Haciendo la colada, Ámbar acaba de descubrir un pelo rubio
en una camisa de Feldespato, su marido. Piensa:
“Bueno, ¿y qué?” –piensa-. “Ese pelo podría haber ido a
parar aquí de muchas maneras, quizás en el autobús que Felde toma para ir al
trabajo… un pelo es mucho menos delator que una mancha de carmín.”
Pero el color del pelo le ha dado una idea: “¿Y si me tiñera
de rubio?” Un cambio de imagen podría ser un modo de atraer la atención de
Felde. Últimamente su relación se basa en reproches por cualquier cosa y besos mortecinos cuando se marcha a la
oficina.
La tarde del día siguiente Aguamarina, su peluquera y rubia
natural, le aplica el tinte a Ámbar mientras le cuenta su teoría: “Los cabellos
rubios y los morenos son los dos polos del comportamiento. Los cabellos morenos
representan virilidad, mientras que los rubios simbolizan la femineidad. Por
eso, una rubia es doblemente mujer. Fíjate que las princesas de los cuentos
siempre son rubias.”
Dos horas después, Ámbar
sale de la peluquería con una nueva imagen. El tráfico de la avenida está
atrapado en una fantasía demencial de ruido y movimiento incontrolado pero ella
solo piensa en la amarilla luz del sol y como ésta favorece a las rubias
haciendo relucir su pelo reflejando desde el interior rincones opacos.
Comprueba satisfecha su dorado reflejo en los escaparates y
se dedica una sonrisa de cien vatios. Se siente estupenda, como si estuviera
repleta de miel y hierbas aromáticas. De pronto advierte una furtiva mirada de lince. Son sus vecinos, la hortera
presumida de Amanita –por cierto también rubia de bote- y el simplón de Topacio,
su marido. Ámbar les dedica una fugaz sonrisa a modo de saludo y apresura el
paso; quiere llegar a casa antes de que Felde vuelva del trabajo. Sus pies se
desplazan ágiles en sus sandalias de tiras a las que ha añadido un atractivo
toque bermellón en las uñas.
Cuando Ámbar llega a su piso prepara la puesta en escena. Se
ha puesto un conjunto de lencería color coral –en la tienda le dijeron que era el
color ideal para las rubias- y se sienta
en una silla de mimbre de espaldas a la ventana. Ya ha pensado en el
efecto que produce: los últimos rayos de sol iluminan su cabello dorado dejando
su cara en penumbra; así destaca más. La
estancia se llena de un aire expectante, como de noche de estreno.
El sol ya se desvanece. Tintineo de llaves. Ámbar contiene
la respiración mientras oye los pasos que se aproximan. Feldespato se detiene
en seco al llegar al salón. Abre los ojos con incredulidad. Grita:
-¡Joder, Amanita! ¡Ya
te dije que no volvieras a venir aquí!!!
UN MECHERO SODOMIZADO
Alucinado me he quedado al ver este anuncio de los años 70.
Menudos nombres para tus relatos. Ambar, Feldespato, Amanita. ¿Los nombres del relato siguiente van a ser Sodio, Potasio, Magnesio...?
ResponderEliminarEl relato está bien, pero a mí lo que me encanta es esa ilustración que hiciste para "Open Secret" de Beljaev (ni la he leído, ni sé de qué va). Creo que es mi portada favorita de las que has hecho.
Un saludito.
Así, entre nosotros, a mí Amanita siempre me pareció un poco seta ....
ResponderEliminarSiempre me ha intrigado el exitazo de las rubias de bote, incluso conocí a una chica que se deprimió un poquito cuando su peluquera le dijo que tenía que dejar de decolorarse el pelo una temporada, parecía que le hubieran quitado las energías, en serio.
Y que conste que no estoy sugiriendo nada sobre recuperar la energía y el mechero del anuncio, que oye.. se le veía bien contento ¿eh?
La elección de los nombres minerales, Borgo, un acierto: mucho más bonitos que algunos que se escuchan en ocasiones, donde va a parar.
ResponderEliminarEl fallo ha sido, obviamente, persentarse en penumbra... :-(
Con lo felices que hubiesen sido al "reanimarse" Feldes con su nueva "rubia" ;-)
Lo del mechero..... da para un debate.... :-)
Mucho mejores los Clipper que los Bic, sin duda....
Un abrazo.
Citando al emperador de Gladiador, que buena historia. Digna de ser publicada.
ResponderEliminarAl final se confirmó la sospecha que desechó. Que manera de hablar demás Feldespato.
Claro que Ambar podría seguirle el juego fingiendo que es Amanita. Y Feldespato podría fingir después que sabía que era Ambar, pero que fingió confundirla con otra. Y ambos podrían fingir que le creyeron al otro.
Saludos.
