lunes, 31 de enero de 2011
FELIZ DÍA DEL TRAJE DEL GORILA
Dedicado al blog El desván del Abuelito
El 31 de enero es el Día mundial del traje de gorila. Su origen está en el homenaje que unos lectores de la revista MAD dedicaron al dibujante Don Martin y a sus delirantes tiras con personajes enfundados en disfraces simiescos. Esta efeméride es aquí recordada por blogs imprescindibles como el Desván del Abuelito –tan aficionado a las películas con primates- y El Blog Ausente.
Es curioso que en el cine los gorilas suelen aparecer como desenfrenados libidinosos cuando su sexualidad es bastante primaria. Muy lejos de los Bononos, parientes de los chimpancés que usan las relaciones sexuales incluso a modo de saludo (Hola, qué tal –traka, traka- Pues ya ves –traka, traka- …)
Sería muy apropiado en esta fecha tener presente a Acquanetta (1921-2005) la protagonista del clásico de la Universal Captive Wild Woman (1942) La bellísima Acquanetta , hija de un jefe arapahoe, fue promocionada por sus exóticos rasgos como “el volcán venezolano”.
En Captive Wild Woman hay un argumento algo desquiciado con un mad doctor (John Carradine, siempre magnífico) que secuestra a una hembra de gorila para usarla en sus experimentos. Primero le hará una transfusión con la sangre de una de sus pacientes y después le trasplanta en cerebro de una enfermera entrometida. El resultado será Paula Dupree, “la mujer simio”.
viernes, 28 de enero de 2011
LA FRASE DE LA SEMANA
-Oye, Butch: si tu madre era una vampira y tu padre Frankenstein ¿Porqué eres un niño lobo? (Homer hablando con Butch Patrick, el niño de Los Munsters, en un episodio de Los Simpson)
A principios de los 60 las cadenas televisivas ABC y CBS se disputaban los derechos para emitir una serie basada en las populares tiras del dibujante Charles Addams The Addams Family. La ABC estrenó finalmente la serie en 1964 y se encontró con que la CBS presentaba el mismo día y a la misma hora The Munsters; parece que por entonces la contraprogramación ya estaba inventada. Las presiones de la ABC motivaron que Los Munsters cambiaran su día de emisión.
La mítica serie llegó en un buen momento para Yvonne De Carlo pues un desgraciado accidente al caer bajo las ruedas de un tren mientras rodaba La conquista del Oeste le había costado una pierna. Gracias al papel de Lily Munster pudo costear el tratamiento médico.
Pero sin duda el rostro más representativo de la serie es el de Al Lewis, el Abuelo Drácula, todo un personaje: psicólogo infantil (ha publicado libros sobre el tema) ojeador para la NBA y candidato a la Alcaldía de Nueva York con un partido ecologista y de izquierdas.
A pesar de su éxito la serie tuvo una corta vida (1964-66) pero pronto llegaría un largometraje: La herencia de Los Munsters (Munster, Go Home, 1966) Cuando se estrenó en España los críos de entonces disfrutamos como enanos al ver a nuestros ídolos en color y es que a los niños nos chiflaban Los Munsters mientras que los adultos solían preferir La Familia Addams; no sabría decir el porqué.
En 1984 Los Munsters volvieron a emitirse en nuestro país formando parte del mítico programa ochentero La bola de cristal, por entonces la voz del doblaje de Valeriano Andrés para Fred Gwynne quedó tan estrechamente asociada a su personaje como la de Carlos Revilla para Homer Simpson.
La serie siempre se iniciaba con los Munsters saliendo para sus respectivos quehaceres. En el episodio Hermann Fired (Hermann despedido) descubrimos que el padre trabaja en una funeraria regentada por John Carradine.
miércoles, 26 de enero de 2011
LA TV DE LOS NAZIS
Desde 1934 los alemanes trabajaron en un sistema experimental de emisiones televisivas con el objetivo de lograr la mayor difusión posible para los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Entonces funcionaban unos 3.000 receptores, la mayoría en locales públicos pues pocos podían permitirse tener un televisor en su casa.
