Dedicado a Aris del magnífico blog El Mercat de Sant Antoni y competente buscador de anécdotas curiosas.
A mediados del verano pasado visité el zoo de Barcelona con mi hijo y frente al recinto de los leones, atado a una reja, encontré un ramo de flores con una dedicatoria: "Capitán Domingo, no te olvidamos. 20 julio 1936." Abajo había un escudo circular donde podía leerse. "Fundación Francisco Franco".
En un resquicio de mi memoria se abría paso una sangrienta anécdota que leí hace años en un libro sobre los combates callejeros en Barcelona durante los primeros días de la guerra civil. Buceando en mi biblioteca encontré el excelente y descatalogado libro Barricadas en Barcelona de Agustín Guillamón donde menciona brevemente el episodio:
"El día 20 de julio los facciosos ya sólo resisitían en el convento de los carmelitas en la Diagonal de Barcelona. Sus francotiradores habían causado muchas víctimas. Los rebeldes pactaron con el general Escobar su rendición y al abrirse las puertas del convento una masa furiosa desbordó a los guardias de asalto matando a los militares facciosos y ensañándose con algunos cadáveres. El cuerpo del capitán Domingo fue despedazado con una sierra y un taxi transportó sus troceados despojos para arrojarlos a los leones de la Casa de Fieras."
Hay que ver cómo se las gastaban algunos por entonces y está claro que los taxistas tenían otro talante. Mi hijo por poco nace sobre las baldosas de la calle Balmes porque el primer taxista que paramos se negó a recogernos por temor a que la inminente rotura de aguas le manchase la tapicería. Ese, en cambio, no tuvo inconveniente en transportar un cadaver despedazado.
Curioso como soy telefoneé a la Fundación Francisco Franco para preguntar si habían organizado algún homenaje al infortunado capitán. Me atendió un hombre con voz enérgica, acostumbrado a tratar con subordinados:
-No hemos organizado ningún evento. Habra sido una iniciativa personal de un miembro de la fundación. He leído algo sobre ese caso, soy profesor de historia. Parece que la turba lo arrojó vivo a los leones.
-La prensa dijo que ya estaba muerto.
-Propaganda roja -sentenció.
-Bien, gracias por su tiempo.
-Arriba España -clac.
No quería que el post quedara demasiado truculento así que termino con dos leones más simpáticos: Leo y Leonardo, personajes de mis tiras para PeloPicoPata:
hombre, muchas gracias y como siempre, tus entradas siempre son muy interesantes. Ésta en concreto no la conocía, la verdad. Durante la guerra civil se hicieron muchas barbaridades por ambos bandos, aunque si te vas a las guerras carlistas, esa anecdota de los leones parece un cuento de niños. salut!
ResponderEliminarPropaganda roja...jajajaja.
ResponderEliminarEstoy pensando que no sé que es peor, ser devorado por leones o ser descuartizado con una sierra (estaba vivo mientras lo hacían?)...
Y sí, los taxistas se han vuelto muy selectivos a la hora de subir gente.
1besico!
Nada, Aris, un placer. Claro que se cometieron barbaridades, quién me iba a decir que ese lugar que he visitado desde niño se convirtió por un día en una réplica del Circus Maximum de los romanos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Fiona. Esa Fundación debe ser cosa fina, como la Asociación de la División Azul donde una vez fui a hacerles una entrevista para "El Observador".
ResponderEliminarPor lo que he leído ese capitán fue muerto por un disparo antes de ser destrozado con una sierra.
Desde luego a ese taxista le debía importar muy poco que sus pasajeros fumasen o no. Ahora se han vuelto muy tiquis-miquis. Besicos! Borgo.
Prefiero pensar que lo echaron ya muerto.
ResponderEliminarUn saludo, miquel.
Estupenda y "divertida" entrada, bien entrecomillado.Algunos de los animales salvajes eran los que de verdad andaban sueltos.
ResponderEliminarYo pensaba que no existían fundaciones de este tipo, en esa de la División azul por lo menos podrías escuchar alguna batallita.
Saludos
Roy
Hola Borgo! Ya no me extraña nada de nada, hoy en día oyes tantas barbaridades en este mundo que se presupone "civilizado"; es bastante sórdida y cutre la historia la verdad, pero mi morbo particular no se puede resistir a leer estos sucesos. A mi me impactó mucho una novela llamada "Las orquídeas rojas de Shanghai", por los hechos tan truculentos que narraba respecto a la guerra que iniciaron los japoneses en su afán de conquistar Asia. Todas las guerras son cruentas, pero lo cierto es que a mi los japoneses siempre me han parecido especialmente poco piadosos con el prójimo. Besos querido Borgo.
