Me presento: Arturo Pantano. Desde que cerré mi videoclub me
gano la vida descargando y pirateando películas. Mi amigo Román Ciénaga vende
de tapadillo los CD en el rastro. Vale,
voy al grano: acabo de tener una experiencia horrible en mi baño.
Estaba probando la coca que me había vendido mi dealer
Rodolfo Cenagal, sólo noté un fuerte
olor a tiza. Ese canalla la había cortado con tanto yeso que por poco se
me forma un muro de carga en la nariz. Guardé el espejito con la papelina en el
armario del lavabo y entonces oí un extraño ruido procedente del brazo de la
ducha. Acerqué la cara a los agujeros de la cazoleta y entonces lo vi. Un destello
blanco. Un ojo que me observaba desde el interior.
Solté un alarido y dejé caer el tubo flexible sobre el plato
de la ducha. Salí del baño y cerré la puerta con el corazón latiendo con
violencia.
“¿Habrá sido la farlopa de Cenagal? –pensé- Imposible,
estaba tan adulterada que no provocaría alucinaciones ni a un bebé.”
Ha pasado una hora. Decido coger el palo de la escoba y
volver al lavabo. Lo primero que veo es el tubo tumbado sobre la plataforma. De
repente se agita como una serpiente y unas largas antenas empiezan a salir por
el mínimo espacio entre la rosca del grifo y la porcelana. Las antenas
arrastran el resto de la cosa. Un tentáculo con una horrible boca de ventosa con dientes como
las lampreas se inclina hacia mí como preparándose para atacar. Más
antenas aparecen por todos lados: por la ducha y por encima del lavabo, justo
debajo del aplique de la lamparilla. Empiezo a propinar golpes de toalla, le
tiro el palo de la escoba, botes y todo lo que tengo a mi alcance. El tentáculo
queda rodeado por un amasijo de gel, champú, antenas y patas. De un salto salgo
del cuarto de baño y cierro de un portazo.
Aún intento recuperar el aliento cuando me sobresalta el
sonido del timbre de la puerta. Dos hombres trajeados que me muestran una
placa.
-Policía –dice uno- Tenemos pruebas de que vende cedés pirata.
Delito contra la propiedad intelectual.
“Vaya, un inspector habrá trincado a Ciénaga y me habrá
delatado” –pienso.
-Y también sabemos que posee sustancias ilegales. Delito
contra la sanidad pública.
“¡Cenagal también! ¡Estoy rodeado de soplones!”
-Para pasar han de tener un orden –le digo a un policía que
se dispone a entrar.
-Por supuesto –y añade con una meliflua sonrisa-: ¿Me
permite usar su cuarto de baño?
“¡Qué truco tan viejo! Lo he visto cien veces en C.S.I.
Expediente-X…“-me digo. Recuerdo la papelina casi intacta en el armario del
lavabo y de lo más profundo de mi mente surge el instinto de supervivencia:
-Por el pasillo, segunda puerta a la izquierda.
Con un apagado “gracias” el policía avanza por el pasillo y
entra en el cuarto de baño. El otro agente y yo nos quedamos frente a frente,
él en el descansillo y yo en el recibidor. Inmediatamente se oyen gritos,
estrépito de cristales rotos y ruidos de… ¿masticación?
-¡Eh! ¿Qué ocurre? –El policía me empuja al entrar-. Tú, no
te muevas de aquí –advierte desenfundando una pistola.
Abre la puerta de una patada. Un disparo. Más gritos y luego
silencio.
Recojo todo lo que cabe en mi bolsa de viaje. Creo que es un
buen momento para visitar a mi prima Miasma, la que decidió cuidar cabras en
una apartada cabaña en Uruguay.
FIN
MÁS GRITOS CINEMATOGRÁFICOS
¿Recuerdan el Grito de Wilhelm de mi entrada anterior? Pues hay otros berridos en la pantalla tan conocidos como el Castle Thunder creado en 1931 para Doctor Frankenstein y que desde entonces sigue apareciendo en escenas tormentosas.
O el New Goofy´s Scream que desde 1941 se deja oir en todos los largometrajes de la Disney:
¿CONOCEN LA CAPONATA?
Se puede usar como guarnición o salsa para pasta. Esta receta siciliana siempre queda buenísima.
