Me he encontrado por la red con este micro relato navideño para añadir un saludable tono inquietante a estas empalagosas fiestas:
Dejamos un cuenco con galletas y un vaso de leche junto al árbol. “Seguro que Papá Noel viene hambriento y cansado” –
dijo mi padre. Al día siguiente corrimos alborozados a ver los regalos. El cuenco y el vaso estaban intactos. El perro había desaparecido.
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