí lo que me gustaría es volver a un local de perfumes a granel -creo que ya no quedan- como el que iba con mi madre cuando era pequeño. Me quedaba embobado mirando aquellos tarros con tantos colores.
Pues ningún problema, yo lo hago con pollo y con conejo y queda igual de bueno. Esto me recuerda a aquel corto de la Warner: "Temporada de conejos, temporada de patos" con Elmer, Bugs y el pato Lucas.
Besos!
Borgo.
Todos los excesos son malos.
ResponderEliminarSaludos.
Me chifla el relato, Miquel, lo que me he reído, jajajaja... Qué entrada más maravillosa. Muchos besos, Borgo, y felices días de Semana Santa.
ResponderEliminarMe gustó mucho ese relato inicial. Da para una historieta, dibujada por Manara, Horacio Altuna. O por Eleuterio Serpieri, el creador de Druuna. Estaría muy bien para una película, que no le tuviera miedo la calificación.
ResponderEliminarUna tienda así da para confiar en los productos que se compran. Tanto para usarlos con moderación. El relato tuyo tiene la idea de cuidado con lo que se desea, que puede tener sus riesgos. Y a la vez, es tentador ese riesgos, de experimentar el seducir facilmente a rubias, pelirrojas o morochas.
Te felicito.
Acabo de imaginarme inmerso en el video Nunca iré de No lo soporto, pero con esa colonia puesta. ¿Como reaccionarían Lucía, Naila y Lara? Con el detalle de ser un lugar cerrado. Creo que sería un riesgo digno de afrontar.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=cc-jx268Pyw
Uno de tus mejores relatos, Miquel, y con esto quiero decir que es magistral. Me he reído un montón. Además hay frases geniales como: “…con un vestido que empieza tarde y acaba pronto”, o “Abre la tapa y el contenedor ha quedado como una casa sin techo”. El personaje parece haberse introducido en un anuncio y va saltando de uno a otro sin que se haya dado cuenta el pobre. Las frases surgidas de estos anuncios ya están en subconsciente colectivo y el en mundo irreal de la publicidad es la norma. ¿Por qué asociamos los hombres el oler bien (artificialmente) para atraer a las mujeres? Luego, en la realidad lo que las pone es el olor a sudor y sexo. Bueno, creo que al hombre, también. Yo de joven me ponía Varón Dandy (que era lo que había), y en la discoteca las tías se retiraban de mí. Luego probé con Nenuco, que era la colonia que se ponía José Luis Garci y decía que ligaba un montón. No pasó lo mismo conmigo. Se retiraban diciendo que apestaba a bebé. Que olía igual que sus insoportables hermanitos. Tardé mucho en comprobar que hay que oler a sudor y sexo. Tener una barba cerrada y el pelo algo grasiento con el mechón tapándote un ojo. Pero, ¿cómo se podía oler así sin haberse iniciado en el sexo? ¿Dándote un revolcón con el perro de casa antes de ir a la disco? ¿Con el gato? ¿Con la muñeca hinchable? Has tocado un tema muy interesante, mi querido Miquel. ¿A qué debe oler el hombre contemporáneo para transmitir lo irresistiblemente sexual? ¿Empaparse de colonia Antonio Banderas? ¿David Bustamante? Yo apostaría por ir de guarro que es lo atrae de verdad. Lo veo a diario, pero ya me pilla demasiado tarde y soy de los panolis que se duchan a diario y se pone desodorante de la marca del Mercadona, y de ahí, que no me coma un rosco.
ResponderEliminarEl dibujo del conejo da miedo. Y está bien. Al menos que uno sienta por una vez lo que sienten ellos cuando se huele un maldito cazador. Nunca pude soportar en las carnicerías a esos conejos despellejados colgados boca abajo y con el hígado colgando. Al menos los pollos están atados con una goma con las patas encogidas, como si estuvieran amordazados y ya está.
El dibujo de los coches amontonados es genial y supera al relato. Creo que ya empiezan a estar así en los parkings subterráneos de las grandes urbes. Hay un capítulo de La Pantera Rosa muy famoso donde el asexuado felino intenta cruzar una calle llena de tráfico. Cada vez que pone su pata en la carretera la circulación se precipita con furia. La Pantera se las ingenia de todas las maneras para cruzarla, pero no lo consigue. A todos nos ha pasado alguna vez que por desesperación cruzas sin ningún miramiento. Te da igual todo. Entonces te quedas en medio sin poder avanzar, pisando la raya. Los coches no te ceden el paso, es más, aceleran todavía más. No sabes si volver atrás o seguir adelante. Miras a los transeúntes que tienes de cara y los de atrás y te sientes ridículo, allí, sólo ante el peligro, además de la amenaza de ser atropellado y que tu cuerpo destripado, sin que nadie lo recoja, acabe formando parte del asfalto.