En sus años de mayor apogeo –de 1940 a 1943- llegó a retransmitir siete horas diarias. Los programas se emitían al principio sólo en directo, más adelante incluyeron material grabado. Su programación -iniciada con el saludo Heil Hitler- se basaba en deportes, música, teatro, noticiarios sobre los frentes de guerra y, cómo no, apariciones públicas del Fuhrer. Formaba parte de su plantilla de locutores un joven germano-suizo llamado Marius Lippert que luego trabajaría de actor cinematográfico con el nombre de Howard Vernon.
Una televisión por supuesto libre de contraprogramación. ¿Se imaginan un programa al estilo de Sálvame con Magda Goebbels aireando sus intimidades conyugales?
lunes, 24 de enero de 2011
EL QUE CAMINA AL LADO
Ivo saca una llave de su bolsillo, el cerrojo gira y cuando abre la puerta una ráfaga de aire aspira las cortinas de la ventana. Ivo mira hacia el recibidor y no reconoce ninguno de los muebles. Oye unos pasos acercándose por el pasillo y aparece el vecino al que Ivo ya conoce de vista. Pelo crespo, cara redonda, podría parecer afable si no fuera por esa furtiva mirada quelonia. Lleva un periódico en la mano.
-Disculpe, me he confundido de piso – dice Ivo señalando hacia la placa junto a la puerta que pone 1-C-. Yo vivo en el 1-B, pero la llave…
-¡Ah, sí! –El vecino suaviza su expresión-. El administrador ya me advirtió que algunos cerrojos son idénticos. No es la primera vez que ocurre.
El vecino mira fijamente a Ivo como si esperase su opinión pero él ya está cerrando apresuradamente la puerta murmurando una frase de disculpa. Por alguna razón el apartamento le parece extrañamente hostil.
Ivo introduce la llave en el cerrojo al lado de la placa que pone 1-B, empuja suavemente y la puerta se abre con un leve sonido metálico de los goznes. Eva está en el recibidor. Parece tensa y sus ojos le miran sin expresión.
-Hola, cariño. Me acaba de pasar algo muy curioso…
Ivo enmudece al verse a sí mismo aparecer desde el pasillo y preguntar con una voz que reconoce al instante:
-Eva… ¿Quién es ese hombre?
-No tengo ni idea, cielo – le responde Eva.
Ivo, aturdido, se siente como el que penetra sin ropa adecuada en un clima inhóspito. Mira hacia el espejo de la izquierda. Ve un hombre de pelo crespo, cara redonda y con un periódico en la mano. Luego baja la mirada: los mismos zapatos y pantalones que ha llevado durante todo el día y ni rastro de ningún periódico.
-Pero, Eva ¿Es que no lo ves? – Ivo intenta hablar con más energía, el extraño ha desaparecido por el pasillo- ¡Ese hombre es el vecino! Me ha suplantado. Se ha disfrazado con la envoltura de mi propio cuerpo ¡Somos iguales! Sé que es difícil de creer…
-¿Pero qué dice? –Eva grita tanto que se le marcan los tendones del cuello- ¡Yo no veo ningún parecido! ¡Cielo, ese hombre me está asustando!
-Un… un momento ¿No podríamos sentarnos y hablar de… -Ivo acaba de ver al vecino que se acerca quitando el seguro de una escopeta de caza. Sabe que hay dos cartuchos en la recámara y se precipita escaleras abajo a toda velocidad.
Después de un tiempo prudencial Ivo decide volver al rellano. Mira unos instantes la puerta cerrada del 1-B. La redonda mirilla parece observarle y el tictac de la luz de la escalera suena como un metrónomo. Ivo suspira, se encoge de hombros y abre silenciosamente la puerta del 1-C.
Hasta ha recogido su correspondencia.
sábado, 22 de enero de 2011
KALEIDOSCOPE, LA PELÍCULA MALDITA DE HITCHCOCK
Por primera vez desde que se estableció en Estados Unidos Hitchcock tuvo que afrontar críticas negativas en 1964 cuando el estreno de Marnie, la ladrona. El periodista cinematográfico del Times escribió : “me pareció un burdo empacho de psicoanálisis barato”, pero lo que más molestó al Mago del suspense fueron las acusaciones de que sus películas empezaban a verse anticuadas.
