Gracias a Alberto Sobórnez, representante en España de la HSK Society, por sus datos.
Esta es mi portada para Suicide Room, una novela hasta ahora inédita de Harry S. Keeler (1890-1967) sin duda el más estrafalario de los escritores de misterio. Sus historias pobladas por siniestros orientales, enanos, freaks, travestis y gorilas son del todo inverosímiles pero apasionantes, aquí van algunos ejemplos:
El caso del cuerpo loco (1954) La policía encuentra un ataúd con un cuerpo desnudo en su interior; la mitad superior pertenece a una mujer china y la inferior a un hombre de raza negra. El enigma del Craneo Viajero (1934) con un cementerio reservado para freaks. Allí se encuentra el cuerpo de Legga, una mujer con cuatro piernas y seis brazos que nació en Cantón (China) y murió en Cantón (Ohio) El Caso Marceau (1947) aquí aparece el Enano Volador, en realidad un enano que ataca a sus víctimas vestido de bebé desde un helicóptero. Ha estrangulado a su víctima y cuando eso ocurrió toda la ciudad estaba vacía debido a una fiesta local y el único testigo es un ciego. Además aparecen momias, una secta -los Astro-Extensionistas- y travestis.
A finales de los años cuarenta los editores americanos rechazan las obras de Keeler por considerarlas impublicables pero en España tiene un fan: Rafael Reus, propietario de la editorial del mismo nombre que publicará sus novelas en castellano. Mi padre tenía un ejemplar de El Círculo Blanco y con él me inicié en la obra de Keeler.
Y ahora vamos con un nuevo caso del Inspector Duralex, un detective también bastante bizarro:
DURALEX Y EL EXTRAÑO SECUESTRO
Desfallecido de hambre, Borja San Quintín entró tambaleándose en la casa de sus padres que le esperaban ansiosos en compañía del Inspector Duralex.
-Gracias por pagar el rescate –musitó Borja-. No pensé que saldría vivo.
-Explícamelo todo –le rogó el Inspector.
-Iba por la calle cuando se detuvo a mi lado un Ford Focus negro y dos hombres me preguntaron si quería ver en un teatro Cumbres borrascosas con Chiquito de la Calzada en el papel de Heathcliff. Les dije que sí, entré en el coche y me adormecieron con cloroformo. Me desperté atado a una silla y con los ojos vendados.
El Inspector examinó la nota del rescate. “Queridos papá y mamá. Dejad 50.000 euros en una bolsa junto a la farola de la calle Quintero con Quiroga. Si no hay ninguna farola poned una, por favor. Enviad el dinero, rápido porque si no me harán cosquillas hasta matarme. Vuestro hijo, Borja."
-Hummm… -reflexionó el Inspector- ¿Y cómo conseguiste escapar?
-Les dije que quería ir a la Final de la Copa del Rey pero sólo tenía una entrada. Me dijeron que de acuerdo, pero que llevara puesta la venda o, en su defecto, que mantuviera los ojos cerrados. Así lo hice, pero en la media parte el Barça llevaba tres goles de ventaja y decidí venir hacia aquí.
-Lo suponía –sentenció el Inspector Duralex-. Ahora sé que este secuestro no ha sido más que un simulacro para quedarte con el dinero del rescate.
¿Cómo lo supo el Inspector Duralex?
Solución: Borja San Quintín aún vivía con sus padres aunque ellos tenían más de ochenta años y su hijo sesenta. Nadie secuestra a alguien de sesenta años.
-Eso no sería nada profesional –apostilló el inspector.
Pues tiene buena pinta el Keeler éste, desde luego original es un rato...
ResponderEliminarOye, eh, que Duralex maneja datos que nosotros desconocemos!!! jajaaj
1besico!
Hola, Fiona. Keeler es alucinante, no le importa que sus historias tengas pies ni cabeza pero enganchan lo suyo.
ResponderEliminarY, bueno, ya se sabe que en esos relatos policíacos se suelen hacer trampitas... Besicos. Borgo.
Pues no conozco a este autor, tengo que decirte que las novelas de misterio no son mi fuerte, hay un momento que me aburren, no!!!
