A mediados de los ochenta publicaba tiras en la revista
Makoki -he puesto algunas de ellas en esta entrada-, uno de sus colaboradores
era todo un personaje: Paco Mena, quien se presentaba como aprendiz de guru.
Tenía su propia sección: PACO YOGUI en la que describía sus experiencias en el Tibet y
hablaba sobre yoga, karma y platillos volantes, además de teorías
conspiratorias de todo tipo.
Un caluroso mediodía de julio yo, el editor Borrallo, los
dibujantes Mediavilla, Pons y Paco Mena salíamos de la redacción para tomar
algo en uno de esos bares ya desaparecidos con olor a pescado frito en el casco
antiguo. El bar Moriles, rodeado de callejones oscuros invitando al laberinto.
Pedimos una ronda de cervezas en la barra. Todos menos Paco,
que decidió tomarla con aquellos espontáneos bebedores de mediodía.
-¡Tenéis el karma enfermo porque coméis carne, bebéis alcohol y
tomáis drogas! –nos apuntaba con un palillo como si fuera una llave a punto de abrir una cerradura-.
Yo, en cambio, he estado en un monasterio tibetano y seguro que no sabéis
hacer esto.
Envueltos en la clarividencia que da agruparse en torno a unas
cervezas vimos a Paco irse al otro extremo de la barra, se quedó un momento
frente a la pared, se agachó alargando los dos brazos hasta apoyar las manos en
el suelo y ágilmente levantó las piernas apoyando su cuerpo en la pared
quedando perfectamente vertical. Sus hombros se relajaron, dejó la cabeza sobre el
suelo pegajoso sosteniendo todo su cuerpo y se sumergió en un profundo
letargo.
En el resto del bar se produjo una conmoción. Los bustos de
los clientes que sobresalían de las mesas se quedaron paralizados contemplando
aquella estática columna humana. A Borrallo le entró un ataque de risa:
-Le he visto hacer eso sobre un taburete en otro bar -dijo palmeándose los muslos.
-¡Son casi las dos! –dijo Mediavilla consultando el reloj-.
Tengo que ir a Correos a recoger un paquete antes de que cierren ¿Alguien se
viene conmigo?
La partida se disgregó y salimos a la calle, hacia la
cercana Vía Layetana, dejando el bar sumido en murmullos y risas secas.
Cuando salimos de la oficina de correos Pons propuso ir a
comer algo. Fuimos a otro local que también ya es historia, un sabroso y barato
hindú -El Tandoori- de la calle Ample. Muchas cervezas llegaron a la mesa mientras
esperábamos el Karahi-Lamb, cordero picante con jengibre, comino y frutos
secos; aún lo echo de menos.
Recuerdo que de repente salió una cucaracha de una grieta en
la pared y se paró sobre nuestro mantel. Un momento después aterrizó otra
cucaracha. Las dos se contemplaron indecisas hasta que una se acercó a la otra
y entrelazaron sus antenitas.
-Es un ritual de apareamiento –opinó Pons y pidió otra ronda.
Llevábamos un rato bebiendo cerveza y esperando a que las
cucarachas se decidieran a consumar su
romántico encuentro cuando Borrallo dijo:
-¡Eh! ¿Y qué habrá sido de Paco Mena?
Regresamos apresuradamente al bar Moriles con una mezcla de
aprensión y curiosidad. El dueño del bar no disimuló que se alegraba al vernos:
-¡Por fin, chicos! A ver si le decís algo a ese tío raro que
me espanta la clientela.
Dos horas y media después Paco aún permanecía allí, boca
abajo, inmóvil en aquel rincón del bar. Tenía una expresión relajada, como la
de los adictos al dormir cuando se despiertan entre mantas en un domingo
lluvioso.
Años más tarde vi a Paco Mena en las Ramblas, poco antes de
Navidad. Cantaba villancicos con una guitarra junto a un plato con monedas.