Cortar las berenjenas en dados con su piel y dejarlas 1 hora en un colador con abundante sal para que pierdan su amargura. Sofreír en una cazuela las berenjenas con cebolla picada, ajos cortados muy finos y tomate troceado en aceite de oliva. Añadir alcaparras, aceitunas verdes, unas hojas de albahaca y cocer a fuego suave unos 10 minutos. Una explosión de sabores mediterráneos.
Recomiendo dejarla reposar un par de horas si se come fría como guarnición.
Lo de las tuberías es como lo de las alcantarillas y tal, puede haber ahí cualquier cosa, desde serpientes, ratas... a vete a saber qué, que afortunadamente no vemos (todavía).
ResponderEliminarBuena colección de gritos. El de la chica de "la matanza de Texas" (la versión antigua me refiero, creo que luego hicieron otra que no he visto) es demasiado largo para que lo incluyas porque dura media película o, al menos, así lo recuerdo.
¿Y de donde viene eso de caponata? Me refiero a la palabra porque me suena a gallina ya ves tú.
Saludos.
Me encanto tu historia desde luego esa cosa que salio del grifo de la ducha tenía que ser peligrosa y fea , el pobre policía se quedo muerto vamos los dos debieron quedar en el sitio ..pero el final es sorprendente ,seguro que la prima del protagonista ni le reconoce jajajaj ..muy entretenido leerte.
ResponderEliminarLa receta muy sana y fácil de cocinar, como guarnición fabulosa .
Gracias amigo y una abrazo y te deseo una genial semana.
¿Ese grito de Goofy no es de una película en que es un cazafantasmas, junto con Donald y Mickey?
ResponderEliminarDos problemas que se neutralizaron. Aunque es posible que el tentáculo dentado se haya equivocado de dirección, que haya pretendido entrar en la casa de Ellen Sandweiss (Evil dead) o Tafee O'connel (Galaxy of terror)
Te ha salido un relato con sabor a películas de la serie B estadounidense de los cincuenta, cuando los monstruos eran remedos de los soviéticos en plena guerra fría. Luego los pintaría de color Corman, y más tarde Carpenter, pero aquellos en blanco y negro eran inolvidables. Saludos.
ResponderEliminarEse tentáculo seguro que se escapó de un pulpo y apareció en la tubería a saber el motivo.
ResponderEliminarUn relato muy divertido, igual que el dibujo que le acompaña.
Tiene muy buena pinta la receta, .Tomo nota.Gracias por compartirla.
Un abrazo Miquel
Puri
Como destino final tendría que haber sido Argentina. Uruguay es bastante pequeña ja. Un monstruo bastante correcto que no salió del baño.
ResponderEliminarTodo lo que mostrás de comida parece rico y fácil de hacer, pero es un engaño ja. Nada es fácil en ésta vida, ni comprar cocaína. Abrazo
Que tal Miquel!
ResponderEliminarInteresante el relato. A mi estas fotos que pone me abren siempre el apetito...jeje
Saludos!
Me han hecho gracia los nombres de los personajes, todos de aguas bien estancadas.
ResponderEliminarEl personaje del lavabo que enseña sus ojos me lleva a enlazarlo justo con ESO el libro que estoy leyendo (sí sí, he visto la película pero nunca me le había animado a las 1500 pág. de IT). Me gusta que estos personajes son bien del bajo fondo, andan en asuntillos ilegales, pero no parecen malvados, sólo son imperfectos, soplones, apenas oscuros nomás.
Geniales las ilustraciones, tienen tu marca registrada.Sobre el grito ya es un clásico de este blog. No podré pensar en otra cosa cuando lo escuche por sorpresa.
Y la receta me gusta, me anoto, aunque me gustaría probarla tibia ¿o es sacrilegio?
Abrazo grande Borgo!
Qué imaginación tienes, jodío.
ResponderEliminarSaludos.