ResponderEliminarno es esa la palabra, no me llenan
y acabo por dejar el libro abandonado.
Tu portada estupenda como siempre,
que suerte tienes, de poderte ganar la vida, haciendo lo que más te gusta : DIBUJAR.
pETONS.
Raro el tal Keeler, sí.
ResponderEliminarLo de Chiquito en Cumbres Borrascosas fue tremendo. Yo también vi esa actuación (ja,ja)
por la descripción que das del señor keeler, parece el almodovar de la literatura.
ResponderEliminarA ver si encuentro algo de el.
Mr. Borgo, muy interesante este Keeler, gracias a usted ahora le conozco, tratare de conseguir algo, un saludo y muy divertida entrada.
ResponderEliminarEste keeler es realmente increible. Por cierto, vi una película sobre un cadaver mitad mujer mitad mono...debían haber copiado el argumento.
ResponderEliminarEn cuanto a tu inspector Duralex es un portento de observador, yo ya me di cuenta que ese rollo de chiquito de la calzada no podía colar...
Muy buenos los dibujos, como siempre
Hola, Susan. Me alegra que te guste la portada. Bueno, eso de las vocaciones es curioso porque de pequeño, que ya era muy peliculero, mi primera vocación fue la de asaltar diligencias pero cuando me dijeron que ya no había diligencias me lo tuve que replantear y aquí estoy haciendo dibujitos. Petons. Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Keeler fue un autor fuera de lo común en muchos sentidos. ¿Viste a Chiquito en Cumbres Borrascosas? Jo, qué suerte, yo lo intenté pero ya no quedaban entradas. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Moniruki. Es algo dificil encontrar algo publicado aquí de Keeler. Lo más reciente debe ser "La cara del hombre de Saturno" que publicó Forum en su colección Círculo del Crimen en los años 80. Las publicadas por Editorial Reus entre los años 50 y 60 son ahora piezas de coleccionista. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Belknap y suerte porque lo de conseguir material publicado aquí de Keeler está dificil. Yo tengo "El Círculo Blanco" aunque en bastante mal estado. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Aris. Gracias y esa película con el cadáver en dos piezas debía ser cosa fina. Al Inspector Duralex no se le escapa ni una, lo de Chiquito ya le puso sobre aviso. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarNo sería nada profesional! Muy buen relato!
ResponderEliminarMe encantó este Keeler,voy a buscar sus cosas raras.
Besos!
Hola Borgo! Una fabulosa portada para una novela y un autor que desconocía. Si que parece algo rarito este escritor, y la verdad me gustaría leer algo de él, porque la intriga me gusta y las cositas algo extrañas y morbositas también así que esta combinación me parece ideal.
ResponderEliminarTu historia sobre Duralex me ha hecho mucha gracia,¡ pues no tenía cara ni nada el sexagenario!, ! Qué poca cabeza a esas edades simular un secuestro! Esta vez el inspector Duralex lo tuvo bastante fácil jajaja. Besos
Gracias, Fanny. Te aconsejo buscar los relatos de Keeler. Creo que publicó algunos en los años sesenta con las "Selecciones Policiales Codex" que se editaban en Buenos Aires. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, SqS. Me alegra mucho que te gusten la portada y el relato. Desde luego si te gusta lo extraño y lo morboso sin duda Keeler es tu autor ideal con su mundo tan peculiar donde puede ocurrir absolutamente de todo, desde un enano volante y estrangulador hasta mujeres con cuatro brazos. Lástima que sea hoy muy dificil encontrar sus obras que aquí llevan mucho tiempo sin reeditarse. Besos. Borgo.
ResponderEliminarPara variar me han entrado ganas de leer a este Keeler (será un seudónimo, supongo, y si es así me parece genial).
ResponderEliminarFelicidades por la ilustración!
Muchas gracias, Lluís. Según creo ese era su nombre real y también es cierto que era tan peculiar como sus obras: de adolescente su madre lo recluyó durante un año en un manicomio y en su máquina de escribir no usaba fólios sino rollos de papel y escribía hasta que se le acababa la inspiración sin importarle la extensión de la novela. Un personaje, vaya. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarPues sí que era un personje genuino el tal Keeler, no le conocía. Me encantan los casos Duralex, cuéntanos más. Y oye, me has matado con el Chiquito Heathcliff, con lo bien que me iba a mí con Laurence Olivier... Besos, Borgo.
