domingo, 22 de enero de 2017

UN RELATO MUY CORTO CON RECETA INCLUIDA

EL DIENTE
 Él y ella discutieron en la cocina. Cuando él se enojaba nunca la miraba directamente, ahora tenía la mirada fija en los pájaros imantados sobre la puerta de la nevera. Arrojó el periódico hacia la mesa forrada de hule. Algunas hojas sueltas volaron perezosas como peces raya.
Ella contrajo las mandíbulas y le pareció que sus dientes se quebraban como si mascaran barras de tiza.
Un diente se le cayó al suelo.
Los dos notaron que habían perdido el control de la situación. Hubo un silencio largo, incómodo.
Ella agarró un cuchillo. La potente luz del fluorescente iluminaba el filo con crudeza.
Se agachó y recogió el diente del suelo.
Puso el diente sobre una tabla y con el cuchillo lo cortó en delgadas láminas. Chac, chac, chac.
Echó el diente fileteado sobre los espaguetis. Les gustaba notar el sabor del ajo en la pasta.
Hora de cenar. La tormenta había pasado.
Bueno, ahora sí que estaba cantado poner una receta: Espaguetis en ajo y aceite, o al aglio e olio, como dicen en Italia.
Mientras los espaguetis se cuecen en agua salada descabezar una guindilla para quitarle las semillas y sofreírla en la sartén en aceite bien caliente. Pelar y cortar cuatro dientes de ajo en finas láminas y dorar en la sartén.
Escurrir los espaguetis y añadirlos al sofrito removiendo con una cuchara de madera. Un momento antes de servir apagar el fuego y tapar la sartén durante un minuto para que la pasta quede bien perfumada con el aroma del ajo y la guindilla.

Recomiendo condimentar los espaguetis con un chorrito de aceite de oliva macerado en un frasco con guindillas.
Y por si quieren seguir el relato en audio... gracias a mi buen amigo Marcos Callau que me invitó a su sección Noches de Pabostría.
MÚSICA PEGADIZA
Le encargaron una canción pegadiza y lo consiguió. Nada más empezar a cantar el público se liaba a tortazos.

martes, 10 de enero de 2017

¿SUEÑAS CON ESTE HOMBRE?

 En el 2011 ya publiqué una entrada sobre este misterioso hombre, pero desde el año pasado se ha disparado el número de gente que afirma haberlo visto.
Lo llaman This Man y en Hispanoamérica El surfista de los sueños. Se dice que cada noche cientos de personas en todo el mundo sueñan con esta cara.
En enero de 2006 un psiquiatra de Nueva York, el doctor Roech, escucha el relato de una paciente sobre un hombre al que nunca había visto antes y que se le aparece en forma de sueño recurrente, incluso le da consejos sobre su vida privada. Siguiendo sus instrucciones el psiquiatra compone en su ordenador este retrato robot. El dibujo permanece olvidado durante unos días en su mesa hasta que otro paciente lo reconoce como el hombre que suele ver en sus sueños. El Dr. Roech decide enviar el dibujo a varios colegas y todos ellos aseguran que varios pacientes afirmaron haber visto en sueños al que todos se refieren como ese hombre (This Man)
 Desde entonces unas 24.ooo personas (la mitad sólo en el 2016) han manifestado que suele aparecer ese hombre en sus sueños en lugares tan lejanos como Los Ángeles, Pekín, Sao Paulo o Barcelona. Circulan páginas web como la de la imagen -www.thisman.org- con la intención de ayudar a los que han soñado con él e intentar comunicarse entre ellos para conseguir algún dato sobre la identidad del This Man.
Por supuesto no faltan los escépticos que califican al surfista de leyenda urbana, alucinación colectiva e incluso estrategia de marketing. Quien ha manifestado su interés por esta historia es el director Sam Raimi (Evil Dead, Rápida y mortal, Spiderman...) que ya está preparando el guión de This Man protagonizada por el camaleónico Gary Oldman.
CUANDO MI TIA MONTSE SE ENCONTRÓ CON MARLON BRANDO

 El pasado día 8 mi tía Montse cumplió 80 años. Nos volvió a contar su fortuito encuentro en Londres –vivió allí casi tres décadas- con Marlon Brando. Siempre me encanta escucharlo; le cedo la palabra:
“Cuando llegué a Londres en 1966 trabajé como limpiadora en un hospital para conseguir el permiso de residencia. Un día me encontré con un ambiente extraño en la planta, las enfermeras se mostraban nerviosas, riendo y cuchicheando alrededor de una de las habitaciones. Llamé con los nudillos y dije: Cleaning! Oí un gruñido al otro lado, entré con el carrito y me quedé pasmada al ver a Marlon Brando en la cama leyendo el Times. Luego supe que entonces estaba en Londres rodando La condesa de Hong Kong cuando tuvo que ser ingresado de urgencia por un ataque de apendicitis.

“Terminé de limpiar, le dije Goodbye, me contestó con un mugido-gruñido y salí de la habitación. Bueno… supongo que muchas mujeres vieron a Brando en la cama, pero seguro que ninguna de ellas se llamaba Montserrat…”
Mi primera ilustración del año, T´estimo si he begut (Te quiero si he bebido, en catalán)
Un relato sobre el momento crucial en el que un miembro de la pareja decide dejar su cepillo de dientes en casa de su media naranja.