miércoles, 27 de marzo de 2013

SEXO DE ULTRATUMBA



Hace un par de semanas invité a cenar a mi casa a mis amigos Joan, Anna y Sergio. Este último me llamó la noche anterior:
-Miquel, ¿te importa si traigo a mi prima Sara? Está pasando una temporada conmigo. Es profesora de instituto y le han dado la baja psiquiátrica.
-Pobre, no me extraña con lo que hay en los institutos hoy en día…
-Te advierto que es algo especial.
Al oír lo de especial, viniendo de Sergio, se me dispararon varias alarmas.
-¿Cómo de especial?
-Dice que por las noches la visita un íncubo.
Nota aclaratoria: un íncubo es un espectro masculino que tiene sexo con mujeres. Los fantasmas femeninos que se lo hacen con hombres se llaman súcubos.
-Además, le gusta comentarlo –dijo Sergio antes de añadir-: pero es… inofensiva.
-Eso me tranquiliza, Sergio.
Joan y Anna fueron los primeros en llegar y aproveché para advertirles de lo peculiar de nuestra invitada. “Bueno –comentó Joan-, al menos no nos faltará tema de conversación”. Luego llegó Sergio, me dijo que Sara tenía hora con su médico. Poco después sonó el timbre de la puerta.
Eché un vistazo por la mirilla. Observé una chica morena, atractiva más que guapa, de unos treinta años. Todo aparentaba normal hasta que se puso a hablar con su bolso: “Pórtate bien –le decía-, no me hagas quedar mal”.
-Ay, madre –murmuré y abrí la puerta.

La verdad es que durante la cena –pica pica y pollo al jerez con aceitunas- Sara resultó bastante agradable. No hablaba mucho pero tenía una bonita risa musical (media octava) y a los postres llegó el momento en el que nos habló de su incubo.
-Primero aparece con medio cuerpo fuera de la pared y me mira mientras yo estoy tumbada en la cama como en una especie de trance –nos contaba Sara. Joan y Anna intercambiaron una mirada cómplice-. Luego viene hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja.
Eso me inquietó bastante: imaginarme un fantasma que se le acerca con una sonrisa radiante como un gato de Chesire. Sara prosiguió:
-Se acerca, se tumba a mi lado y sin dejar de mirarme fijamente me, me…
-Se te folla –intervino Sergio con la mirada indulgente de alguien que ya ha oído antes la historia.
-Me posee –le corrige Sara un poco enojada.
Anna aventuró sutilmente:
-¿No has pensado en cambiarte de casa?
-¿Cambiarme? –Sara parecía realmente sorprendida. En la mesa se estaba creando cierta tensión-… ¿Tú sabes lo a gusto que me deja?
Joan y Anna estaban envueltos en un estupor neblinoso, tan aturdidos como sonámbulos que se resisten a despertarse. El aire pareció detenerse en torno a nosotros y entonces dije:
-¿Alguien va a querer café?
Y el aire se largó a otra parte y se dedicó a sus asuntos.
No sé si los súcubos han sido llevados al cine pero los íncubos tiene una película Incubus (1965) con William Shatner, el célebre capitán Kirk de Star Treck, que además tiene la particularidad de ser el primer largometraje rodado en esperanto.
Y para estas fechas tan piadosas les dejo una estampa de Bela Lugosi. Aquí le vemos encarnando a Jesucristo en un teatro de Budapest en 1915. Fíjense en la expresión tan beatífica, como la de un Cristo al que acaban de comunicar que le han conmutado la pena de cruz por la de cadena perpetua.