ResponderEliminarEstoy con Roy los animales fueron aquellos que iban con sus dos patitas.
ResponderEliminarUn poco de humor oscurito nunca viene mal, petons Borgo.
Nunca se cansa uno de descubrir pequeñas historias como ésta. Sí señor. Me ha gustado el post.
ResponderEliminarSaludos.
La història, evidentment, és genial, però ho és més encara la teva trucada a la Funfación Francisco Franco. Ens has d'explicar com et va quedar el cos després de sentir "¡Arriba España!"
ResponderEliminarCuriosa y alucinante historia. La pena no fue verle el careto al que estaba tras la línea telefónica. Lo curioso, es que el mundo está plagado de bestias con pelajes camaleónicos. ¿Qué le hubiera dicho el maestro Gila al recepcionista de susodicha fundación? La viñeta me encanta, Borgo…Saludos
ResponderEliminarPor desgracia gente de esta te sigues encontrando hoy en día detrás de un teléfono... y en persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Javier. Sí, al parecer ya estaba bien muerto. Me ha quedado una entrada algo morbosilla pero es que hasta ahora tenía una imagen muy inocente de ese zoo al que visito desde niño. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Roy. ¿Conoces la película "Como plaga de langosta" de John Schlesinger? Allí se ve lo salvaje que puede llegar a ser una masa enfurecida. A la sede de la División Azul acompañé al periodista Xavi Agulló para una serie de artículos sobre los españoles en la Segunda Guerra Mundial que al final no llegó a buen puerto, una experiencia interesante, eso sí. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, SqS. Conozco esa novela, está basada en hechos reales, las mujeres coreanas forzadas a trabajar como esclavas sexuales para los japoneses. Realmente el ejército japonés demostró una gran brutalidad en ciudades conquistadas como Nanking pues para su cultura los vencedores tienen total impunidad sobre los pueblos conquistados. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Sidhe. Es una muestra como otras muchas de las brutalidades de las guerras. Parece que no evolucionamos mucho desde los tiempos de los romanos. Petons. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Charly. Yo es que soy curiosón y un impenitente buscador de historias cuanto más marcianas mejor. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Enric. Doncs mira: com ficar-me a la màquina del temps i trucar a la Caserna General de Burgos l´any 36. Salut. Borgo.
ResponderEliminarHola, J.C.Alonso. Me alegra que te guste la viñeta. Me encantan los leones cuando no se comen a la gente. Sí, en esa Fundación tendrían que tener un contestador con la voz de Gila: "Oiga ¿Es el enemigo?" Saludos. Borgo.
ResponderEliminar¿Qué tal, Javi? Martinez el Facha existe... y está al teléfono. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarMr. Borgo, la tira como siempre soberbia; en cuanto a la fauna taxista, los muchachos son muy raros, cualquier cosa que escriban o cuenten sobre ellos la puedo creer. En las guerras se llevan acabo todo tipo de locuras, muy triste; ojala algun dia el ser humano aprenda a convivir en paz, pero algo me dice que ese tiempo esta muy, pero que muy lejano, casi imposible de conseguir. Mr . Borgo un gran saludo.
ResponderEliminarQué terrible es la guerra y siempre se asombra uno de la capacidad de transformación de hombres aparentemente normales en bestias de la peor calaña. De animales y guerra me he acordado de una película que no he vuelto a ver más. Se títulaba, si no recuerdo mal, "Anibal tamibén lo hizo" y trataba de un hombre y un elefante, fugado del zoo, que intentan cruzar los Apeninos huyendo de la los alemanes en la segunda guerra mundial.
ResponderEliminarLeyendo tu entrada he pensado en la Esteban: si los Janeiro hubieran sabido lo que se les venía yo creo que ésta no sale de la jaula del Currupipi en Ambiciones.
ResponderEliminarArriba la Esteban!!!
Se nota que se acerca Halloween..porque ésta historia es de esas "de terror". ¡Y luego dicen que los cuentos son sádicos Caperucita y el lobo,Hansel y Gretel..!
