Un amigo de mi padre que estuvo en el frente de Madrid en el 36 nos contó durante una cena que en las trincheras era frecuente ver a un soldado disparando y, a su alrededor, un grupo de milicianos y soldados esperando. "¿Esperando qué?". "Pues a que el tirador cayera herido o muerto. Entonces uno de los que esperaban, por riguroso turno, cogía su fusil y seguía disparando. Esto se debía a la escasez de armas de fuego para el frente".
Eso mismo se podía ver en la película "Enemigo a las puertas". Esta vez eran los rusos los que eran más pobres que las ratas.
ResponderEliminar¡Parece sacado de las guerras de Gila!
ResponderEliminarY luego dicen de la crisis de ahora XDD
ResponderEliminarSaludos!!
"Enemigo a las puertas" es una de las mejores películas sobre la segunda guerra mundial. La escena de las barcazas con los comisarios leyendo a los soldados cartas de madres soviéticas mientras vigilan que nadie se acerque demasiado a la borda para saltar es impresionante. Son esos detalles los que mejor reflejan las guerras. Borgo.
ResponderEliminar-"Oiga: ¿Es el enemigo? Que se ponga"... Sí,Gelen, a veces parece que la realidad quiere copiar a la ficción (toma frase) Pero al menos mejor que sea con un genio como Gila. Borgo.
ResponderEliminarLa verdad, Wolfville, es que algunos ex-combatientes me dijeron que parecía haber más armas en la retaguardia que en el frente donde hacían más falta. Por cierto que en mi siguiente entrada está aquella anecdota sobre Hickory, Dockery... Borgo.
ResponderEliminarMi abuelo estuvo en el frente de Aragón. Fueron de ls primeras unidades del Ejercito Popular en ir a relevar a los milicianos. Me contaba que a falta de llegar al frente se encontaron quwe volvian unas unidades milicianas, mujeres y hombres. Al llegar a las trincheras vieron que estaban llenas de botellas vacías de champagne y vino. La juerga que se habían corrido.
ResponderEliminarSobre lo que comentas de armas en retaguardia, ya lo explicaba George Orwell sobre la cantidad de armas que habían en Barcelona en la revolución de mayo del 37.
Seguro que esta escena le hubiera encantado rodarla a Berlanga. Milicianos y milicianas dándole al vino y cantando "Ay, Carmela" y "En el frente del Jarama, bum, patachúm, bum, bum"... Muy bueno el libro de Orwell, también contaba que a los brigadistas ingleses no les gustaba beber vino del porrón. Borgo.
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