Hitchcock decidió entonces llevar a cabo un proyecto que daría un cambio radical a su filmografía: Kaleidoscope, una historia basada en el serial killer Neville Heath, un militar aficionado al culturismo ejecutado por asesinar a varias mujeres. Hitchcock trabajó en el proyecto durante tres años (1964-67) con un guión ambientado en las comunas hippies de San Francisco. Filmó cuatro rollos de películas con varios desnudos y explícitas escenas de violencia que horrorizaron a los ejecutivos de la Universal.
El director británico intentó convencerles con la promesa de que usaría actores desconocidos (aunque Michael Caine se había ofrecido a protagonizarla por el salario mínimo) y un presupuesto ínfimo pero la respuesta de la Universal fue negativa. Su amigo François Truffaut le ofreció rodar la película en Francia pero Hitchcock descartó el proyecto y se concentró en su próxima película: Cortina rasgada. Años más tarde Hitchcock aprovecharía parte de ese guión en Frenesí (1972) rodada en Inglaterra. Podría decirse de esa película que es una versión suavizada de Kaleidoscope aunque incluye por primera vez en la carrera del director un fugaz desnudo, el de la actriz Anna Massey.
La verdad es que ni siquiera Hitchcock pudo llevar a buen puerto todos sus proyectos, al menos hay otro caso de 1960: The Blind Man con un guión pensado para James Stewart en el papel de un músico ciego que recobra la vista tras una operación y desde entonces percibe imágenes de futuros asesinatos. La película terminaba con un largo climax en Disneylandia pero Disney había visto poco antes Psicosis que le pareció “inmunda y repugnante” y no cedió los derechos para rodar en su parque por lo que el guión fue archivado.
En este documental pueden verse tomas y fragmentos sin sonido del material rodado para Kaleidoscope. ¿Cómo hubiera sido en adelante la filmografía de Hitchcock si se le hubiera permitido estrenar esta película?
jueves, 20 de enero de 2011
ESTO ES LA TIERRA, TAYLOR
El coronel Taylor dirigió su caballo hacia una desmañada y titánica figura que chocaba a lo lejos como un espectáculo violento. Al llegar frente al enorme objeto descabalgó seguido a corta distancia de Nova que sujetaba las riendas de la montura.
Taylor, con el rostro crispado, cayó de rodillas sobre la arena y sus gritos se elevaron por encima del rumor del oleaje:
-¡Malditooos! ¡Yo os maldigo! ¡Maldigo las guerras y os maldigo a todos!
Taylor acababa de darse cuenta de que aquel extraño planeta era la Tierra. Se encontraba ahora exactamente en algún lugar de la costa occidental del Mediterráneo.
...Y LAS DOS PRIMERAS PORTADAS DEL AÑO
To Build to Fire (Encender una hoguera) es una recopilación de relatos de Jack London ambientados en Alaska. Me pasó algo curioso con Signs of Life versión novelada del guión de la primera película de Werner Herzog. El protagonista es un soldado alemán destinado a una perdida isla griega que termina por enloquecer.La directora de arte me envió un e-mail pidiéndome que suprimiera los ojos blancos: "He enseñado el dibujo por la redacción y todos creían que esto iba de zombis nazis..." Parece que en esa redacción han visto la película Dead Snow.
Taylor, con el rostro crispado, cayó de rodillas sobre la arena y sus gritos se elevaron por encima del rumor del oleaje:
-¡Malditooos! ¡Yo os maldigo! ¡Maldigo las guerras y os maldigo a todos!
Taylor acababa de darse cuenta de que aquel extraño planeta era la Tierra. Se encontraba ahora exactamente en algún lugar de la costa occidental del Mediterráneo.
...Y LAS DOS PRIMERAS PORTADAS DEL AÑO
To Build to Fire (Encender una hoguera) es una recopilación de relatos de Jack London ambientados en Alaska. Me pasó algo curioso con Signs of Life versión novelada del guión de la primera película de Werner Herzog. El protagonista es un soldado alemán destinado a una perdida isla griega que termina por enloquecer.La directora de arte me envió un e-mail pidiéndome que suprimiera los ojos blancos: "He enseñado el dibujo por la redacción y todos creían que esto iba de zombis nazis..." Parece que en esa redacción han visto la película Dead Snow.
lunes, 17 de enero de 2011
EL PUKA
A ella le gusta hacer el amor con la televisión encendida, sin volumen y con la habitación a oscuras. Dice que da una luz muy especial. El orgasmo al unísono ha coincidido con la aparición en blanco y negro de Barbara Stanwyck enfundada en un vestido de noche.