Esto es lo que le pasa a Ámbar por ser demasiado buena y no desconfiar. Me ha gustado el relato y sobretodo el final, muy divertido y con mala baba.
ResponderEliminarSobre el mechero opino como Loque, se le ve contento XD
Jejeje, menuda manera de descubrir la verdad sobre su cornamenta, muy bueno, me ha gustado mucho, y de chorradilla nada, estos finales así con sorpresa y que dejan esa sonrisilla en la boca tienen mucho mérito.
ResponderEliminarSaludos
:D
¡Ay Feldespato! La que te ha caído compañero... jajajaja.
ResponderEliminar"Los caballeros las prefieren rubias" (excepto otros tantos como yo que nos da exactamente igual). Ese anuncio tiene su gracia, aunque con lo "puritana" que se ha vuelto la sociedad ahora sería eso impensable que viera la luz.
Un abrazo Miquel
Cuando era muy jovencito sólo me gustaban las rubias. Hasta que me enamoré perdidamente de una morena. Y luego otra. Eso fueron amores platónicos porque los de roce y cachondeo han sido con rubias... de bote.
ResponderEliminarUn saludo.
Jajaja..ya ves, el pelo falso de las rubias las convierte en "vulgares" y se presta a confusión.
ResponderEliminarDeberían haber "jugado" a ser otros.. para variar.;P
Y lo del mechero..pues muy "naïf" para los tiempos que corren, pero es verdad, ahora no saldría.
Saludos, Miquel
Jajaja... estaba esperando un final sorprendente para el relato, pero ese final ni lo imaginé. El anuncio del mechero me suena de entonces, ya ves.
ResponderEliminarMuchos besos, Borgo.
Hola, David! Yo es que siempre tengo problemas para encontrar nombres para mis personajes. ¿Porqué a eso le llamo Juan y al otro Pedro? Les suelo poner nombres de colores (Cobalto, Magenta...) o minerales. Me apunto la idea de los nombres de elementos químicos para el próximo relato: Silicio, Cloruro...
ResponderEliminarA mí también me gusta esa portada de Ann Beljaev, lástima que apenas me dieron detalles: "Dibuja unas chicas chismorreando" y poco más, espero haberlo hecho bien.
Saludos!
Borgo.
Hola, loquemeahorro! Amanita es seta, sí, y encima venenosa...
ResponderEliminarEste relato se me ocurrió durante una conversación con unas amigas, parece que el color del pelo te cambia incluso la personalidad pero ¿porqué hay tantas rubias de bote y tan pocas pelirrojas de bote?
Ese anuncio fue la caña cuando iba al instituto. Por lo que parece viendo al mechero creo que aquello fue un acto "libre yconsentido".
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Josep? Hoy tocaba minerales, para variar de colores o dioses griegos. Sí, yo también creo que a oscuras ("a oscuras y a os militares", como el chiste) habría resultado mejor.
ResponderEliminarLos Clipper eran los campeones después de los Zipo que tan de moda se pusieron por esa época, con sus tuneados y aquel olor a gasolina...
Abrazos!
Borgo.
Hola, Demiurgo! Anda, pues no me parece nada mal esa "vuelta de tuerca". Ambar fingiendo, Feldespato simulando... creo que ese juego podría dar mucho de si. A ver si se me ocurre otra versión. A oscuras todo -o casi- es posible...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Chechu! Gracias, creo que Ambar se equivocaba fingiendo ser quien no es para seducir a su pareja, no podía salir bien.
ResponderEliminarEl mechero no parece nada disgustado, ya ves como bailan contentos esos Clippers. ¿Practican sexo seguro?
Saludos!
Borgo.
¿Qué tal, Ana? Pues gracias y me encanta saber que te ha gustado, de verdad. Tu opinión siempre me interesa mucho. ¿Qué tal en Canarias? Supongo que no os estáis asando como en la Peninsula. Qué suerte...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Hola, Alimaña! Feldespato ha pagado el pato... Yo tuve una época de delirio por las rubias pero ya es historia. No creo en eso de que "Los caballeros las prefieren..."
ResponderEliminarRecuerdo cuando en el cole no podías dar un paso sin que alguien te diga: "¿Viste el anuncio del mechero que lo sodomizan?" Bueno, en realidad decían otra palabra más fuerte.
Abrazos!
Borgo.
Hola, Ricard! Supongo que conoces aquella canción "Me enamore de una morena...", creo que era de Manu Chao. La gente cambia, ahora me gustan mucho más las morenas, no cambiaría a Monica Bellucci por Nicole Kidman. Ya sabes, los caballeros las prefieren rubias pero...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
¿Qué tal, Abril? Pues sí, lo de jugar a ser otros se presta a variaciones muy interesantes y sin pasar por la pelu.
ResponderEliminarNo estoy muy versado sobre la vida sexual de los mecheros pero ese anuncio sería tachado de políticamente incorrecto en la TV actual, eso fijo.