Es un magnífico relato con un final que deja espacio a la imaginación del lector (si la tiene, claro). Ya te conté a modo más personal por qué me gustó tanto. La vida de un tipo que vive solo le suelen pasar cosas muy extrañas, y, si vive en familia, le suceden otras, pero no menos macabras. Yo estuve viviendo solo unos años y me sucedieron cosas como: levantarme una noche de la cama para hacer pis. No encendía nunca las luces porque ya conocía el recorrido de sobras, además de estar levemente iluminado por la luna. Crucé el comedor y vi la sombra de alguien muy alto sentado en el sofá. Me cagué en el pijama. Otro día abrí la nevera de manera inconsciente, quizá por el mismo aburrimiento que llevaba encima. Vi la cabeza cercenada de alguien que no conocía. Lo que más me jodió es que se había comido todos mis yogures. Una vez, nada más levantarme de la cama, me miré en el espejo del baño. Grité espantado. Tenía el mismo rostro que el día anterior. Nunca me había pasado nada igual, porque cada día de mi vida he tenido un careto diferente. Ver tu misma cara dos días consecutivos es terrorífico. Otra vez llené la bañera de agua caliente. Añadí una buena cantidad de sales aromáticas y puse a nadar todos mis patitos de goma. Me introduje con sumo placer. Sumergí la cabeza en el agua y cuando la saqué descubrí horrorizado que mis patitos se habían transformado. Mostraban dientes afilados y fueron a por mí. Deberías haberme visto intentando salir del agua, amigo Miquel. Una vez llamaron al timbre a las tres de la madrugada. Al principio, hice caso omiso. Para consolarme me dije que podría ser algún vecino borracho que se había equivocado de puerta (a mí me ocurre muy a menudo). Pero el timbre seguía insistiendo. Me estaba volviendo loco. Me levanté y fui hacia la puerta sin hacer ruido. Me vino de golpe lo que dijo Chuck Palahniuk: “El miedo es que llamen a tu puerta de madrugada y que al abrir encuentres a un payaso en el descansillo”. Nuestra mente trabaja así cuando se ha leído y visto muchas películas. Me pasó por la cabeza un montón de cosas que podrían estar tocando el timbre. Incluso gente perversa de mi pasado que venía a rendir cuentas conmigo por no haber llegado a nada en la vida. Por ser un fracasado. Deslicé la pestaña de latón de la mirilla. Suspiré de alivio al ver que era yo completamente borracho. Pobrecillo, me dije. Abrí la puerta con dificultad y entré en mi casa satisfecho de no haberme equivocado de dirección. Siempre imaginaba esas cosas cuando estaba borracho y me dirigía hacia mi vacía casa por aquellas calles solitarias.
ResponderEliminarMe gustan mucho tus dibujos, sobre todo el que encabeza el post. La portada de la novela “El día de los trífidos” es infinitamente mejor que la que yo tengo en una antigua edición. Espero que esta novela la lea esa gente vegetariana que anda ahora fanáticamente insultado a los que comen alitas de pollo.
Pues vaya con los gritos cinematográficos. Que si el Grito de Wilhelm, que si los berridos Castle Thundercreado o como leches quiera llamarse. Es que cuando le dan por una cosa. Todavía recuerdo los berridos de la Fay Wray del King Kong de 1933. Según los expertos en estos asuntos del celuloide, es la que más ha gritado en la historia del cine. Uno podría aplicar esos gritos en la alarma del despertador del móvil, o en el de las llamadas de según quién.
Pues es cierto, tiene muy buena pinta La Caponata, bueno, me refiero a tu receta, no a esa gallina televisiva de los ochenta.
¡Un fuerte abrazo!
Hola, Nury! Allá abajo, por los desagües, pupula todo tipo de seres subterráneos. De eso no me cabe duda. ¿Te acuerdas de los caimanes blancos de las cloacas? No sé si era una leyenda urbana.
ResponderEliminarCreo que nunca he visto a alguien gritar tanto tiempo seguidpo en una película. Bueno, la Shelley Duval de "El resplandor" tampoco se quedó corta, afónicas debieron quedar.
La gente de nuestra quinta nos trae recuerdos gallináceos, pero la palabra viene de "Caupo" que es como llaman en Sicilia a las tabernas del puerto. Allí la servían con mucho vinagre para que se conservara.
Besos!
Borgo.
¿Qué tal, Campirela? Tenía ganas de hacer una historia entre Stephen King y Lovecraft y bueno, mis problemas con las cañerías (gorgoteos, ruidos raros...) me inspiraron un poco.
ResponderEliminarEsta receta sirve tanto como guarnición (la prefiero acompañando pescado) o salsa para espaguetis. Recomiendo comerla templada y mejor de un día para otro.Yo le añado vinagre, todo son gustos.
Gracias a ti, Campi, y que tengas muy feliz semana.
Borgo.