Estamos tan empapados de sudor que se oye un grosero sonido de ventosa cuando nuestros cuerpos se separan. Me acerco a la mesita de noche y me enfrasco en la tarea de abrir un paquete de cigarrillos con dedos húmedos y temblorosos. Ella empieza a decirme algo -siempre se vuelve muy habladora después del sexo, debe ser porque no fuma-. Me cuesta concentrarme en dos cosas a la vez, por lo que sólo puedo captar algunas frases al vuelo.
Por fin consigo encender un cigarrillo y dedicarle toda mi atención. Ella ha enronquecido la voz y se cubre la boca con la sábana para que suene más gutural. Esto lo hace cuando imita la voz de su marido.
-Cariño... ¿Has visto mis calzoncillos? Es lo primero que me dice al levantarse por las mañanas- y se echa a reír.
Repentinamente siento una punzada de culpabilidad. Conozco a su marido desde hace años. Una cosa es que esté en la cama con su mujer, pero me parece cruel imaginármelo ahí plantado en medio de esta habitación en camisa y calcetines y con el rabo al aire, sintiéndose ridículo rodeado de medias, sujetadores, camisetas, corbatas... y sin encontrar sus calzoncillos.
Disimulo mi turbación lanzando al techo retorcidos pececillos azules de humo y le digo:
-Quizás no sabe rebuscar en los cajones.
-Lo más curioso -prosigue ella-, es que cada dos por tres, desde que volvimos de aquel viaje a Irlanda más o menos, pierde sus calzoncillos. Y luego o no aparecen o me los encuentro en los sitios más extraños. Empiezo a sospechar de Antonia.
-¿Antonia?
-La chica de la limpieza -hace un gesto como agitando un plumero en el aire-. Quizás es una fetichista que le sisa los calzoncillos a mi marido -y ríe de nuevo.
Me inclino hacia la mesita para apagar el cigarrillo en el cenicero que tiene forma de trébol y la leyenda Greetings from Eire.
-¿Y si el verdadero culpable no es Antonia La Fetichista? -le digo-. A lo mejor os trajisteis de Irlanda un Puka escondido entre vuestro equipaje.
-¿Un… qué? -parpadea interrogativa.
-Los Puka son duendecillos que viven en las casas. A veces toman la apariencia de un enorme conejo blanco. No son malignos pero sí traviesos y les encanta gastar pequeñas bromas como robar objetos o cambiarlos de sitio.
Ella se ha incorporado sobre un codo y simula prestarme una atención exagerada, divertida pero sin malicia, abriendo mucho la boca como si fuera a pronunciar palabras más grandes que su boca. Siento que me estoy volviendo a excitar.
Cuando termino mi breve disertación sobre leyendas célticas ella lanza una rápida mirada al reloj de pared, se desliza bajo la sábana y me quedo contemplando el bulto que culebrea hacia mis piernas. Para no concluir demasiado rápido me entretengo con uno de mis juegos televisivos: intentar adivinar la fecha aproximada de la película por la edad de los protagonistas. Veo una Stanwyck ya entrada en la cuarentena -la película debe ser del 56, más o menos- y a un actor con el cogote surcado de arrugas, como el de los campesinos, que se inclina para besarla. Seguro que es el cogote de Sterling Hayden.
Bruscamente, nos interrumpe el chirriante sonido de las ruedas de un coche sobre la gravilla.
-¡Joder! -ella se incorpora de repente bajo la sábana, parece un fantasma de carnaval. -¡Es él! ¡Esa mierda de reloj debe haberse parado!
Miro hacia el reloj de pared, marca la una y cinco pero el minutero está inmóvil. Como si la cama estuviera sembrada de agujas ardientes salto hacia la mesita donde ella ha depositado antes mi reloj de pulsera (“no me gustan los hombres que lo hacen con el reloj puesto” me dijo mientras me lo quitaba) La esfera parece dedicarme una malévola sonrisa con las agujas señalando las dos menos diez.
