Verano de 1935. Bela Lugosi se ha dado cuenta de que la pifió al rechazar el papel de monstruo de Frankenstein y aquí le vemos detrás de Karloff durante el rodaje de
La novia de Frankenstein intentando chupar camara. El director, James Whale, le riñe: "Señor Lugosi, ya le dije que no hay ningún papel para usted. Sea bueno y no me obligue a llamar a seguridad". Lugosi, cabizbajo, abandona el plató mientras Colin Clive, el doctor, aprovecha la pausa para servirse un lingotazo de su termo bajo la reprobatoria mirada de Elsa Lanchester que sabe que es ginebra, y no té, lo que hay en el termo.
Muy bueno el guiño a "testigo de Cargo" XD.
ResponderEliminarPor cierto, sabía que el señor Lanchester (osease Charles Laughton) y Colin Clive fueron al mismo colegio de jesuitas? Clive iba para militar, pero al ser un año más joven que Charles se libró de ir a la guerra. De todas maneras, se cascó la rodilla en la academia militar y le dió por dedicarse al teatro.
Por cierto que Charles y Elsa coincidieron con la esposa de Clive, Jeanne de Casalis, en 1931, en la obra de teatro "Payment Deferred" (esta obra viajó a Broadway y fué la que llamó la atención de los agentes de Hollywood y supuso el pasaje a California para Charles).
Sabía, Gloria, que no se le escaparía el guiño hacia la película en la que coincidieron esos dos monstruos (me refiero a Laughton y Lanchester)Cuando el año pasado me operaron del menisco me llevé un termo con coñac pero, ay, no había ninguna enfermera como Elsa. Muy interesante la información que aporta sobre Colin Clive, gracias. Borgo.
ResponderEliminarPor cierto, que yo sepa y me hayan dicho, Charles y Colin no coincidieron en ninguna obra de fin de curso en su cole (Lo cual, de haber sucedido, hubiera hecho flipar a Forrest Ackerman, sin duda)
ResponderEliminarRespecto a su menisco, me sabe mal que no hubiera ninguna Miss Plimsoll: sin duda el coñac clandestino sabe mejor que el coñac simplemente inadvertido
ResponderEliminar...y si además en la obra de fin de curso hubiera participado Ernest Thessiguer junto a Clive y Laughton la cosa hubiera sido MEMORABLE. Lástima no tener a mi lado a Miss Plimsoll (aunque la típica enfermera de peli porno tampoco me hubiera venido mal, pero tampoco habían) Aunque el coñac me supo de maravilla y es que como decía Faulkner durante la Ley Seca: "lo clandestino siempre sabe mejor". Borgo.
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