Saludos!
Borgo.
Hola, Clementine! Ese anuncio fue muy popular a finales de los setenta. Al menos entre mis adolescentes compañeros de instituto que ya dejaban de ser tan inocentes. Lo nunca visto hasta entonces, sodomía entre mecheros inocentes... y con cancioncilla pegadiza.
ResponderEliminarMuchos besos y feliz verano!
Borgo.
¡Feliz verano, Miquel, y muchos besos más!
ResponderEliminarMuchas gracias, Clementine! Lo mismo te deseo, que pases un verano más luminoso que los Clippers.
ResponderEliminarBesos!
Borgo.
un relato con final infeliz ja.... y al encendedor como le decimos acá, lo cargan por popa jaja.... salu2 master....
ResponderEliminarel relato me atrapó, tiene un final sorprendente.
ResponderEliminarel anuncio me dio mucha risa....
saludos
Pues el anuncio no lo recordaba, pero sí la musiquita (hasta la letra y todo). Era muy niña para buscar otras connotaciones...
ResponderEliminarMe gusta la portada.
Y nunca he querido ser rubia, a pesar de que en los cuentos siempre eran las buenas (y las malvadas, morenas, mucho más interesantes por cierto, ja, ja)
Saludos.
El relato me recordó a la reflexión de una mujer que leí no sé dónde. "Acabo de encontrar un pelo largo y blanco en la chaqueta de mi marido. Si es de otra le mataré. Si es mío voy a suicidarme"
ResponderEliminarEl anuncio podría ser más fuerte si los mecheros cantasen con voz de mujer
Hola Miquel, me has hecho reír y pasar un buen rato con tu relato, se veía venir el final, pero ha sido divertido.
ResponderEliminarEs verdad parala mayoría de los hombres las mujeres rubias os parecen más atractivas, las morenas somos menos atractivas, pero donde esté una morena, que se quiten todas las rubias.
Las ilustraciones me han encantado como siempre.
El anuncio no lo he podido ver, porque esto funciona como quiere.
Hola', JLO! Un final de bote. Sl, al mechero recibe por la popa o el orto, como dicen alla ! Y se le enciende la llama y todo! Saludos! Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, Karin? Eso sí que fue un "Cambio radical", me alegra mucho que te guste el relato.
ResponderEliminarEse anuncio es increible. Me sorprende que los publicistas no se percataran... o quizás sí.
Saludos!
Borgo.
Hola, Nury! Es que la música es muy pegadiza: "Clip, clip, clip, tengo un Clippeeeer..." Yo era algo mayorcito y en mi cole había mucho cachondeo con ese anuncio.
ResponderEliminarMuy cierto. A mí me gustaba mucho más la morena Maléfica que las rubias sosainas de las princesas y sirenitas Disney. Haces bien.
Saludos!
Borgo.
Hola, Doctora! Muy buena esa frase del relato ¿Era de Dorothy Parker?, es muy de su estilo.
ResponderEliminarYo lo habría hecho con un cargador vestido de Dominatrix, todo de cuero negro.
Saludos!
Borgo.
Hola, Arantxa! Eso está bien, me gusta mucho que te haya divertido.
ResponderEliminarEsto va a gustos. Las rubias son más llamativas porque son menos comunes ¿Y las pelirrojas? son aún más escasas, excepto en Irlanda, deberían arrasar.
Gracias por lo de las ilustraciones y el anuncio es muy divertido, lo pasaron por TVE en los años setenta.
Saludfos!
Borgo.
Hola Miquel!! Yo creo que en un momento de nuestras vidas todas las mujeres hemos querido ser rubias. Pero bien es verdad que sólo a unas cuantas elegidas les favorece el color dorado. A mi particularmente me queda fatal, aunque mi alma marilinesca sea de rubia ;)
ResponderEliminarLas rubias y esa fama que les precede absolutamente injusta. Como dijera una vez Dolly Parton: "Caballero, no me ofende que diga usted que soy una rubia tonta, primero porque no soy tonta y segundo porque ni siquiera soy rubia"
Muy curioso el anuncio.
Un beso amigo Miquel!
Jajajajaja, muy bueno su relato y además me ha hecho recordar la composición del granito: cuarzo, mica y feldespato.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAcabo de echarme unas risas con tu RUBIA DE BOTE que me ha alegrado el día, algunas se llevan cada chasco con sus maridos que mejor sería si se preocupara de darle mimitos.
ResponderEliminarYo no se que tienen las rubias, que generalmente hacen girar la cabeza a los hombres,a las pruebas me remito, jejeje. Habría que hacer un estudio sociológico para saber el origen de esta costumbre. Los dibujos son muy buenos pero el de la señora tan rubia ella sentada en el bar es genial y los nombres tan minerales ellos...
Lo del mechero es cosa de otros tiempos, y por cierto fue un bombazo publicitario.