ResponderEliminarSaludos estremecidos..;-S
Hola, Mr. Belknap. Contento estoy de que le guste la tira y comparto esa esperanza de que podamos convivir pacíficamente aunque sea tan dificil. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Cahiers. Aunque vi esa película hace mucho tiempo la recuerdo perfectamente. El protagonista era Oliver Reed, lo capturaban los alemanes y lo destinaban de cuidador del zoo y usaba uno de los elefantes para cruzar los Alpes y llegar a Suiza. Muy buena. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarJa, ja! Seguro CINEXIM aunque me parece que Currupipi habría necesitado una buena dosis de bicarbonato. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, abril. Sí, una historia de Halloween de esas que se cuentan a la luz de una linterna pero verídica. Con leones en lugar del lobo feroz. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQue cocktail tan explosivo, la historia no tiene desperdicio, que se lo digan a los leones, oiga!
ResponderEliminarMe fascinan las historias de taxistas, se oye de todo. Para cuando una buena novela llena de estos relatos.
Saludos
¡desde luego, cómo las gastaban en aquellos tiempos! si es que no hay como el odio para perder la cabeza.. por cierto que me ha llamado mucho la atención la anécdota del taxista que no quiso llevar a tu pareja. Demostrado una vez más, desalmados hay en todas las épocas, todas los lugares y todas las clases sociales
ResponderEliminartus viñetas, como siempre, geniales
besos,
Escalofriante anecdota; siempre pienso que mi generación ha tenido mucha suerte por no haber vivido una guerra.
ResponderEliminar¿ De verdad llamó a dicha sociedad ?
Increible, cada día me sorprende más. :-)
Me ha impresionado la anecdota y la entrada. El final de los leones le da el equilibrio perfecto.
Un abrazo borgo.
SBP
...cuánto hubiese disfrutado con esta historia el Lionel Atwill de "Murders in the Zoo"...
ResponderEliminarHola, Noodles. La verdad es que esa historia me impresionó bastante pero si le gustan las historias de taxistas puede que le interese la entrada "El taxista Hich" que publiqué el 10 de noviembre de 2011. Gracias y saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Maslama. El que perdió la cabeza en ese asalto fue el coronel Lacasa al que decapitaron y pusieron su cabeza sobre una pica. El tumulto estaba muy desatado y aquel ataque final fue muy sangriento.
ResponderEliminarVaya rato que pasé aquella madrugada con ese taxista. Mientras se iba decía: "No, que me rompe agüas y me deja el asiento perdido". Le llamé de todo menos guapo. Sí, hay mucha gente mala pero creo que también buena, por suerte. Besos. Borgo.
Hola, SBP. Me alegra mucho que le haya gustado la entrada con una de tantas historias horribles que traen las guerras. El final con los leoncitos le da un tono más ligero.
ResponderEliminarSí que llamé a esa Fundación -mi curiosidad impenitente- están en la Avda. Concha Espina de Madrid y tienen una página para contactos. Fue como un viaje por el tiempo. Abrazos. Borgo.
Hola, Abuelito. El título parece el de las novelas a las que suelo dibujar portadas. Ya sabe que soy un fan incondicional de Lionel Atwill. Vi esa película en la 2 con el título "El diabólico asesino". Recuerdo que salía Raldolph Scott y es casi de lo único que me acuerdo pues de eso hace un montón de años. Intentaré repescarla. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, borgo. Ya te comenté el otro día el nivelón de tus comentaristas, y ahora voy a tener que quejarme. ¡me paso más tiempo leyendo los comentarios que la entrada! Creo que tengo la solución: venir el cuanto postees y así ahorro algo de tiempo, jeje.
ResponderEliminarLo de echar a alguien a los leones viene de lejos, pero parece que hay costumbres muy bien arraigadas.
¿Fundación Francisco Franco?
Muy buenos, tanto el relato como las viñetas.
ResponderEliminarEstoy dudando sobre qué me daría más miedo: ser arrojada a los leones o tener que hablar con esos de la fundación.
En fin, eres un valiente.