¡Feliz Semana Santa!

sábado, 23 de marzo de 2013

BLODDY TOURISTS (RELATO)


Los hechos que han estado ocurriendo últimamente empiezan a inquietarnos.
Tengo mi comercio frente al Mercado de la Boquería, en Las Ramblas. Apenas levanto la persiana metálica veo una multitud abarrotando la plaza. No son de por aquí, obviamente, parecen nómadas del norte y cada día que pasa parece que hay más.
Fieles a su naturaleza, viven bajo cielo abierto. Se entretienen bebiendo cerveza –se las traen en bolsas otros nómadas de países lejanos- y comprando objetos estrafalarios. A veces salimos de nuestros locales y barremos un poco pero es tarea inútil pues esta plaza se ha convertido en un vertedero  por sus malos hábitos. Dialogar con los nómadas es imposible. No conocen nuestro idioma y hasta dudo de que tengan un idioma propio. Se comunican entre ellos con chillidos y graznidos parecidos a los cuervos aunque suelen exhibir mensajes carentes de sentido en sus camisetas. Nuestra forma de vida y costumbres les son incomprensibles y ni siquiera tratan de entenderlas.
 Lo que necesitan, lo toman. Es parte de su naturaleza. Los carniceros del mercado ven impotentes como los nómadas roban piezas de carne que engullen en segundos. No es raro ver a dos nómadas mordiendo el mismo pedazo desde cada extremo hasta que lo devoran por completo. Todos juntamos dinero para que los carniceros continúen con su negocio; si los nómadas no tienen su carne nadie sabe qué cosa podrían hacer. Preferimos no saberlo.
Un carnicero pensó que al menos podría ahorrarse el trabajo de descuartizar al animal y una mañana les dejó un buey vivo. Ojalá nunca lo hubiera hecho. Estuve una hora tumbado en el suelo de mi trastienda cubriéndome la cabeza con un cojín para evitar oír los mugidos del animal. Los nómadas se le arrojaban encima por todos lados, arrancando grandes pedazos de carne viva con los dientes. Cuando me atreví a salir estaban tirados por el suelo, exhaustos alrededor del cadáver riendo a mandíbula batiente y ensangrentada, como borrachos en torno a un tonel de vino.
Esta mañana ha pasado el alcalde, observó el temible aspecto de la plaza con la cabeza gacha. Instantes después ha vuelto a su coche oficial con gestos de impotencia.
“¿Qué sucederá?” Nos preguntamos. La ciudad ha atraído a los nómadas hasta aquí pero no sabe cómo hacer para expulsarlos. Debe tratarse de algún malentendido y ese malentendido será nuestra perdición.

lunes, 18 de marzo de 2013

LOS FANTASMAS DE BRUGUERA


Dedicado a natsnoC del blog Chez Morera.
 Durante unas semanas estoy sustituyendo a mi amiga Sara, directora de arte en Alba Editorial, mientras está de baja por maternidad. Me siento algo extraño pues es mi primer trabajo en un despacho desde hace años. En Alba me conocen pues ya había ilustrado dos libros para ellos: Las105 recetas más famosas del mundo y Cocina para singles.
El edificio está cerca de mi casa, en la calle Camps y Fabrés, pero de un tiempo acá están ocurriendo cosas en la editorial a las que nadie encuentra explicación.
El portero me ha asegurado que ayer vio al botones Sacarino entrando fugazmente en el ascensor llevando la correspondencia.
 Yo mismo cuando me he dirigido a la sala de fotocopias me he topado con Rompetechos. Estaba hablando con la máquina del café a la que había confundido con un guardia. La fotocopiadora no funcionaba pues en realidad era Mortadelo disfrazado.
En los lavabos me he fumado un cigarrillo de opio con el abuelo Cebolleta mientras me contaba la toma de Sebastopol al mando de su tropa de cipayos. Al volver a mi silla el Tío Vázquez me ha sableado cincuenta euros con la promesa de que me los devolverá pasado mañana.
Son las siete de la tarde. Me pongo el abrigo y saludo con una sonrisa a la recepcionista que escribe con una anticuada máquina Underwood. Es la rolliza Hermenegilda que me guiña un ojo cuando me dirijo hacia la puerta.
 Ya he dicho que la Editorial Alba está en la calle Camps y Fabrés, en el número 3-11. Es el mismo edificio donde se encontraba la Editorial Bruguera. Los fantasmas de sus personajes siguen deambulando por sus pasillos. No se asusten, es normal.
Esta ha sido mi contribución a la Semana de la Fantasía de natsnoC ; una muy libre versión de Los fantasmas del Roxy que cantaba Joan Manel Serrat.
Y para terminar una de las recetas del libro Las 105 recetas más famosas del mundo:
FALAFEL
 Poner en un cuenco de batidora una cebolla pelada y cortada pequeña, un diente de ajo, un trozo de pimiento rojo, sal, unas hojas de perejil o cilantro y triturar.
Añadir 400 gr de garbanzos cocidos y un chorrito de aceite de oliva. Triturar hasta conseguir una masa homogénea.
Tomar porciones de masa con las manos húmedas y formar bolitas pequeñas.
Freírlas en abundante aceite muy caliente y escurrirlas sobre una fuente forrada con papel de cocina. Se pueden servir dentro de un pan pita calentado en el microondas o con ensalada verde.