ResponderEliminarHola, Clementine. Qué se puede esperar de alguien como Keeler que se crió en la casa de huéspedes de su madre rodeado de gente del circo: contorsionistas, fakires, magos... Me pregunto si habría alguna química entre Chiquito y Merle Oberon, quién sabe. Besos. Borgo.
ResponderEliminarVoy a tener que leer a Keeler, no sé si podré aguantarme tras esas delirantes sinopsis.
ResponderEliminarDe lo que paso es de la obra de Chiquito, aunque como siempre el caso de Duralex me ha encantado. Pero tengo que confesar una cosa: ya no intento adivinar las conclusiones del inspector (nunca lo conseguiría), así que las leo directamente.
Por cierto, ¿te has hecho ya con la Carolus?
ResponderEliminarVaya pieza este Keeler, con esos relatos tan truculentos entran ganas de leer su colección, tengo curiosidad sobre todo por la del enano volador. La portada me gusta mucho y el inspector Duralex espero que siga investigando en entradas sucesivas, jeje.
ResponderEliminarBesos mussol
Hola, natsnoC. Estoy volviendo loco a mi pobre librero que intenta encontrar alguna obra de Keeler al castellano, las pocas que hay de la Editorial Reus tienen precios abusivos. Duralex siempre tiene un as en la manga, vamos que no hay que contarlo todo hasta el final que si no... Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, natsnoC. Sí, en la tienda de mi barrio tenían la Gouden Carolus Classic. El dependiente me dijo que era "La cerveza más viril del universo" Toma ya. En todo caso es muy buena. Está muy fermentada y tiene un sabor fuerte que incluso me recordó un poco al vino. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Isabel. Leer a Keeler es como experimentar una alucinación. En sus historias aparecen tramas paralelas, relatos dentro de otros relatos... y nunca tienen un final cerrado del todo. Tranquila que el Inspector Duralex no descansa en su lucha contra el crimen desorganizado. Besos. Borgo.
ResponderEliminarGran portada la qu contiene la nota de suicidio. Tendría un escrito el sobre algo así como...
ResponderEliminar"Sr. Juez: Yo era un hombre felíz, mi amada esposa y 6 hijos me querían, tenía un buen trabajo y todo me iba sobre ruedas... Mi mundo se desplomó cuando fui a ver al teatro la obra "Cumbres Borrascosas" con Chiquito de la Calzada en el papel principal..."
Sagaz como ninguno el inspector Duralex jajajaja
Deleítanos con mas relatos policíacos como este.
Saludos
Gracias, Alimaña. Sí, fijo que una obra como esta provocaría oleadas de suicidios con gente tirándose por la ventana como el Crack del 29. A ver si consigo pronto volver con Duralex. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarjajaj me encantan los casos del inspector Duralex!!!
ResponderEliminarTomo nota de Keeler y comentarte sobre la entrada anterior que aparte de Gothic, en España se rodó Remando Al Viento sobre el mismo tema-y más o menos sobre la misma época que el film de Russell.
Un abrazo!!!
Jajajaja, no se con que quedarme si con el enano vestido de bebé, que se descolgaba de los helicópteros o de ese caso de el inspector Arcopal, perdón quise decir Duralex.
ResponderEliminarHola, CINEXIM. Cierto, la verdad es que no recodaba esa película cuando hice esa entrada. Coincidencias del cine, Gonzalo Suárez y Ken Russell presentaron casi al mismo tiempo su visión de esa reunión. Por entonces Hugh Grant también interpretaba un curioso film de terror y con Ken Russell "La guarida del Gusano Blanco" basado en un relato de Bram Stoker. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Cahiers. Pues acaba de darme una idea. Igual un día hago un cóctel con Duralex enfrentándose al Enano Volador. La historia promete. Saludos. Borgo.
ResponderEliminar¿La cerveza más viril del universo? Esa frase es muy buena, me pregunto qué efectos notará el tendero al beber esa cerveza.
