Cada varios minutos apartaba la cortina para ver si seguía
ahí fuera. Finalmente apareció tambaleándose
y se detuvo frente a la puerta de mi casa. Solté la cortina, eché el
cerrojo y llamé por el móvil a Bea.
-Me sigue un cadáver
-le dije en cuanto descolgó.
-¡Madre mía, Beto! –exclamó Bea-. ¿Estás seguro?
Hace dos años hubo una plaga, los muertos vivientes
caminaban arrastrando sus miembros putrefactos, luego se había puesto freno a
los zombis, incluso se les mantenía controlados. Poco después a un avispado
empresario se le ocurrió abrir una agencia cobradora –El cobrador zombi S.A.-,
los morosos eran perseguidos noche y día por un cadáver ambulante que no
cobraba sueldos, ni dormía ni se cansaba. Esta situación duraba hasta que el
moroso pagaba sus deudas.
-¿Está aquí? –preguntó Bea.
Asentí. El cadáver aguardaba junto a la entrada del
restaurante mirándome fijamente desde el otro lado del cristal. Cuando una
pareja abrió la puerta para salir el zombi se introdujo en el local de manera tan
desapercibida como una ráfaga de viento otoñal. Y mi cadáver no era el único
del restaurante, otro estaba junto a la mesa de una pareja atractiva y trajeada
que contrastaba con los mugrientos
harapos del zombi.
Cuando el cadáver se detuvo junto a nuestra mesa le miré
rabioso. No pestañeaba, sus ojos vidriosos nunca pestañeaban.
-No le mires- dijo Bea.
Me llevé a la boca un tortellini. Mastiqué y tragué como
pude. Bea seguía comiendo como si nada, aunque observaba el cadáver con el
rabillo del ojo.
-¿Debes dinero a alguien, Beto?
-A una empresa de reparaciones a domicilio cuando se
estropeó la instalación eléctrica de mi piso y el administrador se desentendió
–sobre la mesa y a escasos centímetros de mi plato cayó un dedo del zombi. La
punta de una falange asomaba entre la carne pútrida-. Me presentaron una
factura abusiva y me negué a pagar.
-¿Quieres que compartamos un postre?
Una hora después, Bea y yo estábamos tumbados en la cama
fumando. No me sentía con ganas de practicar sexo. No es extraño cuando te
observa desde la puerta del dormitorio un cadáver tieso como una
marioneta, con vísceras sobresaliendo
por entre la piel reseca. Había entrado
por la ventana del patio de luces que no cerraba bien.
-Cariño, esto no hay quien lo soporte –resolvió Bea
aplastando el cigarrillo en el cenicero- ¿Y si pedimos un préstamo al banco?
Al día siguiente, con el cadáver que me seguía arrastrando
lentamente los pies, me presenté en la
sede de El cobrador zombi. Entregué el cheque a un empleado que tecleó mis datos
en su ordenador, luego una enfermera ató
una correa al cuello de mi zombi y se lo llevó dócilmente.
Al concluir del Año Fiscal la empresa El cobrador zombi era
la más próspera del país. Sus directivos lo celebraron. Los zombis fueron gratificados con un aperitivo a base de refrescos y galletas
saladas.
Por lo visto esos directivos no sabían lo que ocurre cuando
un zombi prueba la sal. Los cadáveres recobraron parte de su inteligencia, la
justa para comprender que estaban siendo explotados.
Poco después El cobrador zombi había cerrado sus puertas a
cal y canto, y en los alrededores de la sede central los muertos vivientes
mostraban octavillas de su nuevo sindicato:
Bueno, y ya que se ha hablado de tortellinis...
TORTELLINIS CON CREMA DE ESPINACAS
Cocer un paquete se espinacas congeladas. Escurrirlas bien y sofreír en una sartén, sazonar con sal y pimienta y añadir una copa de vino blanco. Cuando reduzca verter un brick de crema de leche. Remover y cuando se caliente -¡No dejar que hierva!- apagar el fuego y triturar la mezcla en el cuenco para la batidora. Quedará una salsa de un bonito color verde brillante como el vómito de la niña de El Exorcista (vale, debería buscar otro ejemplo) Mientras se cuecen los tortellinis en agua salada recomiendo tostar unos piñones en una sartén sin aceite. Servir los tortellinis con la salsa de espinacas y unos cuantos piñones por encima.
