A mi amigo Ramón que ha resuelto un enigma.
Este recortable publicado durante la guerra civil que compré en una librería de viejo me pareció muy adecuado para este post.Las figuritas recrean los combates en las Atarazanas de Barcelona el 19 de julio de 1936. Muchos testimonios aseguraron que alguien disparaba contra los milicianos desde la semiesfera del monumento a Colón, justo debajo de la estatua. Lo más extraño es que cuando los milicianos entraron en ese lugar con el ascensor cilíndrico del interior de la columna (tras comprobar que no estaba conectado a ninguna bomba) no había rastro de nadie, ni siquiera casquillos. Empezaba la leyenda de El tirador fantasma de Colón. No abundan los misterios esotéricos en la guerra civil por lo que he buscado información sobre el tema hallando sólo datos muy superficiales.
En el Club Natación Barceloneta mi padre solía conversar con el encargado de guardarropía que participó en esos combates con la Columna Durruti. Él no tenía la menor duda: “Un emboscado nos disparaba desde lo alto del monumento. Un Paco. Llamábamos así a los francotiradores por el ruido ¡Pak-o, Pak-o! que hacían al disparar”.
Mi ex compañero de pupitre el físico Ramón Guillamón conocía mi interés sobre ese Tirador Fantasma y me prometió informarme de lo que averiguara durante un rutinario estudio del monumento a Colón en el que participaba invitado por el Ayuntamiento. Mi pobre amigo no lo tuvo fácil en el colegio, sus compañeros le cantaban “Ramón Guillamón, eres un…” y el resto a elegir, pero Ramón no desfallecía y coleccionaba sobresalientes a punta pala. Se licenció en física convirtiéndose luego en una autoridad en balística colaborando en muchas investigaciones. ¿Y porque un experto en balística en lugar de un investigador de lo paranormal para estudiar el caso del Tirador Fantasma de Colón? La respuesta más adelante.
Al día siguiente de concluir su trabajo de campo (12 de julio) Ramón se presenta en mi casa a desayunar. Es la comida más importante del día así que nos zampamos unos callos con su chorizo y morcillita que preparé la noche anterior, los acompañamos con un tinto del Penedés y rematamos con sendos carajillos de coñac.
Ramón enciende un cigarro. Sabe que me tiene sobre ascuas y aspira el humo con deleite antes de hablar con cierto aire de experta autoridad:
-Bueno, Miqui, mis conclusiones son estas: allí no hubo ningún tirador. Ni fantasma ni de carne y hueso.
- Bueno, explícamelo. ¿Qué averiguaste?
Ramón se sirve un prudente chorro de coñac antes de proseguir:
-Curioso este monumento con Colón señalando a América aunque está en dirección contraria… Vale, volviendo a tu fantasma he estado examinando desde un andamio la semiesfera de acero a los pies de la estatua. En ese acero – Fundiciones Wohlguemuth, muy sólido- hay muchos impactos de bala. La mayoría de fusiles Máuser 9 milímetros y de ametralladora Hotchkins modelo 1922, el reglamentario entonces en el ejército. Una cosa está clara: todos son mellas que deja un proyectil al rebotar sobre el metal. En el intenso tiroteo que se produjo durante el asalto al cuartel de Atarazanas muchas balas debieron rebotar en esa parte del monumento haciendo creer a los milicianos que alguien les estaba disparando desde allá arriba. Respondieron con más disparos aumentando la munición que rebotaba y no me extraña que creyeran que un fusil ametrallador había sido emplazado justo bajo la estatua.
-Así que no hay historia de fantasmas… -La decepción asoma por mi voz.
-Lo siento, Miqui -. Ramón aspira una bocanada de humo, saboreándola-. Soy un aburrido y racional científico y no un Iker Jiménez. Ah… ¡Esto sí que es un buen desayuno! No veas cómo se va a poner mi médico la próxima vez que me mire el colesterol. Y hablando de fantasmas, venga, tomemos otro par de espirituosos carajillos.
Vaya historia curiosa, Miqui... Y vamos, me tomo yo un desayuno de esos vuestros y no me ves aparecer más por aquí. Besos, Borgo.
ResponderEliminarBuenísima y curiosa entrada, una historia con ecos de La patrulla perdida de John Ford, pero debo confesarle, amigo mío, lo que más me ha entusiasmado es ese portentoso desayuno...