ResponderEliminarPor lo que recuerdo, me gusta más la Ambrio pero esa estaba también muy bien.
Keeler es tanto más bueno cuanto más se va del perol, como en "El libro de la piel de tiburón", en el que llega un momento en que uno no sabe si la historia continúa o si sencillamente el escritor le está tomando el pelo... En ciertos aspectos recuerda al posterior John Franklin Bardin, el de "El percherón mortal"... ¿Alguien lo recuerda?
ResponderEliminarKeeler es tanto más bueno cuanto más se va del perol, como en "El libro de la piel de tiburón", en el que llega un momento en que uno no sabe si la historia continúa o si sencillamente el escritor le está tomando el pelo... En ciertos aspectos recuerda al posterior John Franklin Bardin, el de "El percherón mortal"... ¿Alguien lo recuerda?
ResponderEliminarMuy buenas portadas Miguel, la verdad que parece un escritor auténticamente bizarro este Keeler jeje me lo apuntaré para la próxima vez.
ResponderEliminarUn saludo
Sinceramente, después de lo de Chiquito de la Calzada haciendo "Cumbres borrascosas" mi mente se ha dispersado colocando al humorista sobre el escenarios. Así que no me he enterado del final del relato: sencillamente, no puedorrrr!!
ResponderEliminarSaludos.
Hola, natsnoC. Parece que el tendero ha reinventado aquel slogan del coñac Soberano "Es cosa de hombres". Mañana le preguntaré si puede conseguir la Ambrio, espero que no me diga que es una cerveza de nenas o algo por el estilo. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Abuelito. "El libro de la piel de tiburón" editado por Reus lo teníamos en casa pero le perdí la pista. Francamente no conocía a John Franklin Bardin pero Keeler fue tan inusual que inspiró a Kurt Vonnegut su personaje de Kilgore Trout, autor de novelas imposibles de ciencia ficción. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Piru. Sus novelas tienen algo de puzzle chino con historias dentro de otras historias y personajes que parecen protagonistas y luego dejan de serlo. A ver si publican de nuevo sus obras por aquí. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Licantropunk. Fistro! Pecadorrr!!! Habría que imaginarse a Chiquito diciendo esas cosas entre los páramos ingleses. Te das cuén? Saludos. Borgo.
ResponderEliminarLas novelas de Bardin las editó Tusquets a principios de los noventa, y gozaron de cierta popularidad entre los adictos de entonces a la serie negra...
ResponderEliminarLo más parecido a Keeler que he visto desde entonces es la serie "Perdidos": como hacía el escritor, se dedicaba a acumular misterios, absurdos y contradicciones sin cortarse, con tal de mantener el interés del espectador... solo que Keeeler, más honrado, daba estrambótica solución a los misterios, y en la serie no supieron finalmente como casar tanto enigma, y renunciaron a ello por la vía religiosa, encima...
Mira que me temía ese final... jajaja. ¿Y pusieron la farola?
ResponderEliminarHola, Abuelito. Mi sufrido librero ya me está buscando "El percherón mortal" pues me ha estimulado la curiosidad por este autor.
ResponderEliminarLo de "Perdidos" me recordó a la serie "Twin Peaks", me gustó mucho las dos primeras temporadas pero acabó enrevesándose tanto y buscando el golpe de efecto que al final la serie casi parecia una caricatura de sí misma. Saludos. Borgo.
Bienvenido por aquí, Ethan. Pues no sabría que decir, hace mucho que no me paso por el cruce de Quintero con Quiroga en el barrio de León. Je,je. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarLos métodos de deducción de Duralex son ingeniosos, es que tiene sentido común de orden práctico regular, hay cosas que no se hacen y nada más. Sobre los libros raros, yo me leería uno por curiosidad, soy más convencional pero también curioso y ver algo distinto de vez en cuando agrada. Saludos.
ResponderEliminarHola, Mario. Buena foto de cabecera. Duralex es un detective bastante poco convencional, eso sí. De vez en cuando viene bien leer un libro de los raros, yo tengo bastantes de ellos y Keeler es de los más atractivos. Gracias por pasarte por aquí. Borgo.
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