Ayer hice esta receta con macarrones, le añadí unas aceitunas y tomates cherry.
Tiene sentido, parte de las historias de muerto vivos del mundo, es que son usados con algún proposito. Y un zombie no es facil de matar y es remplazable.
ResponderEliminarY tiene un efecto intimidante, util en un cobrador.
Claro que ese empresario debió conocer más ficciones, antes de fundar ese servicio de cobranzas.
Bien contado.
Da algo de miedo leer este relato ainss parece que estoy viendo el cádaver.
ResponderEliminarUna receta para anotar, la que compartes hoy, y bien fácil de preparar, y ¿con piñones tostados? qué ricossss. Y por lo que veo también lo hiciste con macarrones.
Un placer leerte, miquel.
Besos.
¡Hola, Mr. Zueras! Muy bueno el relato ( como todos los anteriores ); pobres los personajes de ese cuento, que horrible estar comiendo y recibir en el plato el dedo de un zombi. Receta apuntada. Saludos.
ResponderEliminarJajajajajaja...
ResponderEliminarPero, ¿de dónde sacas estas ideas? Genial, relato, genial, eres el mejor, Miquel.
Mil besos y buen finde, Borgo.
Hola, Demiurgo! Los tiempos cambian, los zombis no solo son mano de obra barata en las plantaciones de caña. La idea me vino de un servicio de cobro de morosos muy popular en España que se llama "El cobrador del frac", con un hombre vestido de frac o de Pantera Rosa que te sigue a todas partes. El empresario supongo que aprendió la lección y se puso a visionar las películas de Romero.
ResponderEliminarGracias y saludos!
Borgo.
¿Qué tal, María? No hay duda de que es un metodo muy convincente para pagar deudas, más efectivo que el Cobrador del frac y similares.
ResponderEliminarEs una receta muy fácil, también queda muy bien sobre pechugas de pollo a la plancha, así no quedan tan secas. Los piñones recien tostados combinan muy bien.
Un placer verte por aquí.
Borgo.
Hola, Mr.Belknap! A mí, sin duda, se me iría el apetito. Por cierto que esa salsa de espinacas la hacían muy buena en el Prosciutto, un restaurante del barrio de Montserrat, en Buenos Aires. Solía pedir la pasta del día con esa salsa que combina de maravilla con los ñoquis.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Clementine! Pues en parte de ver al Cobrador del Frac deambulando por mi barrio (también va disfrazado de Doraemon) persiguiendo a un pobre moroso. Si veo a uno disfrazado de zombi le cobraré derechos de autor, fijo.
ResponderEliminarMuchas gracias y que pases un buen fin de semana sin tanto frío.
Muchos besos!
Borgo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Joder, amigo Miquel! No deberías dejar estas idas en internet. Todo se andará, ya verás. Por otra parte, me he reído de lo lindo. Incluso me he imaginado el mundo totalmente repleto de zombis provenientes de la empresa El Cobrador Zombi S. A, porque no veas la de gente que debe dinero, ¡empezando por mí! Por cierto, ya no se ve tanto a El Cobrador del Frac, ¿recuerdas que solo se veía el automóvil de la empresa aparcado en cualquier calle, pero jamás al inquietante tipo del logo? Quizá estaba haciendo de las suyas junto a Polil (Protege lanas y pieles). Menudo mundo de locos, amigo mío. Pero para colmo, los empleados zombis ¡empiezan a reivindicar sus derechos! Eso está bien. Dejarán la empresa y conseguirán ingresar en las colas del paro. No podrán pagar el alquiler, la conexión internet (fibra óptica), ja ja, mirando la tele con ojos vidriosos y la mirada perdida con la piel áspera y cadavérica, tan amarillenta como la de un pollo muerto desplumado y lo suficientemente translúcida como para mostrar unas venas de un apagado color ciruela. Entonces serán ellos los endeudados y los humanos los que vayan a por ellos, como siempre, desde que el genio de George A. Romero sentó las bases para erradicar el problema. No se exterminará al zombi por peligroso o repugnante, sino porque deberá facturas. Entonces volverá de nuevo El Cobrador del Frac junto a su amigo Polil, este último vendiéndoles su producto para que sus raídas ropas se conserven mejor.