Después de cada canción gritaba: “¡Paz en la Tierra a todos los hombres de
buena voluntad, menos a los políticos que son unos chorizos!”.
Lo dicho; todo un personaje.
Dedicado a Mont Lloret que me recordó la anécdota y a Julio,
el dueño del bar Moriles, que me encargó este dibujo para el cristal de la
puerta de entrada:
Hablando de bares y bebercio... ¿No les parece que a Bogart se le pone una voz rara cuando va trompa?
Hola Miquel
ResponderEliminarYo a Bogart más que borracho lo escucho hablar como si acabase de despertar de una siesta cabezabajera.
Estupenda anécdota. Un saludo, Manu3l.
Los chistes y la anécdota, buenísimos. El doblaje, algo más discutible. Por cierto, ¿por qué todos los restaurantes hindúes se llaman Tandoori? Saludos.
ResponderEliminarMenudo talento el de Paco Mena para dormir de pie hecho una columna, ¡lo que se ahorrará en colchones! Ya me imagino la cara de alucine de la clientela.
ResponderEliminarY talento el tuyo con la viñetas, que graciosas están todas, me ha encantado la de los reyes católicos.
¿Dos cucarachas sobre el mantel? Yo hubiera salido corriendo jaja, pensándolo no sé si me atrevería con el Karahi-Lamb...
Rick borracho pero sin perder su fría compostura.
Saludos
:D
Dormir boca abajo quería decir, no de pie, jaja.
ResponderEliminar¡Que personaje tan curioso el Paco Mena! Se me pone una cucaracha en la mesa mientras como y me tienen que sacar en brazos del restaurante del asco que me dan esos bichos.
ResponderEliminarLas viñetas son geniales.
Las tiras son geniales, aunqu te reconozco que me ha entrado la risa floja con lade Colón y los regalos para los reyes católicos.
¿Qué tal, Manu? Sí, creo que me adelanté y me salió un Bogart con resaca, más que con borrachera.
ResponderEliminarEsta es una anécdota que aún circula por la peña de dibujantes makokeros.
Saludos. Borgo.
Hola, Ricard. Gracias, lo pasaba bien dibujando esas tiras y, sí, vale, no es mi mejor "take".
ResponderEliminarEl tandoori es esa cazuela con tapa en forma de pirámide muy típica de la cocina hindú-pakistaní. Es lógico que muchos de esos locales se llamen así. En mi barrio hay por lo menos tres o cuatro.
Saludos. Borgo.
Hola, Ana! Todo un faquir, ese Paco Mena. Era impresionante y la envidia que me da con lo fácil que conseguía dormirse y en esas condiciones.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gusten las viñetas. Me dan mucho repelús esos bichos pero las cervezas y el Karahi lo hacían más soportable... y exótico.
Saludos. Borgo.
Hola, Ana. Sí, de pie como los caballos o haciendo el pino. ¡Ja, ja!
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hola, Chechu! Curioso de verdad, de los que no abundan. La cucaracha en el restaurante hindú le daba al menos un toque exótico, como de relato de Kipling, muy apropiado.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gusten las tiras. Era una buena época para publicar, con muchas más revistas que ahora.
Saludos. Borgo.
Mr. Borgo, me encantan sus anecdotas; todo un guru este Paco, ¿dormiria tambien sobre una cama de clavos?, ¿habra hecho lo de la soga? Cordiales saludos.
ResponderEliminarMuy buena entrada. Me han gustado las tiras cómicas y me ha dado un poco de pena no conocer a semejante personaje (aunque yo le hubiera mandado a freír monas mucho antes...)
ResponderEliminarSólo he echado en falta la receta del karahi-lamb, que tiene una pinta deliciosa pese a las cucarachas.
Saludos!!
¿Qué tal, Mr.Belknap? Recuerdo que por su cumpleaños le hice un dibujo a Paco, una parodia de "Tintín en el Tibet" donde aparecía Paco vestido de lama y levitando.
ResponderEliminarSaludos! Borgo.