ResponderEliminarHola, Clementine. Es que cuando te desvelan un misterio que te ha intrigado durante años no es momento para un desayuno de esos de corn-flakes y yogurt desnatado. Eso sí, cuando te apetezca uno de esos desayunos-kamikaze considérate invitada. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarJa, ja, muy divertida la viñeta. La historia es realmente interesante, además de poderla contar de primera mano. Desconocía lo del tirador fantasma de Colón y ha sido muy interesante aunque al igual que tu, me he quedado un poco decepcionado con el final de la historia, o del relato o de ambos. Al iguql que El tirador solitario he salivado un poco...pero ya estoy mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Tirador. "La patrulla perdida"... qué gran película y con Boris Karloff y Victor McLaguen nada menos. Créame: para un insomne como yo no hay nada que mejor que desayunar callos picantitos con pan chapata y tintorro a las siete de la mañana. Yummm... Borgo.
ResponderEliminarHola, David. Esa es una de esas historias en que la realidad estropea la ficción. Iker Jiménez hubiera dicho que desde Colón disparaban un tirador fantasma, Drácula y la Bruja Truca. Prueba un desayuno de esos, hazme caso. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarYo tambien prefería el fantasma, pero la explicación es muy buena...por cierto, sabes que decían que vivía alguién en Colón? un rumor de la postguerra...
ResponderEliminarHola, Aris. Algo había oído de ese rumor, es un buen sitio para vivir con buenas vistas. Seguramente el más famoso inquilino de Colón era el buitre Whitaker, el personaje que Gallardo publicaba en Makoki. Borgo.
ResponderEliminarEs muy buena esa historia y da para escribir un relato. A ver si lo escribimos. Quitémosle la razón a Ramón y devolvámosle la vida al fantasma. Saludos.
ResponderEliminarEstoy con Callau, valdría la pena resucitar a ese fantasma y, si por mí fuera, ponerle a pegar tiros en la cúpula de San Pedro del Vaticano (aish, que me sale la vena anárquica).
ResponderEliminarKisses.
Mira que la respuesta es contundente pero te quita la ilusión de la fantasía, al final como que encontrarnos con ese tipo de resultados nos tranquiliza pero apaga nuestro interés de golpe absoluto, lo fuera de lo común y lo impensable suelen ser puertas a mayores especulaciones y a la imaginación. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Hola, Marcos. Eso estaría muy bien, hace mucho que no escribo un relato a cuatro manos y es muy divertido. "El misterioso Tirador de Colón" se podría llamar. Yo además pondría añadir una ilustración y tú un poema sobre el personaje. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Sincopada. La verdad es que existió en Barcelona un francotirador parecido que disparaba -sólo a los curas- desde una torre de la Catedral durante la Semana Trágica de 1909, se cargó a cinco y nunca fue capturado. Ya ves que la realidad imita a veces nuestras ficciones. Je, je. Kisses. Borgo.
ResponderEliminarHola, Mario. Lo cierto es que ese tema me atraía mucho pues combina esos misterios que tanto me gustan con las muchas historias de la Guerra Civil que escuchaba desde niño en casa. Un misterioso franco tirador que se esfuma sin dejar rastro, digno de Stephen King. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarDale la enhorabuena de mi parte a su amigo Ramón, hay que ver la de amigos interesantes que tienes. Yo conozco a varios físicos pero no se han dedicado a esa rama.
ResponderEliminarUn fantasma menos, quedan... buf, siguen ganando.
Hola, natsnoC. Mi amigo quiso compaginar sus conocimientos científicos por su pasión (que no comparto) por la caza con escopeta y por eso le dio por la balística. Sí, un fantasma menos pero te aseguro que en el mundo editorial donde yo me muevo corre mucho fantasmón suelto y no quiero decir nombres... Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQué maravillosa historia, y que notable recortable también... Lo editó, si no recuerdo mal, la anatecesora de Bruguera, Gato Negro; los dibujos podrían ser de don Salvador Mestres, ilustre firma del TBO y por entonces uno de los puntales de la firma de don Francisco Bruguera...
ResponderEliminarMiqui, cien puntos más a tu favor por mi parte por no compartir lo de la caza con escopeta. Y más besos.
ResponderEliminar¡pero qué historia más interesante! no sabía nada del tirador fantasma de Colón, casi lamento que se desvelara el misterio..
