sábado, 31 de julio de 2010
AQUEL LIBRO SOBRE EL NEGRO DE BANYOLES
Esta semana se cumple un año del fallecimiento de Alphonse Arcelín, medico haitiano residente en Cambrils (Tarragona) famoso por exigir en 1991 al Ayuntamiento de Banyoles la retirada del cadáver de un bosquimano expuesto en el Museu Darder; de lo contrario pediría el boicot de los países africanos a las pruebas olímpicas de remo que se celebraban el siguiente año en esta localidad. El caso provocó una inusitada atención de los medios llegando a oídos de Kofi Anan, el Secretario General de la ONU, que se entrevistó con el entonces alcalde de Banyoles Pere Bosch. Arcelín prosiguió durante años una auténtica cruzada personal que le llevó a la ruína económica pues tenía que pagar de su bolsillo los viajes para entrevistarse con diversos jefes de estado africanos. Los restos del momificado bosquimano fueron finalmente enterrados en octubre del 2007 en Botsuana como un héroe nacional.
En el 2003 la pequeña editorial de Girona El Call encargó a mi amigo el periodista Xavi Artés un libro sobre aquel suceso que se iba a titular De Banyoles a Botsuana.
Yo le conseguí una entrevista con un miembro del Patronato Darder. Me fui involucrando cada vez más en el libro y me convertí en coautor además de realizar unas ilustraciones como ésta. Reunimos un material muy jugoso a base de cartas a los periódicos y artículos y es que se escribieron muchas tonterías sobre el Negro de Banyoles (desde la agresividad racista hasta el papanatismo políticamente correcto) Xavi y yo acordamos reducir al máximo nuestra intervención y dejar que el lector sacara sus propias conclusiones.
A mediados del 2004 entrevistamos al doctor Arcelín en su consulta de Cambrils poco antes de que regresara a su país natal. Hablamos algo más de una hora y me pareció un hombre afable y bien intencionado pero con un punto mesiánico. Poco después de la entrevista la modesta editorial El Call tuvo que cerrar por motivos económicos y el libro no llegó a ver la luz.
Naturalmente el Caso del Negret (como lo conocían en Banyoles) tenía que atraer la atención del inefable Iker Jiménez:
El inefable iker hizo el mejor reportaje sobre el asunto.
ResponderEliminarSí, la verdad es que quedé sorprendido al ver la punta que sacó al tema con esa maldición de museo antiguo que tanto recuerda a los relatos de Bram Stocker y Conan Doyle. Borgo.
ResponderEliminarA la Legión le gustán las Mujeres, los Monos marinos, los toros y ahora el negro de Banyoles. Genial repaso a la España Cañí. En concreto esta historia surrealista del famoso africano disecado me parece tremenda. En otro estilo, aquí en Inglaterra se andan preguntando ahora si es correcto mostrar en los museos restos humanos, o sea, momias y similares. A buenas horas.
ResponderEliminarEs que yo, Rafa, aún recuerdo una España pero que muy cañí. La verdad es que el caso del bosquimano de Banyoles causó inquietud en muchos museos (como el British Museum) pues esperaban que sentara un precedente y amenazara la exposición de momias y reliquias humanas. Borgo.
ResponderEliminarEn la empresa donde trabajo coincidi durante muchos ños on un nieto del famoso Darder, el creador del museo. Nos explicó la anecdota de que para entrar las momias en España tuvieron problemas para catalogarlas en la aduana. Al final el funcionario aduanero de turno opto por encasillarlas como "bacalla sec".
ResponderEliminarEsto, Joan, me recuerda a una escena de "La piel" de Curzio Malaparte. Un italiano que ha salido a saludar a las tropas aliadas es arrollado por un tanque. Como ha quedado tan plano que no pueden meterlo en un ataud deciden remojarlo como un bacalao. Qué fuerte. Borgo.
ResponderEliminar