Existen buenos relatos sobre el tema. Por ejemplo, el de Ib Melchior titulado “Carretera mortal año 2000”, que luego se haría una peli bastante cutre con David Carradine y un jovencísimo Sylvester Stallone. El relato sigue siendo bueno. Y el magistral cuento de Fritz Leiber “La X señala al peatón”. Hay muchos más pero no es cuestión de ponerse más pesado.
¡Un fuerte abrazo!
con respecto a tu cuento prefiero tu colonia para pelirrojas ja....
ResponderEliminary me quedo con esta frase genial: "un vestido que empieza tarde y acaba pronto"... aplausos!
por lo que pasa en el tráfico de Buenos Aires debe ser verdad lo que decís de la cantidad de autos ja...
ResponderEliminarHola, Ricard! Sí, todos los excesos son malos. Quizá por eso los que ofrecen muestras de perfumes sólo te rocían levemente la muñeca, dicen que es la parte del cuerpo que conserva más tiempo el olor.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¿Qué tal, Clementine? Y yo contento de verte por aquí como siempre. Eso está bien, me encanta que me digas que te has reido.
ResponderEliminarBesos y que pases una muy feliz Semana Santa.
Borgo.
Hola, Demiurgo! Pues he tenido muy presente el Manara de "El click" y "El perfume del invisible" con su olor a caramelo. Ya se sabe, lo peor de desear algo... el barrio donde vivía antes, en el casco antiguo de Barcelona, tenía algunas tiendas ocultas y extrañas que recordaban a la de los Gremlins.
ResponderEliminarLa que se armaría en ese avión con las azafatas (por cierto, todas morochas) si alguien llevara ese perfume. Me ha gustado mucho el vídeo, con ese homenaje al celebre episodio de "La dimensión desconocida". Ya he descubierto un grupo nuevo.
Gracias y saludos, Demiurgo!
Borgo.
Hola, Melmoth! Esos slogans de marcas de colonias marcaron una época, sobre todo ese "Busco a Jacqs" que decía una rubia motora mirando desafiante a la cámara. Los nombres de aquellas lociones... Varón Dandy, Abrótano Macho a base de artemisa, lo que usaban los druidas aunque no sé para qué. Lo del Nénuco lo veo más para pedófilos. Mickey Rourke sacó mucho partido de ese look pestoso y grasiento, demasiado, porque con la pinta que tiene ahora... el aroma concentrado a sudor tiene un algo excitante y puede ser de cuando nuestros ancestros vivían en cuevas y tenían sus épocas de celo como los animales y sus feromonas.
ResponderEliminarEl conejo está inspirado en un puesto de la Boquería que tenían un conejo disecado vestido de cazador, con su gorro, escopeta y hasta un chaleco con sus cartucheras. Supongo que el fantasma del pobre conejo estará atormentando sus noches.
Recuerdo ese episodio de la Pantera Rosa. Quedaba como un islote rosa en el asfalto, un poco como aquella novela de Ballard, la magnífica "La isla de cemento". El relato de Leiber me lo apunto.
Abrazos, amigo!
Borgo.
¿Qué tal, JLO? Me pregunto que efecto me causaría ese perfume, la verdad es que soy más de morochas. Esas frases son de comerciales de acá "Para hombres que dejan huella", no sé si los conocés.
ResponderEliminarVaya tráfico el de Buenos Aires. No comprendo como se lo hacían los colectivos para circular por el centro a esa velocidad vertiginosa, los conductores deben ser unos ases.
Gracias y saludos, JLO!
Borgo.
Hola, Borgo:
ResponderEliminarEsa colonia estaba diseñada para tí y para las pelirrojas, no hay duda....
Digo... ¿qué marca era?
Ya que al vagabundo le procuraba rubias, igual a otro procura morenas... investigar siempre es curioso y a veces satisfactorio...
Divertido el relato y estupendas sus ilustraciones. Igual los de Puig lo llegan a leer y montáis un tinglado; aunque probablemente Dior se atrevería más fácilmente.
Un día de estos probaré esa receta de conejo a la cazadora; lástima que el conejo venga de granja; aunque en el campo, no todos son comestibles: recuerdo un verano pasado "manu militari" en Toledo y nos hartamos de andar viendo cadáveres de conejo a causa de la mixomatosis...
El protagonista del "micro" de Paco moriría de agirofobia, supongo....
Un abrazo.
Todo lo que puede sugerir un perfume!!!!.
ResponderEliminarTiene un poder sensual muy grande.
Es estupendo tu relato.
Un placer leerte.
La receta me gusta pero prefiero el pollo.
Un abrazo y gracias por todo lo agradable que compartes.