ResponderEliminarbesos,
Gracias, Abuelito. Estaba convencido de que me proporcionaría algún dato sobre el anónimo dibujante. Bruguera acogió a muchos represaliados de la guerra como el gran Escobar. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarQué dulce venganza la de los sobresalientes...
ResponderEliminarJajaja, joder, joder, macho, qué pedazo de desayuno, tú sí que te tomas en serio los consejos del Ministerio de Sanidad!.
Pues no conocía la anécdota del tirador fantasma de Barcelona.
¡Maldita ciencia!. "Los matemáticos nos dicen cómo es el mundo y los poetas cómo debería ser".
Clementine: una vez Ramón me convenció para acompañarle. Querían cazar un jabalí y llevarlo a una fonda donde lo guisarían. Nunca más. Abatieron un jabalí y lo primero que hay que hacer es castrarlo para que la carne no tome mal sabor. Ecs. Fue como ver "La matanza de Texas" en IMAX y 3-D. Prefiero compartir con Ramón esos desayunos "de tenedor" lo que hacemos una vez al mes. Besos. Borgo.
ResponderEliminarHola, maslama. Es una historia que me tenía muy interesado. He lamentado tanto su explicación "científica" como cuando leí que la famosa foto de Nessie era en realidad una pata de elefante disecado. Qué se le va a hacer. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarExacto, Mr. Lombreeze, es "La venganza de los Nerds" como lo llamarían en los USA. Y si se quiere pasar por Barcelona para tomar un reconstituyente desayuno por mi encantado.
ResponderEliminarLa ciencia suele ser implacable pero siempre quedará un rincón para la fantasía. Saludos. Borgo.
Miguel, me encantan tus entradas sobre temas esotéricos. Es cierto que hay muchas, y muy buenas, historias de este tipo en la Guerra Civil.
ResponderEliminarPor cierto, creo recordar que hace tiempo actuaizaste una entrada sobre El Gran Vázquez, ¿es así?. Lo digo porque acabo de verla y me ha parecido maravillosa. Es un homenaje increíble a una época y unos personajes que no son los míos, pero los he sentido de esa forma. Nadie sino Segura podía haber interpretado a Vázquez con esa ternura y tono entrañable. Muy buena película.
Un abrazo!
Por cierto, ese desayuno no puede ser calificado más que de auténticamente bizarro! jaja
ResponderEliminarJaja, muy buena la viñeta e interesante historia, como siempre. Parece que la vida real es menos divertida que las historias de fantasmas, pero sorprendente al menos. Un abrazo.
ResponderEliminarHistòria genial però no em crec la resposta científica perquè seria molt difícil que les bales rebotessin perpendicularment i retornessin als qui disparaven. Podien anar en cinquanta mil direccions. Tampoc crec que algú es fotés allà dalt i es poses a disparar sabent que estava acorralat i no tenia sortida.
ResponderEliminarEn fi, sóc un maleït escèptic!
Gracias, Piru. Pásate a tomar conmigo un desayuno bizarro cuando vengas por Barcelona. También tengo "El día de los menús guarros" que contaré pronto en un post.
ResponderEliminarSí, el pasado 27 de setiembre publiqué la entrada "Cosas de dibujantes" en el que comento la película y hablo de cuando coincidía con Vázquez en el bar Raval. Una gran persona, muy agudo y siempre de broma. Saludos. Borgo.
Me alegra volver a verte por aquí, RAFA V. Bueno, parece que me he quedado sin historia de fantasmas de la guerra civil. Como mi amigo Ramón tiene una furgoneta le propondré ir por allí resolviendo misterios en plan Scoby-Doo. Nos faltan las dos chicas y el perro. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarHola, Galderich. Doncs no sabria que dir-te, caldria saber el nombre de bales aproximat, desde ón disparaven... Però sens dubte m´hauria estimat força més un fantasma amb Máuser. Salut. Borgo.
ResponderEliminarEso es lo que sucede con los tiradores solitarios, o que son múltiples o simplemente prefabricados,como lo que creo que le sucedió al propio Oswald. Por cierto, la semana que viene espero volver a mis actividades habituales una vez transcurridas las labores propias de un eremita.