jueves, 14 de marzo de 2013

DAS PAELLEN

Receta de paella con número musical incluido de un programa alemán de los años sesenta. Recomiendo a mis amigos levantinos, tan ortodoxos ellos con las paellas, que no lo vean porque les podría dar un pasmo.
Una cosa tengo clara con las paellas: no hay dos personas que la cocinen igual, todo el mundo tiene su toque personal. Por ejemplo mi abuela, valenciana, calificaba de sacrilegio poner cebolla pues reblandece el grano. Lo ideal es preparar la paella al aire libre y con fuego de leña de encina. No tengo la suerte de poder hacerla así en casa pero me las apaño con el Arroz Parellada o Paella para vagos:


 Para 4 personas: ½ kg. de arroz, 4 muslos de pollo deshuesados, 100 gr. de lomo de cerdo, 10 gambas peladas, 4 langostinos pelados, 100 gr. de calamares, 12 mejillones, 100 gr. de rape, 100 gr. de guisantes, 2 pimientos rojos, 2 tomates, 2 dientes de ajo, 1 l. de caldo de pescado , 1 vaso de vino blanco, azafrán. 
Arroz con todo pelado, sin huesos ni espinas ni obstáculos, conocido por ello también como “arroz de ciego”. Lo de Parellada va por un conocido gourmet (Julio Parellada) que un día acudió a un restaurante con un brazo escayolado para comer un plato de arroz. El cocinero, al verle, decidió ponérselo más fácil.

 Cortar las carnes a pequeños trozos, limpiar los pescados de piel y espinas y cortarlos también a dados. Cocer los mejillones y quitar las conchas, lavar los calamares y cortarlos a rodajas. 
Picar bien pequeños los pimientos y los tomates por separado. Triturar en un mortero los ajos y las hebras de azafrán con un poco de sal.
Poner al fuego una paellera o una cazuela bien ancha con aceite y echar los anillos de calamar junto con los trozos de pollo y lomo. Cuando estén dorados, añadir la cebolla, y el tomate, remover bien y rehogar todo con la cantidad de caldo justa para cubrir los ingredientes. Subir el fuego, echar el arroz, los pimientos y el resto del caldo. Diluir el majado del mortero con el vasito de vino, añadir a la paella y remover.
En una sartén aparte saltear el rape, los mariscos y los mejillones unos 10 min. Distribuir todo esto por encima del arroz y reducir el fuego hasta que el caldo se haya evaporado.
Apagar el fuego, deja reposar un par de minutos y ya se puede servir.