Empezamos a vestirnos a la velocidad del rayo. Ella está razonablemente decente con un vestido de verano que se ha puesto por la cabeza y ahora corretea despeinada y descalza recogiendo evidencias: preservativos, kleenex, colillas...
Se dispone a arrojarlo todo en una bolsa de plástico pero se detiene para contemplarme con una expresión mezcla de espanto y reproche.
Estoy plantado en el centro de la habitación en mangas de camisa y calcetines, con expresión ausente.
-Mis calzoncillos... no los encuentro.
El rumor metálico de una llave que gira. Un jovial ¡hola, cariño! y unos pasos que se dirigen hacia el dormitorio.
Pero, maldita sea, lo que termina por dejarme helado es una carcajada sardónica y cascada como de alguien que tuviera doscientos años y que juraría que proviene del interior del armario.
sábado, 15 de enero de 2011
LOS MEJORES MONSTRUOS DE LA UNIVERSAL
Una de mis entradas preferidas de este blog es cuando el pasado 6 de setiembre propuse una votación para elegir el mejor Drácula cinematográfico a partir del video de Gary Parfitt Dracula:Vote For Your Favorite. Este es un video del bloggero californiano Steven Butler en el que nos da a conocer su lista de los diez mejores monstruos clásicos de la Universal. Para Butler el mejor sin ninguna duda es el Drácula de Bela Lugosi aunque creo que ya es más discutible situar al licántropo de Lon Chaney jr por encima del Frankenstein de Karloff. En fin, todo son opiniones.
¿Qué? ¿Se animan a preparar su propio ranking de los míticos monstruos de la Universal o dar a conocer su monster preferido?
¿Qué? ¿Se animan a preparar su propio ranking de los míticos monstruos de la Universal o dar a conocer su monster preferido?
jueves, 13 de enero de 2011
LA FRASE DE LA SEMANA
“¡Cincuenta años en el cine y aquí estoy gritándoles a dos tíos con peluquín y que llevan sonotone!!!” (John Ford a James Stewart y Richard Widmark en El gran combate (Cheyenne Autumn, 1964)
Me encanta esa escena de El gran combate. ¿A quién no le gustaría echar una partidita en una mesa de juego con John Carradine, James Stewart y Arthur Kennedy?
Algunos actores como Jack Lemmon o Robert Montgomery no guardaron un buen recuerdo del temperamental John Ford. Para el papel de Ringo Kid, el protagonista de La diligencia, el director quería a Gary Cooper pero el estudio le impuso a un casi desconocido actor de westerns serie B llamado John Wayne. A Ford no le hizo ninguna gracia y el Duke pagó las consecuencias soportando continuas broncas durante el rodaje. Nadie podía entonces imaginar que Wayne se convertiría en su actor favorito y en uno de sus más fieles amigos.
Pero de vez en cuando el irascible irlandés se encontraba con alguien que lo ponía en su sitio. En El hombre tranquilo (1952) Maureen O´Hara intentaba interpretar una escena un día de fuerte viento. Su larga melena pelirroja le azotaba el rostro y los cabellos se le metían en la boca impidiéndole recitar sus frases. Un colérico Ford no cesaba de gritarle y ordenar repetir la toma una y otra vez hasta que Maureen explotó: “¡Es por culpa del maldito viento! ¿Pero que sabrá de eso un hijo de puta calvo como tú?”. Un tenso silencio se abatió sobre el set hasta que John Ford estalló en carcajadas. El director sabía apreciar a las mujeres con carácter.
martes, 11 de enero de 2011
LA PELÍCULA MÁS MALDITA DE LA HISTORIA
La década de los 70 no empezaba bien para Jerry Lewis. La crítica había machacado su último filme ¿Dónde está el frente? (1970) y su show en TV estaba a punto de ser retirado por baja audiencia. Era el momento de un cambio de registro y pareció hallarlo cuando en 1971 cayó en sus manos un guión de Joan O´Brien titulado The Day the Clown Cried (El día que el payaso lloró) Lewis quedó entusiasmado con esta historia ambientada en la Alemania nazi. El protagonista es un payaso alcohólico que es detenido en un bar por la Gestapo cuando contaba un chiste sobre Hitler y va a parar a Auschwitz. El jefe del campo encarga al payaso la misión de divertir a los niños mientras son llevados a las cámaras de gas.