Feliz semana.
sos increible en tus letras
ResponderEliminarcon tus letras
con tus recetas
y tu arte
Sos un gran amigo
Que tal Miquel!
ResponderEliminarRecuerdo hace muchos años algun anuncio de perfume que aseguraba el exito con el genero femenino, eran unas publicidades absolutamente descabelladas...jeje
Genial como de costumbre tu relato y los diferentes elementos.
Saludos y feliz finde!
Genial el relato.El poder de un perfume es infinito y para muestra el de tu protagonista.
ResponderEliminarPor lo de pronto él dusodicho se lo pasó en grande. Aunque claro los excesos son malos jajaja.
Mi madre el conejo a la cazadora lo hacía igual a tu receta.
Besos Miquel y felices dias
Puri
Tu relato esconde muy buenos chistes al pasar, cortos y rápidos (tal vez como el desempeño de tu personaje jajaja). Me ha hecho gracia y me atrapó.
ResponderEliminarCon respecto a las pelirrojas, esta entrada tuya puede tener una conexión con la última mía, donde pongo un video de Ciro. Acá te dejo otro de sus videos repleto de "coloradas". Seguro que te gusta ¡quién pudiera!
https://www.youtube.com/watch?v=5FGjpmpAenM
Me anoto con Alla cacciatora, pero como bien sabes, prefiero el pollo (aún no me animé con la receta de miel que me pasaste, es que hasta ayer continuaron los 30 grados en otoño).
Melmoth sigue haciendo de las suyas. Este relato suyo esconde una crítica social, y me recordó también el cuento de Cortázar La Autopista del Sur, donde la autopista ya no sirve para viajar rápidamente de un lugar a otro
Abrazo Borgo!
Hola, Josep! Ya me gustaría saber de que marca era. En cualquier caso no es de esas con las que nos bombardean por Navidades, cuando se anuncian más colonias ¿es que no las usamos el resto del año o qué? con mucho Eau de esto, Parfum de aquello... He de sacar otro personaje con el que atraer a las morenas, creo que eso va a gustos.
ResponderEliminarUna vez intenté guisar conejo de campo y me apestó toda la cocina y eso que lo tuve toda una noche macerando en vino, cebolla y romero. Es carne de caza muy fuerte, nuestros paladares urbanos ya han perdido la costumbre.
Yo tengo agirofobia desde que una vez intenté cruzar un paso cebra de Barcelona ¡los conductores se lo pasaban por el forro!
Abrazos, Frodo!
Borgo.
¿Qué tal, AMALIA? Sí, un perfume es atrayente, seductor... si es el adecuado. "Tu perfume! Esa suave y dulce fragancia que humecta tu piel, que al acercarte y dejarme oler me llena de placer." Eso es de cuando yo escribía poemas, todos tenemos un pasado...
ResponderEliminarEs un gran placer que me visites, AMALIA, y que compartamos lo que escribimos.
Espero que estés pasando muy feliz Semana Santa.
Saludos!
Borgo.
Hola, RECOMENZAR!
ResponderEliminarYo también te considero una buena amiga y me encanta compartir contigo historias, anécdotas y recetas. ¡Seguro que sí!
Seguimos en contacto.
Besos!
Borgo.
Hola, Fran! Yo recuerdo sobre todo el del desodorante Williams. Un hombre extendía los brazos y ¡zas! aparaecían dos mujeres (no recuerdo si rubias o morenas) a cada lado. El anuncio dejó de emitirse por denuncias sexistas. Y el de Patrichs con aquel "Caminaba por la kasbha, de repente me vi envuelta en un tumulto..." ese marcó una época. Ahora son más sofisticados y con voces en off en francés.
ResponderEliminarGracias y muy feliz finde!
Borgo.
¿Qué tal Dulcinea? Creo que el protagonista leyó mal el prospecto, en lugar de "2 o 3 gotas" debió leer "203 gotas" a mí me pasa con la letra pequeña, necesito una lupa para leerlos.
ResponderEliminarÉsta es la receta clásica, yo procuro que no falte el apio que le da muy buen sabor, y si lo hago con pollo le añado los higadillos. Lo importante es cocer a fuego lento un buen rato. Unas setas tampoco quedan mal.
Besos y feliz Semana Santa, Puri!
Borgo.
¿Qué tal, Frodo? No sé si en Argentina se conocen algunas de esas típicas frases de comerciales de colonia: "En las distancias cortas..." o "Busco a Jacqs" Las marcas italianas me hacen pensar en pasta. Hay que ver como se pone en las horas punta el subte que toman Ciro y los Persas. Qué suerte... en la línea el que yo tomo por las mañanas sólo veo gente bostezando y absortos rn los móviles, aunque esas pelirrojas tienen un punto inquietante, como salidas de "Las poseidas de Stepford" o "El pueblo de los condenados".