Hola, Demiurgo! Muy posible, aparece en casi todas las películas Disney. Ese YAAAAAAA-HOO-HOO-HOO-HOOOEEEYYYY!!! fue grabado por el cantante tirolés Hannes Schroll quien por cierto no vio ni un centavo de los Estudios del "mago de la animación". Seguro que soltó ese grito al leer la letra pequeña del contrato.
ResponderEliminarSi ese bicho hubiese aparecido en el lavabo de Ellen Sandwells seguro que aparecía Ash Williams (Bruce Campbell) al rescate con su sierra mecánica.
Saludos, Demiurgo!
Borgo.
Hola, Ethan! Me encanta la ciencia ficción de los 50, mi preferida es "La invasión de los ladrones de cuerpos" y me encanta la delirante "Me casé con un monstruo del espacio exterior" (1958) Hace poco vi a Michael Rennie, el inolvidable Klaatu de "Ultimatum a la Tierra", lástima que fue en la infumable "Los monstruos del terror" de Paul Naschy.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Dulcinea! Ese era mi sueño recurrente durante un viaje a las Rías Altas de Galicia. En un mercado vi pulpos vivos agitando los tentáculos y en mi sueño asomaban por el desagüe de la bañera, estilo hotel de Innsmouth, a lo Lovecraft.
ResponderEliminarMe gusta mucho la caponata, en su origen era un estofado de berenjenas de cuando los turcos se adueñaron de Sicilia. Los pescadores le añadieron tomate, alcaparras y albahaca.
Abrazos y que aproveche, Puri!
Borgo.
Hola, Frodo! Bueno, Uruguay tampoco parece mal sitio para esconderse. Recuerda que el buscadísimo doctor Mengele pasó una temporada allí cuando no se sintió seguro en Buenos Aires.
ResponderEliminar¡Pues claro que son fáciles de preparar todos los platos que pongo! Por eso no publicaré el zambaglione (el sambayón de ustedes) que no consigo nunca la textura adecuada, jodidos los postres... y de lo otro, ni hablamos.
Abrazos, Frodo!
Borgo.
Hola, Fran! Gracias, espero que te haya gustado mi relato fibroso y tentaculoso.
ResponderEliminarLa caponata queda muy vistosa con su tomate y las hojas de albahaca. La suelo hacer sobre todo en verano, para acompañar pasta o pescado.
Saludos!
Borgo.
Qué entrada más genuina... El relato, ¿sabes a qué escritor me ha llevado? Al mismísimo Roald Dahl. Genial relato, Miquel. Mil besos, Borgo.
ResponderEliminarHola, Frodo! (Coño, ahora caigo en que en el anterior comentario he llamado Frodo a JLO, sorry...) Pues mira, ahora me has hecho recordar a "La ciénaga", aquella película tan buena de Lucrecia Martel.
ResponderEliminarEs lo que tiene King, alarga mucho sus textos, y esa novela para mí tiene un fallo: nada más volver a reunirse la pandilla -ya adultos- de Derry les da por separarse y pasear en solitario por el pueblo. ¿Buscaban que Pennywise los finiquitara de uno en uno?
Acá todos conocemos a personajes parecidos de la "Economía sumergida", les llamamos "Buscavidas", cosas de la crisis.
Gracias, quería hacer algún dibujo original pero no he tenido tiempo y he "reciclado" ilustraciones anteriores. Al contrario, la caponata como mejor está es tibia. Si la tenías en la nevera sácala 1 hora antes.
Abrazos, amigo!
Borgo.
Hola, Macondo! Ya tenía yo ganas de hacer un relato un poco en la onda de Stephen King y Lovecraft. Bueno, que más quisiera yo...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
No sé si es una leyenda urbana, pero cuando era pequeña decían que si comías un poco de tiza te daba fiebre en el acto y así podías fingir que estabas enfermo y saltarte las clases. Si esto es cierto esnifar tiza debe ser incluso más nocivo que esnifar cocaína ;P
ResponderEliminarHe escuchado ese trueno mil veces, pero no me había parado a pensar que tuviese nombre, ni que fuera famoso en la industria. Supongo que siempre he dado por hecho que todos los truenos suenan igual :P
Besos!
Wuauu qué relato te ha salido Miquel me dejaste un poco intrigada con ese ojo que te observaba desde el interior y parece escuché el grito pero luego me sacaste sonrisas cuando dices lo de que estaba adulterada que no provocaría alucinaciones ni a un bebé dices jajaaj muy bueno.
