La controversia entre partidarios y detractores de Polanski ya se ha cobrado su primera víctima mortal: Jacques Chessex, el más prestigioso escritor suizo actual, murió la pasada semana durante un coloquio en el que un espectador le recriminó que hubiera defendido a Polanski. Cuando el escritor iba a responderle el espectador se dirigió a la salida. Chessex se levantó, gritó: Ecoutez-moi! Y cayó fulminado por un ataque al corazón.
Todos saben que los problemas de Polanski empezaron en 1977 durante una fiesta con jacuzzi, alcohol y drogas en casa de Jack Nicholson; pero existen otros dos casos de cineastas que pagaron caras sus francachelas:
Fatty Arbuckle: el cómico mejor pagado del Hollywood mudo celebró una fiesta sumergida en alcohol en la suite 1219 del hotel St. Francis de San Francisco. Una aspirante a actriz llamada Virgina Rappe (curioso apellido: Rappe suena como violación en inglés) murió al día siguiente y Fatty fue acusado de ser el causante de su muerte. Aunque se habló de desgarro vaginal con una botella de vino parece ser que la causa fueron los politraumatismos que le causó el bruto de Fatty al echársele encima con sus 140 kilos de peso. Fatty fue absuelto en el juicio pero su carrera se vio fatalmente truncada. Por cierto que aunque el hotel St. Francis nunca ha promocionado la suite 1219 hay una interminable lista de turistas morbosillos dispuestos a pagar los 1.200 dólares que cuesta pasar allí una noche.
Lionel Atwill: este actor inglés fue el mad doctor favorito de los años 30 en películas como Dr.X o Los crímenes del museo de cera. Su acento inglés y ojos malévolos lo convertían en el perfecto villano de película. En 1940 Atwill celebró en su mansión de estilo español una peculiar fiesta navideña, una orgía con túnicas negras que recreaba los ritos paganos del solsticio de invierno. Una adolescente acusó a Atwill de haberla violado encima de una piel de tigre mientras se proyectaban películas pornográficas. No le fueron de gran ayuda al actor unas declaraciones a la prensa unos años antes en las que decía: “Todas las mujeres aman al hombre que temen y a la mano que las somete…” Atwill se libró por poco de la cárcel pero la industria hollywoodiense le dio la espalda y solo pudo seguir trabajando en ínfimas producciones de serie B hasta su muerte en 1946. La mayoría de filmes de Lionel Atwill están representados en esta bonita colección de cárteles de los años 30-40.
Saludos :)
ResponderEliminarDisculpa que no hubiese devuelto la visita :P Pero hasta estos días he visto tu comentario en mi blog en la entrada que hice sobre las "Calaveras literarias" :P
Gracias por dejar constancia de tu visita y espero que lo hagas con más frecuencia.
Desde Valencia,
Mac
Desde luego que me volveré a pasar MacVamp! Es un blog estupendo. Por cierto que hicímos la expedición de la que hablaba en mi entrda "Se busca una vampira" del 20 de mayo y nos volvímos de vacío. Otra vez será. Borgo.
ResponderEliminarGran Lionel, marginado por la pacata e hipócrita convención de la moral cristiana. Una víctima más del puritanismo de trasfondo religioso que tanto mal sigue haciendo a estas alturas de siglo XXI, cuando parace que regresa tomando nuevas fuerzas... qué lamentable!
ResponderEliminarLo de Lionel no tiene nombre... tenía mejor dicción que Karloff y era mejor actor que Lugosi. El cine de terror perdió una estrella. Borgo.
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