Hola, León! Me alegra de verdad que te haya gustado y así es como preparo una especie -no es muy ortodoxo- de Karahi Lamb con la paletilla deshuesada del cordero:
ResponderEliminarSofreir en mantequilla la carne en dados con dos cebollas picadas. En un recipiente batir 1tomate pelado de lata, 1 cucharada de jengibre en polvo, 4 dientes de ajo y un poco de agua. Echar la mezcla en una cazuela. Añadir la carne, sal, 1 cucharada de curry, 1 cucharada de chile en polvo, 1 cucharada de cilantro y
espinacas frescas. Saltear almendras y pasas en una sartén y añadir a la cazuela. Tapar y dejar cocer a fuego lento 15 minutos.
Buen provecho! Borgo.
Ya te lo dije: me gusta la voz de canalla que se le ha puesto a Bogart jeje Qué buena anécdota la de Paco Mena, lo que me he reído. A uno le hubiera gstado vivir esa época en Barna. Esos bares hoy, desde su inexistencia, parecen legendarios. Bueno, aprovecharemos los que quedan. Muy sugerente el cartel que preparaste para el bar. Dan ganas de echarse un vermut y luego unas bravas. Abrazos, amigo!
ResponderEliminar¡Gracias, Marcos! La próxima vez pillo una cogorza de verdad para que quede más realista. Tengo un pelín de nostalgia de los bares de aquella época, antes que Barcelona apostara por las franquicias y las tiendas de souvenirs convirtiéndose en un parque temático para turistas. Donde estaba el Moriles ahora hay un anodino bar de tapas de diseño. Julio quería regalarme el cristal pero insistí en que se lo quedara y se lo llevó a su pueblo de Jaén.
ResponderEliminarAbrazos! Borgo.
Me intrigaba saber cómo acabó el romance de las cucarachas, pero en vista de que siguen poblando la tierra imagino que termino de forma satisfactoria.
ResponderEliminarYo no sé cómo hay gente capaz de dormirse en sitios públicos y si encima es haciendo jerigonzas pues peor.
Hola, Doctora. Imagínate la escena: los cuatro en aquella mesa, bebiendo cerveza y esperando a ver si las cucarachas al final se casaban; como aquel chiste sobre las mujeres y las películas porno.
ResponderEliminarYa, a mí me cuesta incluso en una cama (tengo insomnio crónico) pero Paco nos dijo que no dormía, que estaba "meditando".
Saludos. Borgo.
¡Qué asco las cucarachas! nunca me las había imaginado haciendo algo así. Fíjate que pensé en ellas cuando tu amigo Paco apoyó la cabeza en ese suelo que tan pegajosos están en los bares.
ResponderEliminarLo de la voz de Bogart achispado, ¿quien lo dobló? no sería Paco vuelto del revés.
Saludos.
Hola, Dianadedia y muy bienvenida a Borgo. Afortunadamente para Paco no había cucarachas en el bar aunque el suelo estaba plagado de cáscaras de gambas y huesos de aceitunas.
ResponderEliminarJa...! Pues igual me habría quedado mejor la escena haciendo el pino, quién sabe. Hablar como borracho y llorar es de lo más difícil que me ha tocado en el doblaje.
Saludos. Borgo.
Pero...¿eras tú?
ResponderEliminarPues ahora mismo me llevo ese "pedazo" de vídeo.
y gracias por asomarte a mi casa nueva...
Besos.
Hola de nuevo, DianadedÍA. Sí, soy yo, hago papelitos de doblaje y era una de tantas pruebas que hago de vez en cuando, en el post anterior hay otras dos.
ResponderEliminarGracias a ti por descubrirme tu blog.
Saludos. Borgo.
!Hola,Miquel!
ResponderEliminarQue me he reído con las viñetas,están geniales.
Me he puesto a imaginar como se le quedaría la cabeza a ese hombre con toda la sangre acumulada en ella,ya tiene merito el tío aguantar en esa posición sin marearse jajajaja.