ResponderEliminarPepe Cahiers
¡Hombre, Anonimo-Cahiers! Qué alegría verle por aquí. Efectivamente, a veces esos tiradores solitarios no son tan solitarios ¿Lo será nuestro común amigo? Vaya personaje ese Oswald. Gary Oldman está ahora haciendo su pepel en uno de esos telefilms que se disponen a arrasar en los próximos premios Emmy. Saludos eremitas. Borgo.
ResponderEliminarAmigo Miquel, te voy a soltar un rollazo. Mi suegro que celebró con mi familia su cumpleaños el pasado dia 4, se decidió a a escribir un libro repleto de sus anécdotas de la guerra civil y su posguerra, dspués de mucho hacerse de rogar. Ambientado en un escenario tan hostil como fue aquel Madrid. Ha encuedernado su autobiografía y nos la ha regalado por su 79 cumpleaños. Sorprendentes relatos reales como la vida misma, vistos desde la mirada de un niño con padres republicanos que se recorrieron todo el país. Librillo de menos de 100 páginas, repleto de vivencias muy reales que te marcan para toda la vida. Se trata de un tipo de la vieja escuela, muy inteligente, obstinado y cuadriculado como pocos jajaaja.
ResponderEliminarTodo esto para decirte que me gustaría que lo leyeras y me dieras tu opinión, seguramente te darían pié para aumentar el glosario de anecdotas del mejor blog de curiosidades que conozco.
Un saludo y gracias por todas tus ocurrencias y sobre todo haber leido todo esto. Algún buen dia espero pasártelo personalmente.
Un abrazo amigo
Hola, Alimaña. Pues estoy ya muy interesado por leer ese libro con experiencias que deben ser tan intensas.
ResponderEliminarQuise hacer un libro por el estilo con los recuerdos de mi padre acompañado de mis ilustraciones pero ya era demasiado tarde, el maldito Alzheimer...
Después del verano pienso irme unos días a Madrid para saludar a algunos amigos de la blogosfera como Piru y tú, naturalmente, me gustaría mucho que tomáramos algo y me puedas enseñar este libro.
Abrazos,amigo. Borgo.
Como siempre, superior historia, compañero. Ahora, lo mejor de todo es el recortable que te compraste. Qué maravilla!
ResponderEliminarUn saludo!
¿Qué tal, Quimérico? Ese bonito recortable (que como dice Abuelito es de la Editorial Bruguera cuando aún se llamaba Gato Negro) lo compré en una librería de libros y revistas antiguas, venía en una carpeta con figuras de los dos bandos de la guerra civil y modelos de tanques y aviones. Quizás le dedique una entrada a este material. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarBuenas
ResponderEliminarEstimado Miquel. Como viñetista y como autor de relato corto eres un hacha, ahora bien, como dietista... harías morir de un síncope a la plana mayor de Naturhouse...;)
Genial la historia, y personalmente apuntar que el final no me ha decepcionado. Todo lo contrario, para mi gusto no hay mejor historia sobrenatural que la acaba teniendo una explicación científica clara, y precisa. Esta historia viene a ser algo así como lo que el gran Sherlock Holmes descubría en "El perro de los Baskerville". Y es que fantasmas hay muchos, pero en el 99% de los casos suelen ser de carne y hueso...;)
Saludos
rebota rebota y en tu culo...
ResponderEliminarGracias, Von Kleist, es que nada mejor que un sólido y resconstituyente desayuno cuando viene un amigo a desvelarte un misterio que me interesaba desde hacía mucho tiempo. Sí que tiene su gracia cuando el final resulta tener una explicación lógica para un misterio sobrenatural como en las novelas de Earl Derr Bigges. Sólo faltaba un falso fantasma diciendo: "Todo ha salido mal por culpa de esos entrometidos" como en los episodios de Scooby-Doo. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarMe has pillado en blanco, Möbius: "rebota, rebota y en tu culo..." No recuerdo ahora como sigue. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarExcelente historia con un final de los que me gustan a mi...todo tiene su explicación y lo mejor de todo es ese juego de buscarla para después quedarte más ancho que Dios...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Worc. Desde luego es una de esas historias de misterio con final racional que tienen mucho juego en la literatura (Ellery Queen y tantos otros) Iker Jiménez hubiera dicho que allí arriba había un fantasma disparando y el yeti lanzando granadas mientras King Kong trepaba por la columna. Saludos. Borgo.
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