ResponderEliminarAquí te dejo algunas citas de películas de zombis:
-Hay una gran diferencia entre ellos y nosotros. Están muertos. Es como si fingieran estar vivos.
-¿No es lo que hacemos nosotros, fingir que estamos vivos?
La tierra de los muertos vivientes (2005), de George A. Romero
-Todavía están ahí.
-Y nos buscan. Saben que estamos aquí.
-No, es por costumbre. No saben bien por qué. En sus vidas pasadas venían aquí (al centro comercial) y lo recuerdan vagamente.
-Pero ¿quiénes son ellos?
-Son como nosotros. En el infierno ya no queda sitio.
El amanecer de los muertos (1978), de George A. Romero
"Vampiros y zombis parecen, más que nunca, las metáforas más apropiadas para caracterizar el dominio del capital."
Michael Hardt y Antonio Negri, El trabajo de Dionisos
Como siempre, tus dibujos son magníficos, amigo Miquel. Y eso de las espinacas… están carísimas y congeladas no valen nada. El otro día las compré ecológicas y no veas lo que me costaron, es más, las debo en el súper y ya tengo el zombi en mi casa. En fin, cuando las herví se quedaron en nada, más o menos, como nos quedaremos todos.
¡Un fuerte abrazo!
Lástima que estos sistemas de cobro de morosos se consideren acoso y ya no funcionen como antes, porque lo del cobrador zombi era una idea magnífica. Pero me quedo con la receta.
ResponderEliminarSaludos.
¿Qué tal, Melmoth? Sí, también recuerdo ver ese coche aparcado con su logo y hasta una Pantera Rosa y un Doraemon pisando los talones al moroso de turno, pero lo que sí hace mucho que no veo es a uno de esos cobradores. Yo creo que la cosa ya está tan mal que a los morosos les importa un pito que les vaya siguiendo por la calle un tío vestido como para una boda de los años treinta. Seguro que la gente por la calle le diría: "¡Ánimo, yo estoy igual!" y otros gestos de solidaridad.
ResponderEliminarTengo cerca de casa una oficina del INEM, la mayoría de gente que hace cola tiene esa misma mirada vidriosa. El zombi no paga facturas, eso lo convierte en un elemento subversivo y peligroso. Este Black Friday no he visto zombis comprando en las tiendas. Muy buena esa frase de "El amanecer de los muertos" (En sus vidas pasadas venían aquí y lo recuerdsan vagamente) y termina con esa lapidaria frase del Apocalípsis: "En el infierno ya no queda sitio".
Yo compro las espinacas en una tienda ecológica, pero al ser congeladas tienen un precio razonable y son mejores que las frescas que venden en el super, y con las que me he llevado más de un chasco.
¡Abrazos!
Borgo.
Hola, Ricard! Un chollo que no podía durar, empleados que trabajan sin descanso y sin cobrar... suerte que los pobres zombis se concienciaron.
ResponderEliminarTe aconsejo también esa receta con pechugas de pollo a la plancha, quedan muy buenas.
Saludos!
Borgo.
Hoy que es Luna Llena Decembrina, nada mejor que leer esta historieta. ¡Sobresaliente! De tu receta -aparte de que me encantan las espinacas a las que yo cariñosamente llamo "sacanipse"-me ha encantado la mención a la niña del exorcista (¿Reagan?) Un Abrazo Campeón.
ResponderEliminarMuy bien! Me recordó un chiste de Les Luthiers, de este sketch,
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Hbotgu43eJw
en el que dice Drácula que tiene un primo con una fábrica con tres mil obreros... es un chupasangre.
Cuantos obreros quedan reventados después del día laboral (en especial al terminar la semana) y andan como muertos vivientes por las calles. Y mucho más ahora que el mundo pegó un coletazo hacia la derecha.
Me gustan todas las ilustraciones, pero ¿no son todas tuyas no Miquel? O incluso la del Zombie defiende tus derechos también... por que la veo de un estilo muy diferente. La que más me gusta es la portada de Zombie Nightmare
Esa receta se ve magistral. Me gustó el nuevo peinado de Popeye. Y la pregunta que siempre me hice: ¿por qué después de comer espinacas de la lata, lanza humo de su pipa?