Así que tu eres el que dobla,pues lo has hecho divinamente,muy sincronizado.Ha sido toda una sorpresa!
Un esplendido post.Muchos besitos.
Una historia que le va como anillo al dedo a los tiempos de las revistas Makoki o El Víbora, que me imagino ya no se publican. ¡Qué tiempos!. Recuerdo como mi imaginarias en la mili eran amenizadas con ambas lecturas. Lo mismo por entonces ya leí una tira cómica suya.
ResponderEliminar¡Vaya anécdota!, ja, ja. Menudo ambientazo debía haber en aquella redacción. Y las tiras son buenísimas, Miquel. La del toro, para una camiseta de San Fermín.
ResponderEliminarSaludos.
De verdad que te (os) pasa cada cosa.
ResponderEliminarJoder, yo estoy en un bar y me aparecen dos cucarachas y se me atraganta la comida (aunque bueno, después de haber trabajado con ratas en la empresa de reciclaje igual hablo demasiado).
Un saludo.
Hola, Cristal Azul. Gracias, eso es bueno, que la gente se ría con tu trabajo.
ResponderEliminarBueno, hago lo que puedo con el doblaje. Es difícil sincronizar pero lo de Paco sí que tiene mérito...
Muchos besos!
Borgo.
¿Qué tal, Cahiers? No, esas revistas -como casi todas- ya no se publican. También me ayudaron a pasar mis interminables ratos de mili y en su mejor época, con dibujantes tan buenos como Gallardo, Mediavilla, Pons, Nazario... y el increible Calonge.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hola, Licantropunk. En aquella redacción de la Plaça del Pi había un ambiente muy desmadrado. Lo que me gustaría a mí ver a un toro en San Fermín haciéndose un selfie con esa camiseta.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
¿Qué hay, David? Era una época bastante loca. Uf, pues las ratas son peores, ya lo comprobé en Cabo Verde. Te pirulan la comida del plato a lo Oso Yogui con las cestas de Yellowstone. Menudas son.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hola Mr. Borgo,
ResponderEliminarAunque muy gracioso rezuma tanta nostalgia tu relato. Ese tiempo pasado entre camaradas, con esas anecdotas tan gratas.
Me ha encantado Paco Mena, fui a buscarlo por internet a ver si salia algo de el, y unos zapatos con ese nombre y apellido salieron en Google. ¿ Se habrá millonarizado o le habran robado el nombre ?
Que bueos los dibujos, el de los reyes católicos no tiene precio. Pobre Fernando. Y si no pobre Indio.
Al Bogart no se, pero desde luego alguien lo ha Borgorizado un montón... no se, creo que ya no tiene la misma mirada, o será el aliento ? jajaja
Muy buena tu crónica compañero.
Hablamos.
Un abrazo Miquel.
¿Qué tal, UTLA? Me alegra volver a verte. Pues mira, ayer vi un par de referencias sobre Paco Mena en Google: "Pero los personajes existen realmente?
ResponderEliminarG- Hombre, el MAKOKI no, como es normal, pero el EMO existe, aunque no tiene la misma pinta, PACO MENA también existe y te lo puedes encontrar tocando la flauta de rodillas al lado de la telefónica."
Se trata de una entrevista a mi buen amigo el dibujante Gallardo: www.rusc.net/~joan/contraweb_01/gallardo.html
En todo caso, Paco es sobre todo recordado por su faceta de músico de protesta-navideño en las Ramblas.
De vez en cuando me da por recurrir a los poderes oscuros y hago travesuras como adueñarme del cuerpo de Bogart y hacerle beber absenta.
Abrazos y hasta pronto.
Borgo.
Por aquí había alguno también haciendo el pino con la cabeza a cambio de una caña... La verdad es que hubo un momento plagado de personajes en los bares que eran casi míticos y el espectáculo estaba garantizado, no a diario pero sí muy frecuentemente (no siempre para bien, pero bueno, la mayoría de las veces era muy divertido). Y ahora está todo de un soso...