Te mereces un aplauso por esta entrada, gracias por hacerme reír,jejeejej.
Besos Miquel.
Puri
Hola, SQS! Yo creo que hay -ademas del color del pelo- unas facciones rubias y otras morenas, por eso no les queda bien el rubio a todas pero como bien has demostrado no es necesario ser rubia para adorar a la maravillosa Marilyn. Muy bueno lo de Parton! Menuda es... Besos! Borgo.
ResponderEliminarHola, SQS! Yo creo que hay -ademas del color del pelo- unas facciones rubias y otras morenas, por eso no les queda bien el rubio a todas pero como bien has demostrado no es necesario ser rubia para adorar a la maravillosa Marilyn. Muy bueno lo de Parton! Menuda es... Besos! Borgo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Cahiers! ¿Qué tal las vacaciones? ¡Anda, pues es verdad, la composición del granito! Además Cuarzo es el nombre de otro personaje. Yo es que era de letras y todo ese tema de las valencias y demás lo tengo ya muy olvidado. Estoy encantado de que el relato le haya gustado.
ResponderEliminarAbrazos!
Borgo.
Hola, Dulcinea! Pues a mí me ha alegrado el día saber que te ha hecho gracia el relato. Me temo que el matrimonio de Ámbar no se arregla con un poco de tinte.
ResponderEliminarLas rubias suelen ser llamativas y más en los países mediterráneos. En Italia triunfan mucho, como pude comprobar el pasado verano. Como nunca sé que nombres poner a mis personajes siempre recurro a colores o minerales. Los dibujos los he "reciclado" de otros trabajos. Esa rubia, por cierto, está sacada de una amiga mía pero no tiene más relación con Ámbar, además su cabellera es castaña.
La verdad es que yo recordaba un poco ese anuncio, no es de extrañar por el cachondeo entre los niños de entonces que ya empezábamos a ser menos inocentes.
Gracias, Puri y muchos besos!
Borgo.
¡Tanto tiempo Mr. Borgo!,atras quedan las vacaciones y debido al poco tiempo que por ahora poseo, trato, poco a poco, de regresar al blog y, a su vez, visitar a los vecinos y realizar algun comentario. Como siempre muy buenos sus relatos, muy divertido el del vampiro testigo de Jehova, asi como tambien el del fantasma, por su parte, a estos seres de leyenda es mejor evitarlos en lo posible, concuerdo en que el slender man es una creacion genial, y en cuanto al cuento que ahora ocupa, me lo he pasado en grande leyendolo y los nombres de los personajes son muy originales, asi como lo es el anuncio, que es increible. Cordiales saludos.
ResponderEliminarBuenos días, Miquel
ResponderEliminar¿Qué tal?
Los nombres que escoges para tus relatos son muy curiosos y me encantan. Ay, Feldespato, la que hemos liado, jajaja! La ilustración es simplemente fantástica! El auncio del mechero me pilló al peque, pero me acuerdo. Un saludo y que tengas un buen día.
¿Que tal, Mr. Belknap?! Espero que haya disfrutado de sus merecidas vacaciones. Eso está muy bien, ir retomando el contacto con los blogs. De momento aquí sigo, luchando con el calor agobiante de estas latitudes e invitando a entrar vampiros, fantasmas, Slenderman y otros seres fantásticos que por aquí son bienvenidos.
ResponderEliminarFeliz regreso y saludos!
Borgo.
Hola, Éowyn! Me gusta que mis personajes tengan unos nombres tirando a originales. Esta vez creo que Ámbar ha pagado el... feldespato, es lo que hay.
ResponderEliminarMe alegra de verdad que te gusten las ilustraciones y ese anuncio del mechero creo que marcó nuestra infancia, o casi.
Saludos y buen verano!
Borgo.
Ja, ja, qué chasco. Te ha quedado un relato de cine del destape: recuerdos al gran Sazatornil.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Licantropunk! Es un poco como aquellas escenas de Alfredo Landa en calzoncillos persiguiendo rubias nórdicas.
ResponderEliminarMuy fuerte lo de Saza. Era el último de aquella generación inimitable: Ciges, Gómez Bur, Le Blanc, Rafael Alonso... y toda la camarilla de Berlanga. Toda una época que se va con él. Kim se basó en su físico para su personaje Martinez el facha de El Jueves, el que más tiempo ha durado.
Saludos!
Borgo.
¡Jajaja! Qué buen relato, Borgo, me encantó. Muy bien construido ese personaje, tan femenino. Y qué final, je: jamás me lo vi venir, genial.
ResponderEliminarLas ilustraciones, de primera.
¡Saludos!
Hola, Juan Esteban! Un placer que me visites, ya sabes que valoro mucho tu opinión sobre mis relatos. A ver si este calor no me sofoca la inspiración...
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.