Hola, natsnoC. Es que no puedo quejarme de los comentaristas, la de cosas interesantes que sueltan. Sí, lo de los leones viene de antiguo pero creo que el detalle de llevar un cadaver despanzurrado en taxi desde la Diagonal de Barcelona al zoo (unos 25 minutos de trayecto) tiene un punto surrealista a lo Berlanga. Quién me iba a decir que un día llamaría a esa Fundación. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Sícoris. Bueno, tanto como valiente... llamar por teléfono no es tan dificil, si tuviera que entrar en ese sitio me lo pensaba dos veces. Cuando enseñaba pisos me dio un susto tremendo un maniquí vestido con uniforme de la División Azul. Parecía un fantasma. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarEstoy con Fiona, no sé cual de las dos muertes es peor, lo de los leones da mucha grima, pero lo de la motosierra como no se tenga con ella mucha destreza puede ser... puag. Mejor con disparo previo, claro está. En fin, que me ha encantado la tira leonina.
ResponderEliminarUn saludo
¡Sí que tienen claro lo de la propaganda!
ResponderEliminarLos zoos y las guerras...
Hola, Mara. Bueno, es que en aquella época no creo que usaran la motosierra de "La matanza de Texas", más bien la sierra de toda la vida pero con disparo previo pues aserrar a un hombre vivo ha de ser difícil. Jo, qué escabrosa me ha quedado esa entrada. Me alegra que te gustaran mis leones. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Möbius. Hasta ahora la única relación entre zoos y guerras era la película aquella de Sam Neill en la guerra de la ex-Yugoslavia, "The Zookipper". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQuè truculent el nostre passat recent! Algun dia explicaré una hitòria de mutilacions de la guerra que va viure la meva abuelita murciana. Encara no tinc el valor!
ResponderEliminarRespecte als desplaçaments de paridores, jo vaig portar dues tovalloles XXXL per si de cas i el taxista no va ni arrufar el nas.
un petó
Hola, Kalamar. Doncs, vinga, aqui em tens esperant la història de terror de la teva àvia murciana. Borgo és un bon lloc per fer-ho. Petons. Borgo.
ResponderEliminarEstupenda tira, Miquel! Por cierto, yo también recuerdo la película que comentaba Cahiers, la de Anibal, e incluso he intentado localizarla, pero es misión imposible, ya que no parece circular por ningún sitio...
ResponderEliminarGracias, Tirador. Yo también he intentado localizar esa película ("Anibal Brooks" es su título original) sin éxito.
ResponderEliminarMuy simpático tu post sobre el musical Notre Dame, a mi hijo Dani también le encantan los musicales. Saludos. Borgo.
Respecto al proyecto de "El jueves", le quedo muy agradecido por su propuesta, y le dejo mi correo electrónico para ponernos en contacto.
ResponderEliminardavidgarrido65@yahoo.es
Gracias.
BORGO,
ResponderEliminar¡Qué bien sabes documentarte! Es un relato escalofriante… En las guerras siempre sucede lo mismo. Seas del bando que seas cometes atrocidades. Mejor que estén lejos o que desaparezcan: sería perfecto.
Me agrada la sorna final. ¡Hay que reírse hasta de la muerte! Un abrazo, Ann@
Muchas gracias, Cahiers. Pronto nos ponemos en contacto y le explico la propuesta. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Anna. Desde luego en todas las guerras hay brutalidades horribles. La nota final era para aligerar un poco el tono que estaba quedando un poco escabroso. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarAl que creo que echaron, todavía vivo, a los leones fue al comandante Rebolledo. En cualquier caso, fueron aquellos unos terribles sucesos, sin duda.
ResponderEliminarEl libro que recomiendas está genial, con tu permiso pongo el enlace para que pueda leerlo online toda aquél que esté interesado.
Hola, Mr. Lombreeze. Gracias por el enlace pero no puedo abrirlo. Según el libro "Barricadas en Barcelona" de Ediciones Espartaco en ese asalto al convento de los Carmelitas el coronel Lacasa fue decapitado y el capitán Domingo desmembrado y arrojado a los leones. Voy a intentar abrir el enlace de nuevo a ver si consigo más información. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarVaya! Desconocía el caso del pobre Capitán Domingo. Pobre por el descuartizamiento. Lo de ser pasto de leones una vez muerto... tampoco es para tanto. Desde luego, los taxistas de hoy en día ya no son lo que eran. Un abrazo. Tu tira cómica es más amable que el relato.
ResponderEliminarHola, Marcos. Supongo que el taxista no debió pedirle propina al llegar al zoo. Sí, la tira cómica quería que fuera un contrapunto simpático a una historia bastante cruda como esta. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarComo siempre genial la tira cómica...Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo, Víctor y como siempre me alegra verte por aquí de nuevo. Borgo.
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