Sería el primer papel serio de Lewis que adelgazó 17 kilos y puso todo su dinero para la recreación del campo de Auschwitz en Suecia. Los otros personajes principales serían Anton Diffring (entonces un actor habitual en los papeles de nazi) y Harriet Anderson –la protagonista de Un verano con Mónica de Bergman- en el papel de una deportada.
Cuando la película estaba casi terminada se suspendió el rodaje por causas aún no aclaradas y el negativo del filme desapareció del estudio en extrañas circunstancias por lo que Jerry Lewis conserva la única copia existente que guarda en una caja fuerte. Desde entonces han sido contadísimas las personas que lo han visionado y las opiniones entre ellas son dispares: Harriet Anderson opinó que The Day the Clown Cried era “Una absoluta obra maestra”, mientras que a O´Brien, la autora del guión, le pareció “El mayor bodrio que he visto en mi vida”.
Spielberg ha declarado su interés en rodar una versión en Polonia con Robin Williams de protagonista y ha ofrecido a Lewis cincuenta mil dólares sólo por asistir a una proyección. El cómico aún no ha respondido y Spielberg se ha quedado de momento sin entrar en el Libro Guinness por pagar la entrada de cine más cara de la historia. En el caso de que Lewis finalmente aceptara supongo que tendrá el detalle de poner él las palomitas.
Estas escenas del rodaje es lo único que el público puede ver por ahora de The Day the Clown Cried, la película más maldita y misteriosa jamás rodada.
sábado, 8 de enero de 2011
NORMA DESMOND TIENE VISITAS
Como todos los viernes por la noche Keaton, Warner y Nilsson se encuentran en casa de Norma Desmon, en Sunset Boulevard 10.000, para su partida de cartas. Aprovechando que son cuatro juegan al bridge. Antes jugaban al póker pero no tardaron en darse cuenta de que era imposible ganar a Keaton con su sempiterna cara de póker. El salón está escasamente iluminado y se hace difícil distinguir los palos de las cartas, aunque también les evita la visión del pequeño féretro con el cadáver de la última mascota de Desmond: un mono.
El mayordomo, Erich von Stroheim, acude con una bandeja con bebidas y se despide con una inclinación de su poderosa testa prusiana. Keaton, que le ha tocado formar pareja en el juego con Desmond, empieza a repartir cartas. De repente se queda extasiado al ver la resplandeciente cara de Norma Desmond, como cuando la iluminaban los focos del estudio. Nilsson le devuelve a la realidad cuando dice:
-Está amaneciendo.
Los jugadores se quedan ensimismados mirando los pálidos rayos de sol con infinitas partículas de polvo danzando por todo el salón hasta que Norma Desmond se levanta dando por terminada la reunión:
-Gracias por esta deliciosa velada, queridos amigos. Hasta el próximo viernes -.Y dirigiéndose al mayordomo -: Max, ya puedes recoger lo que hay en la mesa, por favor…
Como era de esperar ninguno salió por la puerta. Todos, en perfecta procesión fantasmal, atravesaron las paredes.
jueves, 6 de enero de 2011
VAN ARMADOS Y SON PELIGROSOS
Esto sí que tiene peligro: Bela Lugosi con un cartucho de dinamita y Peter Lorre y Boris Karloff con sendos revólveres en las manos. Es una escena de You¨ll Find Out (1940)
Lon Chaney jr. John Carradine y Bela Lugosi a punto de comerse el Roscón de Reyes en una pausa del rodaje de The Black Sleep (1956)
En el set de El hijo de Frankenstein (1938) Boris Karloff corta el pastel de su 51º aniversario flanqueado por Basil Rathbone y Bela Lugosi.
Karloff y Lugosi de cañas mientras rodaban juntos El gato negro (1941)
Lon Chaney jr. se llevó muy bien con el perro Moose que actuaba en El hombre lobo (1941) en el papel del lobo que le mordía en un campamento gitano. Moose reconocía a Chaney incluso con maquillaje.