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Miquel. Bueno, bueno, vaya entrada más artística repleta de dibujitos :) Y vaya historia también. Envidia sana me das con lo de los doblajes, debe ser muy divertido, y nada menos que Bogart...
ResponderEliminarMuchos besos, Borgo, y feliz semana.
Hola Miquel! Como siempre muy interesantes las anécdotas que nos cuentas y muy interesantes también esas compañías tuyas
ResponderEliminarNo me puedo creer que se pasara dos horas en esa postura: el dominio de la mente es lo que tiene.
Lo de las cucharas no lo he entendido del todo ¿Un fenómeno paranormal? ¿telequinesis?
Respecto al doblaje, a mi me pasa, como a mucha gente supongo, que la costumbre de escuchar siempre con la misma voz de doblaje al actor en cuestión, hace que luego no lo identifique en su papel. Me pasa con De Niro, con Eastwood, hasta con Hommer Simpson jejejeje
Muy interesante tu post Miquel. Un beso y que pases una feliz semana
Hola, Nury. Creo que he conocido gente que por una caña eran capaces de cualquier cosa... Esa era la época de los bares -más bien tugurios- de la zona del Born y el casco antiguo. Había toda una fauna de personajes singulares conocidos por los autores de Makoki. Lástima, ahora todo se ha vuelto más uniforme, impersonal, como los Starbucks.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hola, Clementine! Una buena oportunidad de poner aquellas tiras de los tiempos de Makoki.
ResponderEliminarLamento y mucho no poder enseñar esa prueba de doblaje a mi padre. Le habría encantado ver que he doblado una escenita de su película preferida, sí que ha sido divertido.
Muchos besos y que pases muy buena semana y finde.
Borgo.
Hola, SqS! Según Paco, el podía salir a voluntad de su "yo" dejando el cuerpo en un estado de letargo, parece que lo aprendió en el Tibet. Cuestión de entrenamiento.
ResponderEliminarFue divertido doblar esa escena. En los pases de televisión era José Guardiola (nada que ver con el cantante) el doblador habitual de Bogart; una voz fantástica. También solía doblar a Christopher Lee.
Me alegro y mucho que te guste el post. Besos y que tengas muy buena semana. Borgo.
Ahora que he pinchado el vídeo he descubierto que es usted quien dobla al bueno de Bogart, y la cogorza se le nota cuando balbucea eso de "querido Richardddddd".
ResponderEliminar¡Ja, ja! Sí, Cahiers, soy yo en la misma prueba que la del saltamontes. Era una escena difícil pues tenía que parecer borracho pero también se me tenía que entender el diálogo. Tiene gracia porque Bogart dice: "Tu voz me suena igual que antes" y en ese momento cambiaron la actriz de doblaje y no suena igual.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
que divertida esta entrada veraniega. Me encanta los souvenirs de Cristobal Colon.
ResponderEliminarMe quedo con una sonrisa en la boca y en los ojos....
Una historia/anécdota muy divertida, engalanada con suculentos detalles que nos transportan a los "baruchos" que tanto nos gustaban de Barcelona. Una pena que Paco Mena terminara sus días cantando villancicos en las Ramblas con el "don" que tenía...
ResponderEliminarEl cartel del bar es genial. Por cierto, ¿los callos son los del pulpo? ;-) Un abrazo Borgo.
Miquel, tu padre ha visto esa escena de doblaje de su película favorita... tenlo por seguro :)
ResponderEliminarHola, Karin. Qué bonito lo de la sonrisa en los ojos. He intentado que fuera una entrada refrescante y veraniega.
ResponderEliminarGracias y hasta la vista.
Borgo.
Hola, eRRe! Es verdad que me ha quedado una entrada un tanto nostálgica de aquella época -que parece tan remota- de la Barcelona preolímpica.
ResponderEliminarMe encanta dibujar pulpos, pero los callos que hacía Julio eran con tripa de vaca comprada en el mercado de la Boquería y muy buenos, con su salsa picante...