ResponderEliminarSí, ya me fijé que en Argentina no se suele comer conejo. La última vez le añadí champiñones y queda muy bien. Esa receta me la dieron en Florencia en un simpático local que se llama Totó -como el cómico- y en la Piazza da Borgo, tenía que ir allí sin falta.
Sí, recuerda a ese cuento de Cortázar y a una poco conocida -y muy buena- novela de Ballard: "La isla de cemento" en la que un hombre desaparece en un arcén y sobrevive en la autopista a lo Robinson Crusoe urbano.
Abrazos, Frodo!
Borgo.
De una tienda así puede salir cualquier cosa, lilimento, elixir y pócimas. Esta parece ser la del "love feroz"...,irresistible XD... estará hecha a base de feromonas.
ResponderEliminarLa fantasía de más de uno...busco a Jack...y me le meriendo..jajaja
Lo mejor, tus dibus.
La receta,mejor con pollo aunque no sea tampoco mi favorito pero los conejillos me dan más penita.
Saludos, Miquel
Hola, París! Me imagino esa tienda con un mono disecado en el mostrador, frascos con serpientes y mucho humo de incienso... para disimular algo, supongo. Ese perfume debe ser extracto 100% feromonas, de cuando los humanos vivíamos en cavernas y teníamos más instinto animal. Parece que esa noche más de una encontró a Jack.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gusten los dibujos y no hay problema, esa receta queda muy bien con pollo. Recuerdo un viaje por Francia, allí cocinan muy bien "le lapin" con vino tinto y romero, pero luego, en Inglaterra, comprobé que allí consideran al conejo una mascota y sólo lo comen en el campo.
Saludos, Abril!
Borgo.
Me ha gustado lo del vestido que empieza tarde y termina pronto. Y todo lo demás también. El guiso me lo figuro, porque no soy buen cocinero. Ni siquiera cocinero.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Macondo y muchas gracias. Con el mal tiempo que hace últimamente no se ven muchos vestidos de esos por aquí. Pero si ese guiso es muy sencillo, hombre. Dorar el pollo, luego las verduras y el vino, incorporar el pollo y el tomate, tapar y cocer un rato. Más fácil que hacer un poema.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hello Everybody,
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Reconozco que me encanta ese nombre de Dr.Purva Pius, muy pulp.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Miquel. Perdona por el off-topic, pero he estado viendo esta pequeña exposición gratuita de la Biblioteca Nacional sobre diseño de portadas de libros (1915-1936) y no he podido evitar acordarme de las tuyas. Si pasas por Madrid, no te la pierdas. Te dejo enlace: http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2019/seduccion_libro.html
ResponderEliminarHola, Ricar2! Me alegro muchísimo de volver a verte por aquí. Ahora mismo voy a ver ese enlace que promete ser muy interesante y gracias por enviármelo. Tengo pensado pasar por Madrid a principios de junio, a ver si puedo visitarla.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Una entrada magistral!!
ResponderEliminarY lo que me he reído.
Tú con la bragueta tienes un trauma. Sonrío.
Y halaaa, más mádera al pecho lobo, más colonia!!!
Je.
Hay un slogan francés de no sé qué marca que siempre me pareció una genialidad por su juego de palabras:
"Croquer le mâle, croquer le bien "...
Aquí también se devora.
Cambiaría el conejo por otra carne de caza, y es que a mi mascota,cuando era pequeña, a Mapache, se la comieron cuando se hizo mayor... y no sé con qué receta :( y eso que me dijeron que se había ido a pasear con las estrellas, ya les vale. Me enteré muchos años después y todavía no lo tengo superado.
Buen micro, y buena ilustración.
Los coches nos han ido tragando... sí. Por suerte me suspendieron 7 veces el carnet, no digas nada, eh?? :P
Besos, Borgo!!
¿Qué tal, Zarzamora?! Pues sí, creo que aún no he superado mi trauma militar con las braguetas (aunque las del uniforme eran de botones, no sé porqué) ¡Já, já! ¡Mastica al macho y a base bien... desde lurgo los slogan de perfumes y colonias son una pasada.
ResponderEliminarMucha gente que ha tenido conejos como mascotas comparten ese reparo. Mi hijo juró no comer nunca más conejo cuando murió su "Bubbat" como llamaba a su conejo armenio, y mira que le gustaba el conejo con allioli, pero esa receta queda muy bien con pollo.
Bueno, no sé como al final me dieron el carnet pero soy un conductor pésimo, mis amigos no querían subir a mi coche cuando me ofrecía a llevarles y en día de lluvia, imagínate.
Muchos besos!
Borgo.