Lon Chaney jr. y Glenn Strange ligando con unas fans que visitaron el rodaje de La mansión de Drácula (1945) Por cierto que los Reyes me han traído unas zapatillas igualitas a las de Chaney.
Basil Rathbone, Boris Karloff, Peter Lorre y Vincent Price echando una ojeada a la prensa en La comedia de los terrores (1964)
Lon Chaney jr. John Carradine y Bela Lugosi a punto de comerse el Roscón de Reyes en una pausa del rodaje de The Black Sleep (1956)
En el set de El hijo de Frankenstein (1938) Boris Karloff corta el pastel de su 51º aniversario flanqueado por Basil Rathbone y Bela Lugosi.
Karloff y Lugosi de cañas mientras rodaban juntos El gato negro (1941)
Lon Chaney jr. se llevó muy bien con el perro Moose que actuaba en El hombre lobo (1941) en el papel del lobo que le mordía en un campamento gitano. Moose reconocía a Chaney incluso con maquillaje.
Lon Chaney jr. y Glenn Strange ligando con unas fans que visitaron el rodaje de La mansión de Drácula (1945) Por cierto que los Reyes me han traído unas zapatillas igualitas a las de Chaney.
Basil Rathbone, Boris Karloff, Peter Lorre y Vincent Price echando una ojeada a la prensa en La comedia de los terrores (1964)
martes, 4 de enero de 2011
THE LAST CIGARETTE SHOW
Dedicado al Bar Xavi. De izqda. a dcha: Sergi, Eva, Luis, Marc, Mauro y Bea. Perdonad si no os he sacado lo bastante guapos.
Entrada la noche del 1 de enero se celebró en el Bar Xavi la Fiesta del último cigarrillo para pasar juntos los últimos momentos en que estaba permitido fumar en los bares. Ardían los cigarrillos, los puros y alguna cachimba cuando Xavi procedió al gesto simbólico de descolgar el cartel (izquierda) que le hice en el 2006. Atrás quedaba la disputa entre los partidarios de la libertad individual y los de la salud colectiva; dos bandos irreconciliables.
La noche avanzaba aumentando el nivel de las conversaciones y rebajando el nivel de las luces volviéndose cómplices (¡huy que frase! Tengo que volver a usarla) La verdad es que poco antes de las doce apenas podíamos vernos porque el bar parecía un ahumadero de arenques suecos. Xavi, señalando el reloj, advirtió:
-A partir de las doce el que quiera fumar que se vaya al Smoking Room.
-O sea –dijo un cliente-: a la puta calle.
-Equilicuá.
Entrada la noche del 1 de enero se celebró en el Bar Xavi la Fiesta del último cigarrillo para pasar juntos los últimos momentos en que estaba permitido fumar en los bares. Ardían los cigarrillos, los puros y alguna cachimba cuando Xavi procedió al gesto simbólico de descolgar el cartel (izquierda) que le hice en el 2006. Atrás quedaba la disputa entre los partidarios de la libertad individual y los de la salud colectiva; dos bandos irreconciliables.
La noche avanzaba aumentando el nivel de las conversaciones y rebajando el nivel de las luces volviéndose cómplices (¡huy que frase! Tengo que volver a usarla) La verdad es que poco antes de las doce apenas podíamos vernos porque el bar parecía un ahumadero de arenques suecos. Xavi, señalando el reloj, advirtió:
-A partir de las doce el que quiera fumar que se vaya al Smoking Room.
-O sea –dijo un cliente-: a la puta calle.
-Equilicuá.
domingo, 2 de enero de 2011
BOCADOS PELIGROSOS
Hay que ver como se las gastan algunas vampiras. Se supone que lo tradicional es morder en el cuello pero en Drácula y las mellizas (1971) Madeleine Collison decide saltarse los cánones. Para los que tengan prisa es en el minuto 3´25 casi al final.
Y ahora un recuerdo nostálgico para aquellas inolvidables reinas del grito de la Hammer: Hazel Court, Barbara Shelley, Verónica Carlson... y con música de Kate Bush.