sábado, 20 de junio de 2009
INDIGESTO DESAYUNO
Desayuno con diamantes (1961) basada en la novela Breakfast at Tifanny´s de Truman Capote es una película que se me atraganta por cinco motivos:
UNO: es la película preferida de Isabel Coixet, la directora más sobrevalorada de todo el sistema solar.
DOS: su look y puesta en escena parecen diseñados por Jordi Labanda que tampoco es santo de mi devoción.
TRES: sacan a un personaje que no existe en la novela (infinitamente mejor que la película), un grotesco japonés interpretado por Mickey Rooney que se pasa todo el tiempo haciendo el oso y cargándose las escenas en que aparece.
CUATRO: Audrey Hepburn y sus amigas, que comparten un elegante apartamento, parecen vivir del aire mientras que en la novela queda claro que se dedican a la prostitución. De lujo –eso sí-, pero putillas al fin y al cabo.
CINCO: no soporto Moon River, el ñoño tema musical de la película, con esos coros empalagosos.
Y no soy el único a quien no le gustó el filme. Cuando Truman Capote –que por cierto quería a Marilyn Monroe y Steve McQueen como pareja protagonista- vio en un pase privado lo que habían perpetrado con su novela pilló un descomunal berrinche y exigió, sin éxito, que eliminaran su nombre de los créditos.
Aunque yo salvaría dos cosas de esta película: su famoso cartel (actualmente en Estados Unidos aparece con el cigarrillo censurado) y los bonitos dibujos que aparecen en los créditos iniciales. Recomiendo que los vean sin volumen si no quieren tragarse el horroroso Moon River.
Borgo, le apuesto medio testículo a que las animaciones que ha puesto son un fake hecho hace cuatro días con flash. En realidad, lo mejor de la peli es el inicio y esa tipografía tan de joyería buena que aparece sobre las imágenes de la protagonista mirando el escaparate de Tifanny. Comparto con usted la mala gana por la peli. Soy de los pocos humanos a los que no solo no le gusta la peli sino que encima piensa que la Audrey Hepburn es un callo orejón con menos sex appeal que Zaplana en tanga. No puedo con ella. Pero bien, reconozco que la primera vez que la vi no me disgustó. Luego llegó Jordi Labanda y lo horrorizó todo. Él es el verdadero culpable de mi odio por esa peli. Él, sus libretitas, sus camisetitas, sus ilustraciones para revistas, sus bolsitos, sus lapiceritos, todas las copias de sus lapiceritos, sus bolsitos, etc., y todo lo horroroso que rodea al labandismo. Es que no me salen ronchas con sus dibujos, que son ya tumoraciones. Oj, qué angustia.
ResponderEliminarComo dijo mi amigo el escritor Jordi Costa en una entrevista para Mondo Brutto: ¡"Jordi Labanda es el culpable de todooo!" Sí, de todo, hasta de la gripe porcina. La verdad es que sí que parece un fake lo de los títulos. Me parecieron como de un Saul Bass pero amariconao (por el toque Labanda)Francamente no sé porqué los puse. Borgo.
ResponderEliminar¡Por fin alguien se atreve a decir la verdad! Coixet es sencillamente insoportable en su estulta pedantería; del labandismo, mejor no hablamos que aún no he desayunado... y de la película de Edwards... ¡eso sí que es sobrevalorar! Audrey h., un mito pijo, icono de cuanto hay de detestable...Por fin leo algo escrito con sinceridad de esta cursilada, que no otra cosa es...
ResponderEliminar¡Por fín alguien que exclama que el "Moon River" es un puto mojón!
ResponderEliminarPues no entiendo como te gustan los dibujos de los créditos de la película y no gustarte Jordi Labanda. Al igual que Saúl Bass (el mejor ejemplo de títulos de créditos que me apasiona del mismo modo que Jordi Labanda) y otros ilustradores las ilustraciones de Jordi Labanda generan una atmósfera que enriquece la vista tanto artísticamente como emocional. Ray Jalse.
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