Un grande Popeye
Abrazo!
Hola Miquel
ResponderEliminarMe ha gustado el cartel de Undead; me recuerda los viejos dibujos que enseñaban a bailar por pasos, lo que, en lenguaje castrense, sería: tiempo uno... tiempo osss... tiempo resss... (valeee, la conexión castrense-zombie NO es casualidad).
Otro fantástico hallazgo es el efecto de la sal sobre las mentes ausentes, y me pregunto ¿Qué hubiese ocurrido si nuestros BB's le ponen "salero" en la alcoba?
Un saludo, Manu3l.
La rebelión de los zombies, jaja, yo creía que a los zombies le gustaba otro tipo de aperitivos mas "sesudos" jeje, que galletitas saladas. Tener a un muerto putrefacto persiguiendote todo el rato tiene que cortar mucho el rollo.
ResponderEliminarMe gustan los ingredientes de la receta.
Saludos!!
Hola, Reportero! Gracias y te deseo una muy buena Luna Llena Decembrina, acabo de verla y está preciosa en esta noche despejada.
ResponderEliminarHuy, "sacanipse", ahora me doy cuenta de que es "espinacas" al revés. Me ha pasado como el Lon Chaney Jr. de "El hijo de Drácula" que se pasea con el nombre de Alucard y hasta avanzada la película nadie cae en que es "Drácula" al revés.
Si no recuerdo mal, creo que la niña se llamaba Regan.
Abrazos!
Borgo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Frodo! Me encantan los Luthiers, fui a verlos cuando actuaron en Barcelona hará unos quince años. Sin duda hay mucho vampiro en el medio empresarial. Por aquí los trabajadores andan muy desprotegidos mientras los políticos no paran de aumentar sus dietas y gastos pagados. Las colas de parados ya parecen manadas de zombis urbanos al estilo de George Romero.
ResponderEliminarExcepto la de "Zombie defeiende tus derechos" que es una ilustración anónima de internet las demás son mías. "Undead" la hice para una camiseta y "Zombie Nightmare" fue mi única portada ganadora de un premio, es una historia divertida, la cuento aquí:
miquel-zueras.blogspot.com/2012/02/zombies-beatles-y-un-premio.html
Pues es una buena pregunta. Invocaré a Max Fleisher en mi próxima sesión de ouija e intentaré que me responda sobre esa extraña reacción de la pipa.
Abrazos!
Borgo.
Hola, Manu! Ah, sí... vi un manual parecido en la mili. La verdad es que los grupos uniformados marcando el paso recuerdan algo a las manadas de zombis. Dicen que lo que les dan a los elegidos como zombis es una infusión o polvo de burundanga que anula la voluntad y un antidoto sería el cloruro de sodio, otra prueba de que muchas leyendas tiene un punto de veracidad. Interesante lo del tema sal y alcoba, quizás me de alguna idea para un relato con salero, o sal y pimienta.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¿Qué tal, Ana? Bueno, a falta de sesos... Imagina lo que debe ser tener a un muerto viviente a tus espaldas todo el día y noche, mal momento para asistir de invitado a bodas y bautizos, aunque seguro que no pasas inadvertido. Supongo que con el tiempo te acostumbras.
ResponderEliminarTe recomiendo esa crema de espinacas con pechugas de pollo a la plancha, quedan muy buenas.
Saludos!
Borgo.
Fantástico relato, Miquel.
ResponderEliminarEres un artista de la letras. Cada vez que te leo me asombro. Siempre consigues ese efecto en mí.
La receta, se ve rica. Otra más que apuntar.
Buen inicio de semana.
Un abrazo,
Eowyn.
hOLA, ÉOWYN! Muchas gracias, me alegra de verdad que te guste.
ResponderEliminarEsta crema de espinacas, con los piñones recien tostados, queda muy buena. También recomiendo añadir un poco de parmesano rallado cuando se calientan en la sartén la crema de leche y las espinacas.
Que tengas muy buena semana, y si o puede ser, menos fría!
Borgo.
Muy bueno el cuento, como dice alguien por ahí arriba , todo se andará, el cobrador de frack los días contados jajajja. Lo malo es que cuando se abusa incluso los zombis crean un sindicato.