jueves, 7 de marzo de 2013

A HIMMLER LE ROBARON LA CARTERA EN BARCELONA


¿A que parece un bar de diseño? Pues se trata de una celda para presos políticos que funcionó durante la guerra civil en la barcelonesa calle de Vallmajor.
Está relacionada con una historia muy curiosa donde se juntan el Grial, Himmler y… su cartera.
 El 23 de octubre de 1940 Heinrich Himmler, el cabecilla de las temibles  Gestapo y SS, aterrizaba en Barcelona con una numerosa comitiva. Una compañía de infantería le rindió honores. En el trayecto desde el Aeropuerto del Prat hasta Barcelona se veían innumerables banderas con la esvástica y mi libro de texto aún tenía narices de decir: “Durante la Segunda Guerra Mundial el Régimen de Franco mantuvo una estricta neutralidad”.
Himmler y su séquito se alojaron en el Ritz y después del almuerzo se dirigieron a la abadía de Montserrat nada menos que en busca del Santo Grial. El Reichsführer estaba convencido de que el mítico Montsalvat o Castillo del Grial que Wagner mencionaba en su ópera Parsifal era en realidad Montserrat.
 Le recibió el monje Andreu Ripoll que dominaba el alemán, es el momento que se ve en la foto anterior. Su mensaje de bienvenida fue cortado por Himmler con un abrupto Wo ist die Grial? (¿Dónde está el Grial?) El monje respondió que allí no se encontraba y procedió a mostrarle la abadía al malhumorado jerarca nazi que se enfadó visiblemente cuando le negaron el acceso a los subterráneos del templo. Lo curioso es que Himmler se había equivocado por escasos kilómetros pues el reconocido como auténtico Grial se guarda en la Catedral de Valencia.
  De vuelta en el Ritz tuvo lugar una cena oficial con el cónsul alemán doctor Jaeger y el alcalde Mateu. Éste describió a Himmler una extraña cámara alucinatoria: “…con una decoración inspirada en Klee o Mondriani y elementos geométricos de la Bauhaus que obsesionaban visualmente a los detenidos. Los ladrillos salientes del suelo y el asiento inclinado dificultaban el descanso de los reclusos. Una muestra de la retorcida mentalidad de los rojos”.
Himmler quedó impresionado y pidió visitar la celda. Se presentaron en la checa de Vallmajor a las tres de la madrugada. La visita debió ser fantasmagórica pues al no haber electricidad fueron guiados con antorchas. En el interior de la lóbrega celda se hicieron esta foto donde al fondo se ve un cuadro inspirado en Kandisky. El cónsul Jaeger con uniforme negro es el de la izquierda, Himmler está sentado junto al jefe de la Policía Armada general Sagardía; un siniestro grupo.

Al día siguiente, después de asistir a una corrida de toros, Himmler y su sequito regresaron a Berlín. El Reichsführer terminó su breve periplo por Barcelona con un monumental enfado pero no por volver sin el Grial; su cartera había desaparecido de la habitación que ocupaba en el Ritz. ¿El servicio secreto británico? ¿Un simple chorizo? Nunca se supo pues la cartera no volvió a aparecer.  

sábado, 2 de marzo de 2013

BARRA AMERICANA (RELATO)

Basado en un cómic de mi amigo A. Pons.