ResponderEliminarY tenemos otra receta, lo que pasa que no me gustan las Berenjenas, así que no suelo ponerlas nunca.
Un placer disfrutar de tu entrada, eres estupendo escribiendo.
Besos enormes.
¿Qué tal, Melmoth? Uf, vaya experiencias nada más levantarse de la cama, y tener que enfrentarse a una cabeza glotona que okupa la nevera... cuando viste tu cara en el espejo tenías que haber recitado aquello de "Candyman" tres veces a ver qué pasaba. La ropa sobre la silla a oscuras me ha dado más de un susto con sus caprichosas formas como aquel relato "Silba y estaré junto a ti" del gran M.R. James. Y los patitos de goma convertidos en sanguinarias pirañas...
ResponderEliminarRecuerdo esa inquietante frase de Palahniuk, comparable a: "Mi peor pesadilla se ha convertido en realidad. Me he despertado junto a un desconocido y había un disfraz de oso panda en el sofá" (Dorothy Parker)
Ya ves que sigo sacando partido a mis tallarines en la portada de los trífidos, es de hace unos tres años. Tentáculos para mi relato, faltaría más.
Fay Wray fue una de las más destacadas screamers, como la gran Evelyn Ankers a la que dediqué una entrada. En esa escena del video su grito supera el volumen de un disparo de revólver:
miquel-zueras.blogspot.com/2011/09/evelyn-ankers-la-reina-del-grito.html
(Cabrones, han eliminado el vídeo) Como todos los de mi quinta asociamos el nombre de caponata a la gallina de Barrio Sesamo. Pobre Emma Cohen, de representar Ibsen en el teatro a dar voz a una gallina y encima casarse con Fernán Gómez... tremendo.
Abrazos, Melmoth!
Borgo.
Hola, Clementine! Huy, Roald Dahl... qué alto me lo has puesto. La verdad es que he tenido un poco en mente su estupendo libro "Historias extraordinarias", claro que no tengo el talento de Quentin Blake pero he hecho lo que he podido.
ResponderEliminarMe alegra muchísimo que te haya gustado y mil besos, Clementine.
Borgo.
Hola, Doctora! Pues algo había oido sobre la tiza. En la mili habían la tira de trucos para aparentar estar enfermos, desde comer un terrón de azúcar mojado en gasolina (para los más audaces) o tragarte una cucharada de una pastilla de jabón lagarto raspado -de ese para fregar la ropa que usaban las abuelas- pero doy fe que eso último no funciona.
ResponderEliminarPues ese trueno lleva más de 80 años funcionando y lo consiguieron haciendo vibrar una lámina metálica junto a un micro, ya ves.
Besos!
Borgo.
Hola, María y encantado de verte por aquí. Lo del ojo que aparece por los agujeros del teléfono de la ducha fue la primera idea que me vino a la cabeza. En mi época canalla tomé algunas cosas poco recomendables, mucho producto adulterado pero pocas visiones. No se lo aconsejo a nadie.
ResponderEliminarHay otra versión de la caponata pero con calabacines en lugar de berenjenas, también queda bueno con el tomate y las alcaparras. Un plato muy mediterráneo.
Un placer que te pases por Borgo. Gracias y muchos besos.
Borgo.
Entoces no se trataba de una alucinación provocada por la cocaína cortada con tanto yeso como para hacer de una nariz un muro de carga???
ResponderEliminarMuy bueno el relato, y que irresponsable el protagonista, se largó a Uruguay y no se preocupó de saber que criatura habitaba tras las paredes de su baño, jaja.
Que rica la receta.
Saludos Miquel.
Hola, Ana! Bueno, a saber que provoca una alucinación por sobredosis de yeso. Yo creo que debes flipar con tizas de colores, tampoco está tan mal.
ResponderEliminarQuizás al llegar a Uruguay se puso en contacto con los de National Geografic o, en su defecto, con el gran Iker Jiménez.
A veces uso esa receta para rellenar berenjenas al horno con queso gratinado. Es muy rica y muy fácil. Hoy me la he preparado para comer con un par de filetes de anchoa que le dan mucho sabor.
Saludos, Ana!
Borgo.
Muy buena historia y con intriga.
ResponderEliminarMe gusta la receta y la voy a apuntar. Me parece sencilla de hacer y debe de estar muy rica.