Abrazos. Borgo.
Gracias, Clementine. A mí también me gusta pensar eso mismo; es más bonito.
ResponderEliminarBesos! Borgo.
Desde luego qué tipo tan original, pertenece a esa clase de gente rara que te hace preguntarte si los raros somos en realidad el resto, y ese cartel del bar tiene una pintaza mmm...solo verlo me ha abierto el apetito y eso que acabo de desayunar y son las 7 de la mañana.
ResponderEliminarHola, Sonja! Era una época muy especial, de antes de las Olimpiadas, con saraos en las Ramblas y publicaciones de cómic underground como entonces las llamaban. ¡Huy, gracias por lo del cartel! A mí también me estimula el apetito pensar en las gambas y los callos del Bar Moriles.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
jejejeje, si que Bogart parece que se ha soplao algún carajillo que otro XD
ResponderEliminarLa revista Makoki... creo que me suena haber tenido alguna en mi juventud o cayó en mis manos en un colegio menor donde viví, no lo recuerdo bien.
Y a Paco se le subiría toda la sangre a la cabeza!!
Saludos.
Hola, Charly! El bueno de Rick se habrá tomado un calimocho de bouka, el lícor de dátiles de la zona de Casablanca y que no está del todo mal.
ResponderEliminarMakoki y el Víbora eran los cómics de la llamada "Línea chunga" los de la línea clara preferían Totem o El Cairo.
Pues yo creo que Paco Mena controlaba hasta eso, los lamas del Tibet enseñan muy bien.
Saludos. Borgo.
Esa es la voz de un tal Miquel Bogart jajaja no nos engañes bandido... En Casablanca con lo escaso que rula el alcohol, además de los sudores por el clima cuesta un poco emborracharse.
ResponderEliminarAh! Un abrazo, ahora de vuelta ya al mundo cotidiano.
¿Qué tal, Alimaña? Me alegra tu regreso y espero que te hayas tomado unas buenas vacaciones.
ResponderEliminarEl doblaje fue muy divertido pues para meterme en el papel hasta me balanceaba un poco mientras grababan. Si lo llego a saber, me tomaba tres carajillos antes deesa escena, y en ayunas.
Abrazos, amigo! Borgo.
¡Qué buena anécdota de bares y copas! ¡Jajaja! Me sacaste varias sonrisas; y lo mismo con las ilustraciones, je, je.
ResponderEliminarQué grande ese Bogart, un maestro :).
¡Saludos!
Hola, Juan Esteban! Si un día te animas a venir a Barcelona te llevaré a alguno de esos bares que aún resisten a la especulación, aunque no ves allí a Bogart.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Borgo.
Pues la absenta le sienta de maravilla a Bogart. Ya me gustaria escucharte como doblador de algun actor primera figura. ^^
ResponderEliminarMenuda voz.
Si, estoy un poco desaparecido por el vernoa, el trabajo y algunas otras cosas. Pero nunca me olvido de vosotros, aunque a veces me cuesta encontrar tiempo. Pero en eso estoy... en intentando encontrar tiempo. ^^
Muy cierto, UTLA. El luto le sienta bien a Electtra y la absenta de maravilla a Bogart. "¿Porqué has venido a Casablanca?" Una frase mítica.
ResponderEliminarTómate tu tiempo, UTLA, de momento me ha alegrado mucho que pases por aquí.
Saludos y hasta la próxima. Borgo.
Alguien se acuerda de una canción que cantaba Paco Mena y que decía "alla en la mina" ? Me gustaría saber el título, si es que existe.
ResponderEliminarPaco falleció el 3 de Enero del 2017, así que no puedo preguntarle directamente.
El abuelo Víctor: de Víctor Manuel
EliminarSi ya la encontré :
ResponderEliminarhttps://www.musixmatch.com/lyrics/Victor-Manuel/Paxarinos-Live
Paco Mena era mi padrastro...
ResponderEliminarUn pensamiento para él