ResponderEliminarMe apunté la receta , tiene muy buena pinta y es fácil de hacer.Gracias por compartir.
Besos Miquel
Puri
Muy bueno el relato. He pasado un rato muy divertido. Y esa receta habrá que probarla que es sencilla y con una pinta muy apetitosa.
ResponderEliminarSaludos.
¿Qué tal, Dulcinea? Es un método de cobro de morosos muy efectivo pero a la que los zombis prueban la sal reivindican mejoras salariales, son más combativos que muchos humanos "normales".
ResponderEliminarEsa crema de espinacas también queda bien como guarnición, tanto para carne o pescado, hoy las haré para acompañar una trucha al horno.
Besos, Puri!
Borgo.
Hola, Nury! Eso es bueno, me encanta que alguien se divierta con mis chorradillas. La crema de espinacas combina con cualquier pasta (sobre todo con raviolis o tortellinis rellenos de verduras) o sobre unas pechugas de pollo a la plancha. ¡Y los piñones le dan un buen toque final!
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Esa receta se puede convertir en una de mis habituales para cuando voy a pasar el día en la biblioteca, que la pasta para eso es muy agradecida.
ResponderEliminar¿Quién iba a pensar que los zombies podrían tomar conciencia de clasecon un poco de sal?
Hola, Chechu! Pues claro, un tupper con pasta y esta salsa de espinacas es ideal para llevarla a la biblioteca, en la mía han puesto un microondas para los habituales.
ResponderEliminarAnte los casos de corrupción y abusos que hay en este país no iría mal distribuir sobrecitos de sal como los del MacDonalds entre la población a ver si se animan, que hay mucho zombi suelto aunque no lo parezcan.
Saludos!
Borgo.
Me ha gustado tu relato de "El cobrador Zombi", aunque seguro que ni estos hubiesen podido cobrarle una deuda al mítico Tio Vazquez...je,je
ResponderEliminarlo mas posible es que para estos menesteres en el fúturo los empresarios contaran con robots a los que programaran para que no cojan bajas ni pidan aumento de sueldo, por cierto que hablando de temas fiscales cuando veo a cierto ministro español no puedo evitar comparar su imagen con la del "Nosferatu" de Murnau...
Saludos
¿Qué tal, Folk? Pues yo creo que hubiera quedado muy bien en una viñeta de 13 Rue del Percebe unos zombis aporreando la puerta del Tío Vázquez pero para cobrar, no para comerle los sesos.
ResponderEliminarUna vez hice un cómic con ese tema. Una empresa de robots-cobradores que se iba a pique porque como la ley robótica les prohibe putear a los humanos...
Ja, ja... sí, aunque el de Murnau es más entrañable comparado con ese.
Saludos!
Borgo.
Muy bueno el relato. Me ha traído a la cabeza dos historias excelentes de zombies recuperados para la sociedad: la novela "Descansa en paz" de John Ajvide Lindqvist y la miniserie británica de televisión "In the flesh": el añorado Podrido vuelve a casa.
ResponderEliminarSaludos.
hOLA, lICANTROPUNK! "Descansa en paz" es uno de mis libros pendientes que reservo para las Fiestas. Al principio me resistía pues su autor es el mismo de la sobrevalorada -para mi gusto- "Déjame entrar" pero me hablaron tan bien de ese libro que decidí comprarlo. La serie no la conozco, creo que es sobre un zombi adolescente que trata de integrarse, mi hijo la ve por Movistar y le gusta bastante.
ResponderEliminarGracias y saludos!
Borgo.
me ha gustado el relato, esa receta me la apunto!!! ya te contaré como me sale. Pero como recomendación, te sugiero que no seas tan explícito para explicar la textura de la salsa....Si quieres un ejemplo similar la caquita del bebé tras comer espinacas también te sirve como ejemplo.
ResponderEliminarGracias por compartir tu arte, y tu humor.
Me has hecho reír.
Felices fiestas!!!
Hola, Karin! Me alegra mucho que te haya gustado el cuento de los cobradores zombis y cuando prepares la receta mejor piensa... en una salsa de color esmeralda. Así suena mejor.
ResponderEliminarGracias a ti, ya sabes que me encanta que te pases por Borgo que es tu casa.
Muy Felices Fiestas, Karin!!!
Borgo.