Felicidades siempre por tus dibujos.
Un abrazo . Te deseo un feliz fin de semana.
Mr. Borgo, jajajajajajaja, ya nadie viene para la Argentina, antes era al reves, otro muy buen relato; otra muy buena seguidilla de gritos y muy buenos dibujos. Saludos.
ResponderEliminar¡Ostras, Borgo!
ResponderEliminarMe has creado un dilema, porque tengo en la nevera dos berenjenas que pensaba hacer rellenitas de carne picada pero ahora ya estoy pensando en experimentar con esa salsa
que imagino irá que ni pintiparada para unos espaguetis.... no sé, no sé...
Si tienes una prima y lee hasta el final de tu divertido relato (me he reído muy a gusto) ya puedes ir preparándole un buen plato de caponata a modo de disculpa....
Reconozco que tienes imaginación para los nombres, sí señor.
Un abrazo.
Hola, Amalia! Gracias, me alegra que te gusten el relato y la receta. Hoy me he preparado la caponata para acompañar merluza a la plancha. Ya ves lo fácil que es de preparar.
ResponderEliminarMuchas gracias, y te deseo muy feliz fin de semana.
Borgo.
Hola, Mr.Belknap! Bueno, era Uruguay pero cae cerca.Es verdad, recuerdo las colas frente la embajada española de Avenida de Mayo para conseguir permiso de residencia. Qué pena, mis abuelos estuvieron a punto de viajar a Argentina en la dura posguerra.
ResponderEliminarMuchas gracias y saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Josep? Puedes hacer una comida temática, dos platos con berenjenas. Los turcos lo hacen, yo creo que hasta las comen de postre. Recuerda que la caponata queda mejor de un día para otro. Espero que no sueñes luego con "El expreso de medianoche".
ResponderEliminarSerá otra cosa pues mi prima no soporta las berenjenas, pero le puedo preparar su versión alternativa con calabacines que también queda rica, rica, como diría Arguiñano.
Ciénaga, Pantano... todos nombres muy estancados y poco saludables.
Abrazos, Josep!
Borgo.
En los lavabos suelen pasar cosas rarísimas siempre, en las duchas... espejos, bañeras, hay mucha psicosis detrás. Si a esto le añadimos coca adulterada y un par de polis muy poco astutos, estamos frente a escenas de una peli gamberra. Faltó un tigre o un león rondando por la casa. Sonrío.
ResponderEliminarLo de la tía uruguaya todo un puntazo allí podrás fumar marihuana sana y darle a la ayahuasca y alguna seta campestre.
Las ilustraciones muy a lo Lovecraft ;)
Me encantan las berenjenas... ummmmm!!!
Y la crema o caviar de berenjenas, Mutabbal, o Baba ganoush, con unas Kebbés y unos falafel con sus pitas, ya te digo. Ñam!
;)
Besos, Borgo!
¿Qué tal, Zarza? Los lavabos públicos de mujeres en sábado por la noche en un bar musical cualquiera son caóticos. El pestillo no funciona, colas larguísimas y siempre falta papel. Lo cuento aquí por si lo quieres leer:
ResponderEliminarmiquel-zueras.blogspot.com/2012/01/porque-las-mujeres-van-en-parejas-al.html
Es que este cuento necesitaba reforzarse con unos viscosos tentáculos.
En Uruguay no tomé ayahuasca pero mate... me salía por las orejas. Esa gente no suelta nunca la bombilla de mate.
Qué bueno el Baba Ganoush! Buen regalo el que nos hicieron los turcos trayendo la berenjena a Europa.
Besos, Zarza!
Borgo.
¡Tremendo relato, Miquel! Muy ingenioso. Ya lo estoy viendo en imágenes.
ResponderEliminarY la receta me la apunto. ¿Ya te has planteado escribir e ilustrar un libro de cocina?
Saludos :)
Hola, Abril! Me alegra mucho que te haya gustado mi relato con sus antenas y tentáculos.
ResponderEliminarYa publiqué un libro de cocina: "¡UF, HOY COCINO YO!" En el 2003 con la Editorial Zendrera, ya está descatalogadO. Me dijeron que no querían un libro de cocina convencional y por eso hay dibujos, anécdotas y algunas recetas explicadas en formato cómic. Me gustaría sacar otro pero el mundillo editorial está muy difícil.
Saludos!
Borgo.
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