En la máquina de discos suena Roberto Carlos. Por la decoración en tonos vinagre y la bola de espejos que cuelga del techo parece que los años setenta se han detenido en el Club Barbarella, aunque las dos chicas que acaban de entrar son demasiado jóvenes para apreciarlo.
Una mujer apoyada en la barra se dirige hacia ellas:
-Hola ¿Qué queréis?
-Hola, venimos por el anuncio –dice la más alta-. Es aquí ¿Verdad?
-Sí, yo soy la encargada, pero tenéis que hablar con el dueño. Un momento, voy a avisarle…
 Aparece el dueño. Cuarenta y cinco años, viste bien con estudiado desaliño. Un leve aburrimiento descansa en su rostro como una segunda piel.
-Vaya… tenemos chicas nuevas. Me llamo Fede. Supongo que no hace falta preguntaros si tenéis experiencia, me diréis que sí de todos modos -.Aspira el cigarrillo y expulsa una bocanada de humo azul- ¿Cómo os llamáis?
-Yo, May –dice la más alta que definitivamente lleva la voz cantante-. Ella es Cris.
- A ver, Sara –dice Fede a la encargada-. Sirve algo de beber a Cris mientras hablo con May en el despacho.
En el pequeño cuarto que Fede llama pomposamente despacho May se acomoda en una silla mientras Fede se sienta estudiando detenidamente a May.
-Verás, de las condiciones prefiero hablar en privado. ¿Por qué? Muy sencillo – Fede enciende otro cigarrillo y se inclina hacia May-… solo he necesitado un vistazo para darme cuenta de que tú me interesas mucho más que tu amiga. No creo que ella pueda quedarse, solo necesito una niña más.
May agita la cabeza. Su pelo reluce a pesar de la tenue luz del despacho.
-Pero es que yo no puedo quedarme si no se queda Cris… sería una mala faena.
-Pero el trabajo es el trabajo ¿Tan amigas sois que no podéis pasar la una sin la otra?
-Hombre, amigas intimas tampoco, pero si nos hemos puesto a buscar una barra juntas…
Fede enciende otro cigarrillo y vuelve a mirar fijamente a May agitando una mano para dispersar el humo que flota entre los dos.
-Bueno, mira lo que vamos a hacer: aquí se pagan cincuenta euros al día más el cincuenta de las copas. Tú cobrarás como todas, pero a tu compañera no le puedo dar más de treinta… entiéndelo, es un sueldo con el que no contaba…
 Fede boquea lanzando aros azulados hacia el techo antes de añadir:
-Aunque si quieres podéis partirlo y tocáis a cuarenta cada una, tú misma… ¿O prefieres decirle que tú también cobras treinta? Yo te doy cincuenta y ella no tiene porque enterarse.
Fede y May salen del despacho y se dirigen hacia Cris que está bebiendo un gin tónic en la barra.
-Bueno, May te pondrá al corriente de las condiciones –dice Fede- . Sara se encargará de enseñaros como funciona esto. Podéis empezar ya mismo. Eso sí, el cliente aquí se gasta mucha pasta, hay que tratarlo bien. El reservado está para trabajar, no para hacer bonito…
Una hora después Sara entra en el cubículo de Fede que está machacando una raya de cocaína sobre un espejo de bolsillo.
-Fede… la máquina de discos se ha vuelto a estropear, hay que llamar para que vengan a arreglarla –se sienta ante Fede que está enrollando un billete de cincuenta euros-. Son monas esas dos niñas nuevas ¿verdad? Sabía que te gustarían. ¿Cuánto les has ofrecido?
-Pues como a todas –responde Fede acercando a su nariz un extremo del billete-… sesenta al día más el cincuenta.
La tarde se desvanece hacia la noche y el Barbarella empieza a llenarse. Los hombres entran y se sientan pesadamente en los taburetes de la barra, aturdidos por lo que el día les había hecho. Parecen tristes y lo están.
-A mí me parece que treinta es poco –dice Cris a May. Hablan en voz baja en el rincón más oscuro del reservado-, pero si tú dices que está bien, nos quedamos. Lo que no entiendo es por qué no quieres que sepan que somos hermanas…
¡Chissst! –May se lleva un dedo a los labios-. ¿Eres tonta? Ya te he dicho que no lo vuelvas a decir.
MI RECETA DE GIN TÓNIC:
 A Cris le habría preparado el gin tónic así: suelo utilizar ginebra Tanqueray o barriendo para casa la tarraconense Mare, con su toque de romero. La tónica, Schweppes, la de toda la vida.
El vaso ha de ser ancho para que la ginebra desprenda bien su aroma. Restregar los bordes del vaso con una lima, mejor que con limón, así lo preparaban los ingleses de las colonias a los que la quinina de la tónica protegía de la malaria. Añadimos tres cubitos de hielo (no soy partidario del exceso de hielo) verter la ginebra a cierta distancia del vaso para que se oxigene y luego la tónica. Antes de beber darle unas pocas vueltas con cucharilla para animar las burbujas.
Yo lo tomo tal cual, no soy partidario de pepino, fresitas ni esas zarandajas que le echan ahora.